No abundan los referentes del PSOE que apoyan a Pedro Sánchez. El exlíder socialista, que se propone recuperar la Secretaría General en las primarias de mayo, tiene su mayor fuerza entre las bases y aparece enfrentado a la práctica totalidad del aparato del partido y a los que un día ocuparon puestos de responsabilidad en Ferraz. José Félix Tezanos (Santander, Cantabria, 1946) es una de las excepciones.
El que fuera secretario de Formación del PSOE cuando Alfonso Guerra manejaba la fontanería del partido está ahora enrolado en las filas del 'sanchismo' porque cree que representa la mejor opción para transformar y salvar el proyecto socialdemócrata español. Catedrático de Ciencia Política y Sociología y director de la revista Temas para el debate, Tezanos es uno de los arquitectos del documento político que el exlíder socialista presentó el lunes en Madrid, aunque se esfuerza en recalcar que el texto es obra colectiva y abierta.
Ese sería el guión de la formación socialista a partir de junio si Sánchez gana las primarias. Aboga por definir a España en la Constitución como un Estado plurinacional, implantar una renta mínima, crear una banca pública o denunciar los Acuerdos con la Santa Sede, fijando dos "adversarios": "el capitalismo neoliberal y el conservadurismo del PP". En el PSOE, hay quien lo ha visto como un bandazo extremista, cosa que Tezanos niega.
"Pedro dice lo que piensa y hace lo que dice, es un activo impagable para cualquier partido en estos tiempos de desafección", defiende con convencimiento. Muestra de ello, añade, es la "ola de confianza" que está desatando el precandidato, llevando a "mucha gente a afiliarse" ahora al centenario partido del puño y la rosa. En opinión del sociólogo, la batalla de Sánchez es un reflejo más de la "nueva ciudadanía activa" que está emergiendo en Occidente. Un movimiento transversal que ha dejado ya importantes impactos electorales y que también sería una de las causas de la convulsión que sufre la socialdemocracia europea.
-¿Cuándo empezó a colaborar con Sánchez y cómo se gestó ese movimiento?
-En el momento en que tomó la decisión de preguntar a personas y sectores sobre la posibilidad de presentarse a las primarias. Eso no es algo que decida en un día, va hablando con gente, le animan a presentarse y finalmente lo hace, montando un grupo alrededor para darle soporte.
-Usted es parte importante de ese grupo. Ha participado en la elaboración de su documento político.
-Sí, pero este es un proyecto coral. Hay más de 20 personas y grupos que han hecho llegar propuestas y análisis que se han integrado en el documento final. Tiene muchas plumas en su redacción y sigue abierto a las aportaciones de la ciudadanía.
-El coordinador de la parte económica es Manuel Escudero, otro histórico del 'guerrismo'...
-Lo del 'guerrismo' es un auténtico montaje. Nunca ha existido el 'guerrismo'. Alfonso siempre decía "yo no he dado carnés de 'guerrista' a nadie" y es que no hubo un grupo organizado nunca, como sí existía Izquierda Socialista. Podías coincidir con las tesis que planteaba Guerra y demás, pero yo nunca he estado en una reunión convocado por mi condición de 'guerrista' para coordinar posiciones. Sí soy buen amigo, respeto y admiro a Alfonso y su visión política, pero sobre Sánchez pues él tiene su propio punto de vista y para conocerlo hay que preguntarle a él.
-¿La batalla de Sánchez y un sector de las bases contra el aparato del PSOE es un reflejo a pequeña escala de los movimientos anti-establishment que proliferan por Occidente?
-Está pasando en todos los países europeos. Hay un estado de malestar en la gente y sobre todo una cosa muy importante: estamos ante el despertar de una nueva ciudadanía activa. Frente a la idea del súbdito resignado que acepta todo como le viene se levanta quien quiere participar, ser parte activa. La sociedad se ha democratizado por completo y esto tiene que llegar también al interior de los partidos políticos. De alguna manera, Pedro representa eso, es el eco de la voz de muchos afiliados que demandan alternativas nuevas. Aunque también le apoyan importantes sectores del PSOE, secretarios provinciales, alcaldes y demás.
-Pero estas son unas primarias internas, donde solo votan los afiliados del PSOE e imperan unas dinámicas de partido que condicionan todo.
