La denuncia de la agresión de una profesora a una alumna en Tarrasa por pintar una bandera española es solo una punta del iceberg de un problema más profundo.
La "conflictividad" en las escuelas catalanas parece haberse intensificado al hilo del procés separatista. La Asociación Escuela Bilingüe (AEB) ha presentado unas 70 denuncias por "adoctrinamiento" en centros educativos públicos catalanes desde septiembre de 2017, una cifra que se ha "disparado" en estos dos años, según advierten desde la propia asociación a Vozpópuli.
En el momento en el que se meten a los centros educativos al servicio de un objetivo político ilegal, se introduce la conflictividad en los colegios"
"Muchas Ampas y directores de centros educativos se posicionaron a favor del referéndum y la escuela pasó a estar en el centro del debate político. En el momento en el que se meten a los centros educativos al servicio de un objetivo político ilegal, se introduce la conflictividad en los colegios", dice Ana Losada, de la AEB.
"Ahora bien, también ha sucedido que hay cosas que ya no se dejan estar como quizá pasaba antes", incide. "Los niños y las familias constitucionalistas, con la repercusión del procés, han empezado a caer en la cuenta de la importancia de denunciar las prácticas que revelan un uso político de instituciones que son públicas y de todos; eso influye en que el tema de las denuncias se haya disparado".
"Aquí votamos, aquí ganamos" (Escuela Baldiri Reixac de Banyoles). Lema d las pegatinas q se observan en los centros educativos q fueron colegios electorales el 1-O. Los padres siguen enviándonos evidencias d instrumentalización nacionalista de las administraciones educativas... pic.twitter.com/VCy8Bxga8k
— SCC Ensenyament (@SCCensenyament) December 29, 2018
Entre esas prácticas que, a juicio de Losada, vulneran la neutralidad política de los centros educativos, aparecen la celebración de actos políticos independentistas en los centros, el uso por parte de profesores de lazos amarillos y la colocación de 'marcas' o placas por parte de la independentista Asamblea Nacional Catalana en algunas instituciones con lemas del tipo "Aquí votamos, aquí ganamos", entre otras pancartas nacionalistas que copan las paredes que niños de infantil y primaria ven cada día, y las represalias a profesores y alumnos que no comulgan con el nacionalismo, además del cariz nacionalista de algunos libros que se imparten.
"La democracia aspira a la educación mientras que el nacionalismo prioriza la cultura. Para el nacionalismo, la educación tiene como cometido principal crear una sociedad homogénea alineada sobre los valores idiosincrásicos", escribieron la AEB y Societat Civil Catalana en un informe en el denunciaban represalias a profesores por no sucumbir al "sectarismo" nacionalista, la manipulación de los niños y el uso de lo público para la propaganda separatista. El escrito, del verano pasado, no parece haber hecho demasiada mella en las autoridades catalanas, conocedoras del mismo.
Las denuncias han sido presentadas ante la Inspección Educativa catalana y la estatal. "La respuesta de las instituciones por lo general ha sido nula"
Las 70 denuncias de la AEB - que involucran a bastantes más centros educativos, alguna incluso a 20-25 centros - han sido presentadas ante la Alta Inspección Educativa catalana y la estatal. "La respuesta de las instituciones por lo general ha sido nula", dice Losada.
Algunas de las reclamaciones están pendientes de investigación por parte del Defensor del Pueblo Estatal, que en su momento llegó a recomendar a la Generalitat que retirara lazos amarillos de edificios públicos, algo que el 'president' no hizo hasta que se lo pidió el Síndic de Greuges.
Libertad de expresión
"El Defensor del Pueblo catalán es una institución más dentro del engranaje nacionalista", dice Losada. La Alta Inspección Catalana, en cualquier caso, ha tendido a dar carpetazo a sus denuncias aludiendo a la autonomía de los directores de los centros educativos y/o la libertad de expresión. La Alta Inspección estatal, "cuando ha contestado, nos ha dicho que no tiene competencias".
"Denunciamos porque sabemos que es importante hacerlo y dejar por escrito el problema, pero la realidad es que nadie nos hace caso", denuncia Losada. "De todas formas, lo cierto es que la gente que está en contra del uso político de las escuelas ha empezado a hablar. Una parte de la sociedad que estaba callada ha empezado a dejar de estarlo. La palabra adoctrinamiento ha comenzado a formar parte del vocabulario de las familias".
Una parte de la sociedad que estaba callada ha empezado a hablar. La palabra adoctrinamiento ha empezado a formar parte del vocabulario de las familias"
Por lo pronto, el Defensor del Pueblo estatal, en su informe anual 2018, criticó abiertamente a los gobiernos de Mariano Rajoy y de Pedro Sánchez por permitir el "adoctrinamiento" en las escuelas catalanas, manifestado en hechos que vulneran la "neutralidad" de los centros educativos como el uso de símbolos "propios de una ideología" como, considera, son los lazos amarillos.
El estudio, conocido en los últimos días, hace hincapié en la 'inacción' del Gobierno central en un área en el que, deduce el Defensor del Pueblo de las respuestas a sus requerimientos por parte de Educación, la última palabra la tiene la Generalitat.
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