El final del período ordinario de sesiones no parece que vaya a dar respiro a la batalla política en el Congreso de los Diputados. La Cámara Baja se prepara para un verano con trabajo de las comisiones, comparecencias de los ministros y algunos plenos extraordinarios una vez finalice el calendario ordinario de sesiones el 25 de junio.
La gestión de la emergencia sanitaria y del proceso de 'desescalada' seguirá marcando los meses más calurosos, en los que la Diputación Permanente asumirá las funciones de un Parlamento que lleva meses trabajando bajo mínimos por la crisis del coronavirus.
El órgano que se queda al cargo de la Cámara fuera de los períodos ordinarios de sesiones (de febrero a julio y de septiembre a diciembre) puede solicitar por mayoría la celebración de plenos extraordinarios para tratar diversos asuntos. Entre otros, la comparecencia de ministros o del propio presidente del Gobierno, que también puede pedir comparecer a petición propia.
Asimismo, el órgano donde están todos los portavoces y dirigentes políticos de los principales partidos también se reunirá previsiblemente de manera obligada para convalidar los eventuales reales decretos que apruebe el Gobierno en el marco del proceso de 'desescalada' y que han de recibir el visto bueno de la Cámara Baja en el plazo de un mes desde que les da luz verde el Consejo de Ministros.
Fuentes parlamentarias consideran que, a pesar de un posible descenso de actividad en las dos primeras semanas de julio por las elecciones vascas y gallegas, la Cámara Baja registrará actividad con la posible habilitación de diversas comisiones para que realicen trabajos paralizados a causa de la covid-19, que habrán de celebrarse necesariamente en las salas más grandes (Ernest Lluch, Constitucional, Cánovas, Prim y Sagasta) para garantizar el espacio entre los parlamentarios.
Aunque la voluntad era darla por concluida a finales de junio, la Comisión de Reconstrucción puesta en marcha para debatir propuestas que aceleren la salida de la crisis del coronavirus probablemente alargará sus trabajos antes de emitir su dictamen.
El Congreso también contempla su particular plan para que se puedan ir reincorporando paulatinamente cada vez más parlamentarios. En cuanto al hemiciclo, hasta que en Madrid no se inicie la segunda fase del plan de 'desescalada' no podrá elevarse la presencia hasta los 133 diputados (un tercio del aforo) y hasta los 200 cuando la capital alcance la tercera fase. Además se ha aprobado un plan de contingencia que permita adoptar las medidas para garantizar la seguridad de los trabajadores
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