-Lógicamente, para elegir al secretario general votan los afiliados. También los nuevos afiliados, por cierto, los que se incorporen ahora. En este momento hay mucha gente que se está incorporando porque tiene ilusión, ve que hay un proyecto que merece la pena apoyarlo, identifica en un momento en que hay un gran desprestigio de la política y de los políticos que llega un político honesto, capaz de dejar su escaño y todo para mantener su coherencia. Eso está generando una ola de confianza que yo creo que es un gran activo. Todo el mundo tendría que entender que un partido que tenga un político que merece esa credibilidad y ese entusiasmo en este momento es una riqueza objetiva. Para cualquier partido que lo tenga. Y eso da lugar a que ahora haya mucha gente que se está afiliando al PSOE.
Estamos ante el despertar de una nueva ciudadanía activa; Sánchez es el eco de la voz de muchos afiliados socialistas que demandan alternativas nuevas
-¿Le consta que algunas de esas afiliaciones se hayan obstaculizado o paralizado ante la sospecha de que pudieran ser de afines a Sánchez?
-Eso tiene mucha gracia. A mí no me consta, pero sería un poco absurdo, tirar piedras contra el tejado del PSOE. Cuantas más personas vengan a defender ideas con generosidad, altruismo y vocación, pues mucho mejor. Será un partido que se enriquece. Habíamos llegado a un punto en que la edad media de los afiliados era muy alta, ojalá ahora se revitalice.
Cambiar el rumbo de la UE
-¿Cuál es la principal meta política del proyecto de Sánchez que usted ha ayudado a confeccionar?
-Hay problemas en la sociedad española de una enorme gravedad -paro, desigualdades, exclusión social…- que requieren alternativas nuevas. Hemos llegado a un punto en el que se ve que el modelo de gestión de la economía que ha mantenido Europa durante muchos años ha llegado a su punto final. Estamos llegando a una situación, tanto desde la perspectiva social como de la perspectiva de los equilibrios medioambientales, que es límite. Estamos al borde del precipicio. Tenemos que tomar con urgencia medidas rectificadoras. Cuando algo no funciona, hay que cambiarlo.
-¿Cambiarlo en qué sentido?
-Uno de los objetivos prioritarios debe ser que el aumento de la riqueza vaya ligado al del bienestar social. Si crece la riqueza y se concentra en muy pocas manos, eso es negativo incluso para los que tienen la riqueza porque ese es un sistema que implosiona, que no tiene dinamismo. No puede ser que España sea el país con más desigualdades de Europa, y que estas desigualdades sigan creciendo. ¿Para qué vale que la economía crezca si eso no va acompañado de bienestar? Tenemos que volver a los criterios del consenso keynesiano en el que se generaba riqueza y se distribuía de modo razonable. Y todo iba mejor.
-El documento contiene puntos muy distintos a los programas electorales de Sánchez y a lo que defendió en su fallida sesión de investidura. ¿Es una persona diferente a la que era hace un año?
-Temas de fondo, objetivos y principios no creo que haya cambiado. Respecto al pacto con otro partido sí, porque ahí todo el mundo cede y asume cosas que no están en su programa. Ahora lo que se hace es poner negro sobre blanco lo que se quiere hacer en un momento muy importante. No él, Pedro Sánchez, sino todos los que le apoyan. Pedro es una persona con un background, una formación importante, es doctor en Economía, ha trabajado en organismos internacionales, conoce bien esa realidad, pero no tenía experiencia política. Y ahora ha tenido una experiencia política muy intensa. Ha hecho un máster acelerado en formación política que no tiene precio. Y claro que ahora es una persona nueva, distinta. Es una persona nueva porque no es una piedra, sino un ser humano que entiende y comprende. Es un nuevo Pedro, sin duda, pero desde el punto de vista de la coherencia socialdemócrata y sus grandes principios, sigue manteniendo lo mismo.
-Rechaza entonces cualquier lectura que vea oportunismo en esta evolución de Sánchez.
-Pedro Sánchez no está prometiendo un futuro de rosas para nadie. Esto no va a ser fácil. Este impulso que se quiere dar al proyecto socialdemócrata va a requerir mucho trabajo y esfuerzo, no es un mecanismo de reparto de recompensas. Y hay muchas personas en el PSOE que han cambiado, están cambiando, viendo las cosas de otra manera. Y sobre todo están viendo que este es el momento, hemos llegado a un punto en el que hay que comprometerse en esta dirección ya. Con todo lo que está ocurriendo en el mundo, con el auge del populismo en Estados Unidos, hay mucha gente que ve muchos paralelismos entre lo que ocurre ahora y lo que ocurrió antes de a Segunda Guerra Mundial. Hay que ser muy conscientes y activos para evitar caminar hacia el desastre.
