Momento dulce para Vox. Por obra y magia del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se ha enterrado la 'crisis' de Vox -ahora la crisis la tienen los populares- y se ha concedido un balón de oxígeno de primera al partido de Santiago Abascal. A una semana para la votación en las elecciones gallegas, el Partido Popular dinamitaba todo su discurso contra la amnistía entrando de lleno en la retórica socialista de la necesidad de "reconciliación" en Cataluña y de indultar -con condiciones- a Carles Puigdemont. En Vox consideran que este disparo en la sien del PP, sumado al levantamiento de los agricultores contra las políticas de Bruselas, aúpan sus posibilidades de cara a las elecciones gallegas.
El escenario no puede ser más favorable para Bambú, que partía a la lucha electoral con las encuestas en contra y un candidato, Álvaro Díaz-Mella, que no consiguió entrar en el Ayuntamiento de Vigo en las últimas municipales y tampoco en el Congreso de los Diputados cuando se presentó por Pontevedra el 23-J.
El trompazo del PP este fin de semana da alas a un Vox que se erige como el único partido que realmente hace frente al sanchismo. "Esta semana nos hemos enfrentado a una estafa más. El líder del PP confirma que necesitó 24 horas para estudiar la ley de amnistía y confirma que está a favor de indultos condicionados. A nosotros no nos pillan en una reunión con Junts, ni planteándonos una ley de amnistía, ni poniendo condiciones… No convocamos a los españoles a movilizarse contra el Gobierno que rompe la Constitución y pactando con él después reformas, reparto de Comisiones o de miembros del CGPJ con un mediador europeo", aseveraba Abascal esta semana en rueda de prensa.
En Bambú consideran que con un resultado tan ajustado como el marcaban hasta ahora las encuestas, cualquier desequilibrio como el producido por los de Feijóo este fin de semana puede hacer que el reparto de escaños cambie. El PP ha dejado el terreno abonado para que Vox saque la artillería no solo en estas elecciones, sino las que quedan por jugar este año -especialmente las catalanas-.
El tempo no ha podido jugar más a favor de los de Abascal. El pasado jueves Vox anunciaba que el incendio de la formación en Baleares se apagaba definitivamente, llegando a un acuerdo con los diputados díscolos. Dos días después lo que se incendiaba era el Partido Popular.
La fuerza de Vox en el campo
Otro cisne negro que beneficia a Vox en esta campaña electoral es la rebelión de los tractores. Las reivindicaciones de los agricultores caminan en la misma línea que las propuestas de Vox estos últimos años, y tienen como núcleo de su crítica las imposiciones burocráticas de Europa y la competencia desigual con terceros países de los que se importa fruta y verdura (como Marruecos).
Jorge Buxadé, jefe de la delegación de Vox en el Parlamento Europeo, organiza este miércoles un encuentro entre el comisario Europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, los representantes de las principales asociaciones agrarias de España y los consejeros de agricultura de la Comunidad Valenciana, Castilla y León, Extremadura y Aragón.
En su última intervención en el Congreso de los Diputados, Abascal denunciaba que la Agenda 2030 "es una amenaza de muerte para el campo español y un plan de despidos masivo, inexorable, masivo, silencioso, no sólo para el sector primario sino para la industria y el transporte. Es una condena a la dependencia exterior y una sentencia de muerte a una sociedad vigorosa que quieren sustituir por una sociedad debilitada, subsidiada y lanar. Ustedes -PP y PSOE- no quieren una España de agricultores y ganaderos, quieren una España de borregos a la que mentir a placer".
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