Desde el sur hasta el norte y, después, al centro de Madrid. Vox lleva meses preparando su asalto a la región dominada por el Partido Popular durante las dos últimas décadas. Pequeños actos de seiscientas personas en el cinturón madrileño dieron paso a un gran evento hace apenas tres semanas en la cubierta de Leganés con más de 8.500 simpatizantes. Y, a cinco días de las elecciones generales del domingo, Santiago Abascal logró reunir en la plaza de toros de Las Rozas a más de 4.500 asistentes antes del cierre de campaña de este viernes en la plaza de Colón.
Abascal intervino apenas unos minutos antes del segundo debate electoral del que se quedó fuera por decisión de la Junta Electoral Central (JEC). "El éxito es que esta plaza está llena de sentido común, mientras que el plató de Antena 3 está lleno de lugares comunes", criticó en referencia al debate de este lunes en la televisión pública. "Hay millones de españoles que no se sienten representados", arengó tras recriminar que la cita fue "la reunión de la decepción, de la traición, del marketing y del odio". "Los cuatro jinetes del apocalipsis nacional en estos momentos", dijo en referencia a los candidatos de PP, PSOE, Ciudadanos y Unidas Podemos
Son "iguales en lo esencial" remarcó al tiempo que criticó la ausencia de menciones a las leyes de género, de Memoria Histórica, de inmigración o de la financiación de los partidos políticos. "Ni una sola solución para Cataluña", insistió el líder de Vox pidiendo la aplicación del artículo 155 de la Constitución para "disolver" al cuerpo de los Mossos d'Esquadra e "integrar a los leales en la Policía Nacional". "No dijeron nada del Estado de las Autonomías que se ha convertido en el estado de bienestar de los partidos", prosiguió antes de burlarse de los lemas de campaña escogidos por el resto de formaciones.
"Valor seguro...", dijo en referencia al del PP. "Lo único seguro es que no tienen valor para combatir a la izquierda", sentenció. Además, acusó a la Junta Electoral Central se ser "cómplice" de algún episodio violentos que se ha producido a las puertas de sus mítines. "No nos protege en las calles, no está dando las órdenes a la Delegación del Gobierno para que esas manifestaciones sean disueltas a pelotazos o como sea para que las gentes de Vox puedan vivir en libertad", añadió.
La candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid en las autonómicas del 26 de mayo, Rocío Monasterio, se encargó de abrir el acto cargando contra los medios de comunicación. "Cada vez que nos atacan, salimos fortalecidos", dijo después su marido y número tres en la lista por Madrid al Congreso, Iván Espinosa de los Monteros. "Mi teoría es que hay un complot progre para que ganemos. ¡Santi, afloja", remató durante un irónico discursó que logró arrancar una gran ovación de las gradas que Mariano Rajoy no logró llenar en la campaña de 2015.
Monasterio, "el azote de las femanzis" -según la definió Abascal- también atacó duramente a los populares por "estafar ideológicamente" a sus votantes. [Cristina] "Cifuentes aprobó en Madrid las leyes que permiten que nuestros hijos sean adoctrinados en las escuelas", apostilló. Ahora, varios cargos del PP se han pasado a las filas de Vox. Entre ellos, históricos como el exconcejal y exnúmero dos de Esperanza Aguirre, Íñigo Henríquez de Luna, será el número cinco de la candidatura del partido para la Comunidad. Un puesto que le puede garantizar escaño el próximo 26-M. Las últimas encuestas colocan con un 17% de intención de voto a la formación de Abascal como tercera fuerza por delante de Cs y Podemos.
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