¿Para qué vale que la economía crezca si eso no va acompañado de bienestar? Tenemos que volver a los criterios del consenso keynesiano
-Plantean una política económica difícil de engarzar con los postulados comunitarios...
-Es que la política económica europea hay que cambiarla. Lo que algunos llaman el "austericidio" genera mucho sufrimiento, beneficia a unos países y perjudica a otros. Hay que generar una alianza de progreso europea que empiece una nueva etapa, recupere la Europa social, la Europa de las convicciones, de las ideas, de la democracia. Es urgente y necesario.
¿Posible escisión?
-El enfrentamiento interno del PSOE parece difícil de solucionar. ¿Hay riesgo de escisión?
-No, yo creo que no. Hay que intentar que el secretario general que salga elegido sea el secretario de todos los socialistas y aproveche la ola de ilusión que está colaborando en una causa positiva. Aquí se han hecho cosas muy mal y el ciudadano está indignado, pero en política no se puede estar mirando hacia atrás, hay que mirar hacia adelante y ver cómo se sale de un problema que se podía haber evitado.
-En las filas del partido se ha criticado el viraje de Sánchez por extremista, incluso hay quien ha hablado de giro "rojo", como el presidente de Aragón, Javier Lambán.
-(Risas) Es que parece de un programa de humor, no puede ser verdad. Hay que hacer un esfuerzo de articular un debate intelectual y no caer en el surrealismo, no tiene ningún sentido plantear eso así. Tenemos una oportunidad de oro para hacer un debate serio, de propuestas, de alternativas, sin insultar a nadie ni descalificar. El adjetivo de "rojo" es el que utilizaban los fascistas para descalificar a los socialistas, no me parece una retórica muy afortunada.
-La "alianza de progreso" que plantean y que implica entenderse con Podemos, ¿no puede desdibujar el proyecto socialista?
-En el documento sólo se menciona una vez a Podemos y es para señalar que sus propuestas no son creíbles, viables ni eficaces. Hay muchos movimientos sociales y sectores progresistas que probablemente están dispuestos a converger, a llegar a acuerdos, en esa alianza que decimos. Las sociedades son ahora más complejas y diversificadas, hay más puntos de vista. Una parte de la labor de los líderes es lograr integrar, sin parapetarse en posiciones inviables. Defendemos eso y que el proyecto del PSOE tiene que ser autónomo, no supeditado a fuerzas externas.
En el documento de Sánchez sólo se menciona una vez a Podemos y es para señalar que sus propuestas no son creíbles, viables ni eficaces
-¿Es descabellado pensar en un futuro partido impulsado por Sánchez e Íñigo Errejón?
-Todo eso es ciencia ficción. Frente a ello, tenemos que reclamar racionalidad y transparencia. Decir lo que piensas y hacer lo que dices, ese es el crédito que tiene en este momento Pedro Sánchez. Y los ciudadanos lo están viendo. En un momento de desprestigio de la política, hay una ola de confianza hacia él, hacia una persona que dice lo que piensa y hace lo que dice.
-Para solucionar la crisis territorial, proponen definir a España en la Constitución como un Estado plurinacional. ¿Creen que eso aplacaría al independentismo?
-Lo que se propone es constituir una subcomisión en el Congreso que lo estudie, que dialogue, eso es lo que hay que hacer. Y desde luego, partiendo de la legalidad establecida y de lo que es posible y alcanzable. En Europa hay cosas que no se pueden plantear. Pero lo primero es crear esa subcomisión, más que entrar en casuísticas. Debemos debatir una reforma de la Constitución que habría de hacerse por consenso, eso lo tenemos muy claro, con soluciones aceptables para todos. ¿No tenemos en España la suficiente inteligencia y sentido común para dialogar e intentar buscar una solución que sea aceptable para todos?
-¿Creen que el PSOE debería fijar ya la fecha concreta de las primarias y lanzar oficialmente el proceso?
-Ya vamos tarde, pero esperamos que no se alargue mucho más. Todo se tendría que fijar ya, la democracia requiere tiempo y transparencia. Lo iremos consiguiendo.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación