"Un homenaje con un perdón público del presidente del Gobierno". Esa es la demanda del colectivo de víctimas del Yak-42, que esta tarde ha asistido a la comparecencia de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, en el Congreso. Cospedal ha informado del informe elaborado por el Consejo de Estado sobre la tragedia y ha pedido "perdón" a los familiares de las víctimas "en nombre del Estado". El colectivo lo acepta y lo valora, pero demanda que sea Mariano Rajoy quien ofrezca esa disculpa y que lo haga como colofón a un "homenaje" el próximo mes de mayo, cuando se cumpla el 14º aniversario del accidente.
"Tiene que haber un desfile de todos aquellos compañeros que realmente quieran desfilar por ellos [por los 62 militares fallecidos en el Yak]", ha declarado la portavoz del colectivo, Curra Ripollés, al concluir la comisión. Ripollés ha estado presente en la sesión, junto a otras víctimas, y ha emitido un juicio ante los medios minutos después de concluir. Tras recordar que en 2003 "no se nos dejó [celebrar] un velatorio común" y tampoco se permitió que los compañeros de las víctimas acudieran de uniforme a homenajearlos, ha reclamado que Rajoy promueva el mencionado acto de reconocimiento.
"Las cosas no se hicieron bien ni con responsabilidad", ha añadido: Esos 62 militares "no dieron su vida por España, les quitaron la vida". Ripollés considera que el debate sobre la tragedia en los últimos días y las exigencias de perdón han desgastado este concepto -"la palabra ha quedado prostituida"- y por ello quieren un gesto de más carga simbólica que el ofrecido por Cospedal en la Cámara baja.
"Le honra", ha dicho la portavoz del colectivo, pero no están de acuerdo con algunas de sus explicaciones. Por ejemplo, en lo relativo a la carencia de seguro en el vuelo siniestrado o a los contratos desaparecidos sobre ese y otros aparatos utilizados por el Ejército en aquella época. Las víctimas agradecen su esfuerzo y su actitud, aunque todavía están lejos de darse por satisfechas.
Sobre las intervenciones de los grupos parlamentarios, Ripollés ha manifestado que se han quedado al margen de la disputa partidista. "Han preguntado lo que queríamos saber", con un "respeto" que merece su alabanza y un "lenguaje diferente" al que normalmente se utiliza en el Parlamento.
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