Política

Enrique Álvarez Conde, el 'reconstructor' del acta de Cifuentes

El director del Instituto de Derecho Público del que dependía el máster de la presidenta de la Comunidad de Madrid es autor de uno de los manuales de mayor calado entre los estudiantes de Derecho del país, unas 900 páginas a las que parecen quedarles mayor recorrido en las universidades que al propio catedrático, ya que este viernes fue suspendido de su función 

La popularidad de Enrique Álvarez Conde, catedrático de Derecho Constitucional de Universidad Rey Juan Carlos desde 1999, ha trascendido más allá del mundo académico gracias a uno de los másteres que figuran en el currículum de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes: el de Derecho Público del Estado Autonómico.

La filtración de las notas supuestamente falsificadas en el expediente de la política del Partido Popular a eldiario.es por parte del profesor Salvador Perelló llevaron a Álvarez Conde, autor de uno de los manuales de mayor calado entre los estudiantes de Derecho de decenas de universidades españolas, a salir de la 'cueva' y comparecer públicamente en una rueda de prensa junto al rector de la URJC, Javier Ramos, y Pablo Chico, el profesor que mandó cambiar la nota de una materia del máster de Cifuentes en 2014 en un correo electrónico.

Urgían las explicaciones y, al fin y al cabo, Álvarez Conde era el director del instituto universitario del que dependía el título. "Fue tratada (Cifuentes) como cualquier otra alumna de esta Universidad", defendió durante su intervención. Preguntado por el acta del Trabajo de Fin de Máster de la estudiante llegó a asegurar, en un tono algo chulesco, que no lo podían enseñar "por la ley de protección de datos". Pero el trabajo no aparecía por ningún sitio, un dato que tanto el director del Instituto de Derecho Público como el profesor Chico prefirieron ocultar a Ramos.

Del bochorno al incendio

Pero el bochorno de la rueda de prensa iba dando paso a un incendio en el despacho donde trabaja el equipo de Gobierno de Cifuentes en la Puerta del Sol. Maite Feito, asesora del consejero de Educación y fiel conocedora de las bambalinas de la URJC, donde es profesora, habría acudido a la Universidad para tratar de justificar que el procedimiento para obtener el título del máster se habría llevado a cabo de forma regular.

Así, Álvarez Conde haría llegar un acta de evaluación falsificada del TFM de Cifuentes a la Universidad -aún está por comprobarse si motu proprio o a petición de un tercero- y la institución, se lo rebotaría a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Al descubrirse que el documento había sido fabricado el mismo día, el director del instituto trató de salir del paso explicando en 'Onda Cero' que fue Ramos quien le habría pedido "reconstruir" un acta que ya "existía", un encargo que el rector negó "rotundamente".

Nacido en la localidad zamorana de Matilla de Arzón en 1952, se doctoró 'cum laude' por la Universidad de Valladolid en 1976

Desde entonces, el reconocido catedrático de Derecho Constitucional -abogados mediante- ha caído en el ostracismo y este viernes llegaba la puntilla final: el rector le suspendía de su cargo después de casi 20 años al frente. Nacido en la localidad zamorana de Matilla de Arzón en 1952, Álvarez Conde se licenció en Derecho con sobresaliente y se doctoró cum laude por la Universidad de Valladolid en 1976.

Antes de aterrizar en la URJC de Madrid en 1999, había sido letrado del Consejo General del Poder Judicial (1991-1996) y director del Instituto Nacional de la Administración Pública (1996-1999), el organismo de la Administración General del Estado, y también había pasado por las universidades de Alcalá de Henares, Valencia y San Pablo CEU como docente.

Regensburg, Udine, Génova, Bolonia, el Queen Mary College de Londres, Niza, Siena, la Universidad Alberta de Canadá y diversas universidades norteamericanas le han acogido durante su trayectoria como profesor visitante. Cobran especial relevancia estos días las reflexiones sobre la universidad que el 'reconstructor' del acta de la presidenta de la Comunidad de Madrid publicaba en su blog personal.

Los poderes públicos

"La autonomía universitaria, más que referirse a los derechos subjetivos de la comunidad universitaria, afecta a las relaciones de esta institución con los poderes públicos. Y en este sentido aquella resulta muy minusvalorada", explica considera Álvarez Conde. Tanto el Estado como, especialmente, las CCAA, continúa, ejercen una función de tutela sobre las Universidades que, difícilmente, permiten la existencia de una autonomía organizativa, financiera, docente y de investigación.

"¿Quién manda en la Universidad? ¿El claustro? No ¿El rector? No. La ANECA y la Consejería de Educación de la correspondiente Comunidad Autónoma. Estos son los verdaderos titulares de la autonomía universitaria". El director del instituto lo tiene claro.

Pese a ser el primer sacrificado del ya conocido como mastergate y pese a que diversas fuentes docentes de la URJC describen 'su' instituto -un despacho situado en el edificio departamental del campus de Vicálvaro, frente al Departamento de Ciencias Jurídicas- como un "chiringuito" en el que el catedrático hacía y deshacía másteres, títulos, cursos y proyectos a su antojo, Álvarez Conde criticaba en sus escritos a ciertas "tribus universitarias".

Las "tribus universitarias"

Entre estas, y basándose en un ensayo del catedrático de Derecho Administrativo Alejandro Nieto, señala a las autoridades, estatales o autonómicas, "que desprecian la autonomía de las Universidades, considerándolas como una sucursal propia donde colocar a sus amigos y parientes"; los rectores y órganos de gobierno de las universidades que, "pese a su legitimidad democrática, unas más que otras, utilizan a las mismas en función de sus intereses particulares de promoción política o académica" y a los profesores universitarios "que continúan defendiendo la endogamia académica y creando auténticos ghetos en sus respectivas áreas de conocimiento".

Además, apunta como otra 'tribu' -"sin pretender que nadie se vea reflejado ni implícitamente mencionado"- a los docentes que se eternizan, años y años, en sus puestos de trabajo, renunciando a cualquier tipo de investigación e innovación; a los estudiantes que creen en la universidad como una prolongación de los centros de enseñanza media y que, además, dice, adoptan una actitud pasiva y se dejan utilizar por el profesorado. Y por último, a los miembros del PAS, "cuando actúan exclusivamente como una administración al servicio del poder establecido".

Tan solo hay individuos o personas singulares, en las cuales es preciso confiar"

"Posiblemente todas estas pequeñas 'tribus universitarias' no se producen en una misma universidad. Pero lo cierto es que todas las universidades cuentan con una o varias de ellas. El problema, realmente terrible, es cuando existen universidades, y las hay, donde se reproducen todas ellas y muchas más que no hemos mencionado", opina. En este último caso, continúa, la solución es realmente difícil, pues no existe un solo sector limpio de culpa que pueda tirar la primera piedra. "Tan solo hay individuos o personas singulares, en las cuales es preciso confiar", advierte.

¿Es la URJC una instituciones donde se reproducen todas esas tribus a la vez? ¿A cuál pertenecía el propio Álvarez Conde? ¿Qué culpa se atribuye? En sus entradas parece criticar las mismas malas prácticas que ahora se le atribuyen. Con la investigación sobre el caso del máster de Cristina Cifuentes en manos de la Fiscalía y con la apertura de una serie de auditorías para evaluar la gestión académica y económica en los institutos y centros por parte de la propia URJC, cada vez se complica más la misión que el rector Ramos le habría encargado tras estallar el escándalo según sus propias palabras: "Enrique, arréglalo".

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