Política

Ultimátum de Garzón a Iglesias: las nuevas elecciones dinamitarían la alianza IU-Podemos

También Enrique Santiago, del PCE y uno de los principales consejeros de Iglesias, apuesta por evitar las urnas

Otra vuelta de tuerca para Pablo Iglesias, esta vez por parte de sus aliados. Alberto Garzón, coordinador nacional de Izquierda Unida, teme que si en noviembre se vuelve a votar los críticos en su formación acaben rompiendo el pacto con Podemos. Fuentes del partido morado añaden que Enrique Santiago, líder del PCE y uno de los políticos en el que más confía el secretario general de Podemos, también ha aconsejado evitar las urnas. La última salida para Iglesias puede acabar siendo la investidura gratis a Sánchez, aunque el pasado lunes José Luis Rodríguez Zapatero esbozó una nueva tercera vía.

Iglesias quiere esperar. Confía que Pedro Sánchez acabe cediendo al último minuto y ofrezca una coalición parecida a la del pasado mes de julio. Puede incluso corregir esa fórmula, pero siempre en el marco del cogobierno, que es la verdadera línea roja de los morados.

Los aliados de Iglesias están de acuerdo en que hay que seguir presionando a Sánchez, pero advierten de que esperar hasta “el último minuto” puede ser demasiado tarde. Recuerdan que, más allá de la sesión parlamentaria del próximo jueves, quedaría la semana siguiente en la que el Jefe del Estado se reunirá con todo los líderes políticos. Y con el temor a que finalmente Sánchez renuncie a presentarse a la investidura. 

Miedo a perder el escaño

Ante el temor a nuevos comicios, gana fuerza la apuesta por conceder a Sánchez una investidura gratis, es decir darle apoyo aún sin tener ministros morados en el Consejo. El pasado lunes, después de la reunión de la dirección, la portavoz Noelia Vera no ha descartado de manera tajante esta posibilidad, que para muchos dirigentes de Unidas Podemos es la “más razonable” para salir del bucle, como adelantó Vozpópuli.

De izquierda da derecha: Pablo Echenique, Pablo Iglesias, Noelia Vera, y los diputados Juan Manuel del Olmo y Rafael Mayoral Peral

Garzón, en concreto, teme no poder aguantar las presiones internas. En varias regiones el coordinador de IU se enfrenta a sectores que desean romper el pacto del botellín que se selló con Iglesias en 2016. Aquel acuerdo dio vida a Unidos Podemos, pero creó fracturas internas y críticas. Para algunos dirigentes de la formación de Garzón, seguir abrazados a los morados conllevará a la irrelevancia, y entre los miembros del grupo parlamentario de Unidas Podemos existe el temor a no revalidar el escaño.

Enrique Santiago, jefe de la corriente del PCE en IU, también aboga por evitar los comicios, afirman fuentes de Podemos a este diario. La posición de este abogado que ayudó a las FARC en el proceso de paz en Colombia no es baladí, puesto que dirigentes del partido morado aseguran que hoy en día Iglesias confía únicamente en su juicio y en el de Yolanda Díaz, portavoz de La Marea gallega.

La vía Zapatero

Ante el embrollo general se vislumbra una última salida. La esbozó el pasado lunes el expresidente Zapatero en La Sexta, pidiendo “racionalidad” y amagando con un pacto de investidura vinculado a los presupuestos del próximo año, con la posibilidad para los morados de entrar en el ejecutivo tras un periodo de espera. Para vertebrar la confianza hace falta tiempo y diálogo, fue el tono del discurso de Zapatero, quien según fuentes del PSOE no da un paso sin tener el apoyo de Sánchez. Después de la declaración de Zapatero, PSOE y Podemos han anunciado que volverán a hablar este martes en el Congreso de los Diputados. 

Iglesias parece estar arrepentido de haber rechazado la coalición ofrecida por Sánchez hace dos meses. Ayer en Rusia Today dijo que fue un error no haberse encargado personalmente de la negociación. Esa salida sonó a crítica velada a Pablo Echenique, quien estuvo al mando de los encuentros con Carmen Calvo y a quien fuentes de Podemos achacan el fracaso del pacto.

https://twitter.com/pnique/status/1171069364935831553?ref_src=twsrc%5Etfw

Búsqueda de la salida "digna"

En las últimas semanas, Iglesias ha reducido la disyuntiva sobre la posición de su partido en la dicotomía entre humillación y dignidad. Hace pocos días pidió a través de algunos emisarios a La Moncloa que hiciera una oferta “digna”, y que él estaba dispuesto a ceder. Sánchez planteó altos cargos y el control de entidades públicas, pero el entorno de Iglesias consideró insuficientes la propuesta.

Ahora, sin embargo, entre la coalición y la investidura gratis queda en el aire esa tercera vía de la que habló Sánchez la semana pasada, y que todavía no ha concretado. Si el socialista piensa en lo que esbozó Zapatero --pacto de investidura con la garantía de que salgan los presupuestos, y la promesa a seguir hablando para el ingreso de los morados de aquí a un año en el Ejecutivo-- para Iglesias se estrechará su margen de acción.

Desde IU, así como entre las confluencias, aumentaría la presión interna, y el líder morado podría ver la conveniencia de ganar tiempo y reordenar a sus tropas para consolidar el liderazgo suyo y de Irene Montero. “Hay que parar el balón y arreglar el vestuario”, confía un dirigente morado.

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