Política

Millo retrata la violencia del procés: amenazas y patadas en la cabeza con la 'trampa del Fairy'

El ex delegado del Gobierno en Cataluña despliega el discurso más contundente de los escuchados hasta ahora en el Tribunal Supremo en favor de la acusación por rebelión

“Vi un chaleco antibalas rajado de extremo a extremo, eso no se hace con una uña”, “artes marciales para patear la nuca”, “la trampa del Fairy: echar detergente a la puerta de los colegios para que los policías resbalasen y después patearles la cabeza”... Estos son algunos de los numerosos actos violentos que ha detallado el ex delegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo durante su comparecencia como testigo en el juicio del procés.

Millo ha descrito así algunas de las escenas a las que se tuvo que enfrentar la Policía y la Guardia Civil en los colegios electorales el 1-O. Ha sido el momento más álgido de su exposición en el Tribunal Supremo hasta el punto de que la reacción del público en la sala de vistas ha obligado al presidente del tribunal, Manuel Marchena, a pedir orden. Millo ha desplegado un discurso en el que la palabra violencia ha sido una de las más repetidas.

En su exposición se ha referido en varias ocasiones a los CDR (Comités de Defensa del Referéndum) para situarlos en el eje de esa violencia al decir que “adquirieron una importancia tremenda, la capacidad de movilización era extraordinaria a través de los grupos de WhatsApp”. “Hubo llamadas a ocupar los colegios a través de las redes sociales, había asociaciones de padres de alumnos, los CDR, se organizaban actividades de carácter lúdico, deportivo... la imaginación al poder con el objetivo de ocupar esos colegios durante el fin de semana, incluso por la noche, con sacos de dormir”, ha relatado.

"Decenas y decenas y decenas" de actos violentos

El ex delegado del Gobierno ha sido hasta ahora el más gráfico de todos los que han declarado a la hora de apuntalar la presunta violencia del procés en la que se basa la acusación de rebelión que sostiene la Fiscalía. Millo ha comenzado cifrando entre 100 y 150 los actos de violencia o acoso que tuvieron lugar en Cataluña desde el 8 de septiembre cuando la justicia anuló la convocatoria del referéndum.

“Se empezó a generar -ha denunciado- un clima que fue aumentando. Tenía el sentido de intimidar la acción de las fuerzas de seguridad. Contabilicé más de 100 o 150 acciones en municipios, edificios públicos, cuarteles de la Guardia Civil, lanzamiento de objetos incendiarios, a comitivas judiciales a hoteles donde había policías hospedados, hubo que desalojar a algunos, a las delegaciones de Gobierno... se creó un clima desde el 10 de septiembre. Donde había una acción judicial, aparecía un grupo numeroso de personas para acosar, hostigar, amenazar o a agredir directamente”.

El ex delegado se ha puesto incluso como ejemplo al recordar una pintada callejera dirigida a él que decía “Millo muérete”. “Muy pacífico no es”, ha apuntado. En el mismo sentido se ha referido a los hechos ocurridos el 20 de septiembre ante la Consejería de Economía, el día anterior en otro registro, a otra actuación en la Consejería de Exteriores... “Eso que escuchábamos en las redes sociales como no que ‘no saldrán hasta que no queramos’ o llamadas a ‘defender nuestras instituciones’ es como si alguien les estuviese atacando, es como el mundo al revés porque era policía judicial”, ha lamentado.

Advirtió a la Generalitat

De todo este caldo de cultivo advirtió Millo a la Generalitat, siempre según su versión, en la Junta de Seguridad del 28 de septiembre en Barcelona, tres días antes del referéndum y en concreto al expresidente Carles Puigdemont: “Le advertí del escenario que se estaba viviendo, que generaba preocupación, Lo habíamos visto desde el 8 de septiembre cómo se habían producido decenas y decenas y decenas de actos de acoso. Había un clima de crispación que hacía prever que había un riesgo para la integridad de las personas si no se cumplía con el auto judicial”.

En todo este contexto ha recordado que aquel día, el expresidente Puigdemont -al que el fiscal Javier Zaragoza se refiere en todo momento como “el procesado rebelde”- compareció para “aplaudir” a quienes habían salido a la calle a “defender las urnas y los colegios”. “Eso es diferente, ya no es defender a la gente que va a votar, sino a la gente que se oponía al auto judicial”, ha apuntado Millo.

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