La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y dos ministras, María Dolores de Cospedal (Defensa) y Fátima Báñez (Trabajo) arroparon ayer a Ángel Garrido en su toma de posesión como sexto presidente de la Comunidad de Madrid.
Los expresidentes Alberto Ruiz Gallardón y Joaquín Leguina acudieron a un acto que presentaba un lleno total en la Casa de Correos y donde también estuvo el presidente del Senado, Pío García Escudero, nuevo enviado especial de Mariano Rajoy a la grave crisis que vive el PP madrileño.
El Dos de Mayo, en la fiesta de la Comunidad, el protocolo sentó juntas a la vicepresidenta Saénz de Santamaría y a la ministra Dolores de Cospedal, conocidas enemigas. Hoy se ha repetido la historia y si bien no se les ha visto darse besos en público, parece que ambas habían acordado escenificar menos la tensión.
Tras la toma de posesión posaron juntas en una foto con el nuevo presidente por un año. Incluso no se fueron nada más terminar, como el 2-M y estuvieron departiendo con los invitados, muchos de ellos del PP de Madrid, durante cerca de media hora.
En la fiesta sólo faltó el portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, que se excusó por haber tenido que asistir a la misma hora a un acto de víctimas del terrorismo. Esta ausencia se puede interpretar como un anuncio de lo que va a ser lo que queda de legislatura para Garrido: control máximo del rival en votos.
Garrido nombrará en las próximas horas a dos nuevos consejeros/as y se pondrá a andar este nuevo Gobierno tras el lío del máster y las cremas de Cristina Cifuentes.
Parece que la consejera de Justicia será Yolanda Ibarrola, directora general de Justicia y de Presidencia alguno de sus colaboradores más cercanos. En todo caso tendrán que ser personas que conozcan la situación actual de la materia porque no hay tiempo para ponerse al día.
Garrido tuvo el gusto de hacer la toma de posesión breve. Tras los agradecimientos correspondientes, prometió lealtad institucional y trabajo a tope.