La tensión acumulada los días previos al 1-O entre el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluis Trapero, y el coronel de la Guardia Civil encargado del dispositivo, Diego Pérez de los Cobos, estalló definitivamente la mañana del referéndum. Transcurridas unas horas de la jornada, el coronel llamó por teléfono a Trapero para recriminarle la actitud de sus agentes. La respuesta que recibió de parte del jefe de la policía catalana fue la confirmación de la falta de sintonía entre ambos: “Limítate a coordinar, el mando soy yo, no tengo que darte cuenta”.
Así lo relató el propio Pérez de los Cobos en sus cuatro horas declaración el pasado 1 de febrero en el Tribunal Supremo. Según el acta de esa comparecencia a la que ha tenido acceso Vozpópuli, después de aquella respuesta de Trapero “no había ninguna duda de que el dispositivo articulado por la dirección de los Mossos estaba encaminado a facilitar el referéndum”. “Modificar el criterio del señor Trapero a esas horas no era posible”, añadió De los Cobos ante el juez Pablo Llarena.
El enfrentamiento entre ambos mandos continúa todavía hoy tanto en sus informes oficiales como en los tribunales. El coronel está citado este miércoles a declarar como testigo ante la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, que investiga a Trapero por un posible delito de sedición. Previsiblemente, De los Cobos repetirá ante la magistrada los mismos argumentos que trasladó al juez Pablo Llarena en el Alto Tribunal y que apuntalan la acusación contra el exresponsable de los Mossos.
Según dijo hace sólo dos semanas, la actitud de Trapero “era absolutamente alineada con Forn (el exconseller de Interior) y el presidente de la Generalidad (Carles Puigdemont)”, uno en prisión preventiva desde hace meses y otro huido en Bruselas. En su exposición, Pérez de los Cobos describió cómo el exmayor de los Mossos mostró desde el inicio sus recelos al nombramiento de un coordinador único procedente del Ministerio del Interior: “Trapero hizo todo lo posible para que se revocara (...) por parte de los responsables de los Mossos se mostraron reticencias por lo que por el presidente de la Generalidad convocó una Junta de Seguridad de los tres cuerpos”.
"La ley por encima de la convivencia"
Aquella reunión de la Junta de Seguridad que tuvo lugar el jueves anterior al 1-O “no fue cómoda”, fue “tensa”, según narró De los Cobos en el Supremo: “Derivó en una defensa por parte de la representación de la Administración Autonómica de la necesidad de no actuar el día 1 de octubre porque supuestamente iba a haber unas masas concentradas de tal volumen que iba a complicarse la actuación en el caso de presencia de Policía y Guardia Civil, transmitían la imposibilidad de actuación de los Mossos”.
En ese encuentro Puigdemont “habló de situaciones violentas, que iba a haber mucha gente en la calle y manifestaba que la convivencia era el bien superior y que no se podía consentir como presidente la alteración de esa convivencia”. “Hubo que advertirle que el cumplimiento de la Ley estaba por encima de la convivencia”, apostilló el coronel ante la presencia de los abogados de los acusados, los letrados de VOX que ejercen la acusación popular y los fiscales Consuelo Madrigal y Fidel Cadena.
De los Cobos narró como Trapero acudía a las reuniones que se convocaban con la Fiscalía, pero que a las que celebraban entre los cuerpos participantes mandaba al comisario Ferrán López, actual jefe del Cuerpo tras la aplicación del artículo 155. En todos los encuentros con la Fiscalía Trapero estuvo “poniendo objeciones para el dispositivo y en la reunión de la Junta de Seguridad del día 28 la posición que mantuvo, si bien no dijo que fuera a desobedecer el mandato judicial, abundó en toda la argumentación de Forn y Puigdemont”.
En otro encuentro, el exmayor de los Mossos “solicitó las órdenes por escrito”. También presentó un texto en el que “argumentaba unos motivos por los que consideraba que la figura del coordinador no era procedente, así como que por parte de los Mossos no se había solicitado ningún refuerzo y que contaban con medios suficientes”. Sin embargo -siempre según la versión de Pérez de los Cobos- “el fiscal jefe llamó la atención a los Mossos en el sentido de que el dispositivo que habían presentado era insuficiente”.
"¿Qué vais a hacer?"
A pesar de todo esto, De los Cobos admite que se fió de los Mossos ya que en las reuniones le trasladaban que el operativo ampliado había sido considerado suficiente por la Fiscalía y que iban a cumplir el mandato judicial. “No tengo porqué no creer en sus palabras”, se excusó el coronel ante el juez Llarena ante lo que sucedió después. De hecho en la misma declaración De los Cobos admite que el clima era de sospecha: “Existía en los días previos cierta desconfianza, la pregunta reiterada era ¿qué vais a hacer?”. A pesar de su papel como coordinador, aseguró desconocer que los Mossos tenían pensado enviar sólo dos agentes por colegio.
Llegó el 1-O y, a juicio del mando de la Guardia Civil, el dispositivo de los Mossos fue una “estafa”, una “puesta en escena” pensada para “simular” el cumplimiento del mandato judicial. Cree que Trapero finalmente no reforzó el dispositivo que tenía inicialmente previsto en contra de lo que había asegurado. A su entender, el éxito del referéndum pasaba por la “instrumentalización política de los Mossos en favor de esa causa”. Declaró que “desde los mandos de los Mossos se dijo que la prioridad era informar de los movimientos, vehículos y número de agentes de Guardia Civil y Policía” y “se ordenaron fotografías de los vehículos camuflados”. “La finalidad de esto era impedir el cumplimiento del auto judicial”, sentenció.
Por este motivo, él mismo, como coordinador del dispositivo, decidió dejar de informar a los Mossos de sus actuaciones por miedo a que las usasen en contra de la Policía y la Guardia Civil. También desconvocó las reuniones presenciales previstas para ese día porque, “desde primeras horas, estaban constatando que la actuación de los Mossos no estaba alineada con los objetivos mandados por Fiscalía y TSJ, sino que su actuación estaba más encaminada a dificultar el dispositivo”. “El primer requisito para coordinación es la unidad de propósito”, argumentó.
Los abogados de los acusados preguntaron al coronel acerca de la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad. De los Cobos definió su papel como “proporcionado y consecuente”. A su juicio “no hubo cargas el 1-O” y prefirió definirlo como “actuaciones policiales para cumplir el mandato judicial, con los medios proporcionales pertinentes”. En ese sentido, negó haber visto actuaciones agresivas después de que el abogado de Oriol Junqueras le mostrase un vídeo con una de las escenas polémicas del proceder policial que dieron la vuelta al mundo tras el referéndum ilegal.
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