La izquierda a la izquierda del PSOE sufrió un severo golpe en las elecciones gallegas. Yolanda Díaz no tiene predicamento en su tierra. La líder de Sumar vio este domingo como su experimento de partido no solo no logró entrar en el Parlamento gallego, sino que logró 4.000 votos menos que Vox. Los de la vicepresidenta segunda se hicieron con 28.154 papeletas por las 32.479 de Vox. Mientras que Podemos apenas pescó 3.852 votos. Casi les dobló el PACMA (5.372).
Yolanda Díaz dilapida la carrera política de la candidata, Marta Lois, que renunció a su escaño en el Congreso y a la portavocía del gripo. Mientras que los morados certificaron su muerte. Sumar se jactaba de que es la fuerza alternativa a Ferraz con suficiente fuerza y empuje. Pero las elecciones gallegas han supuesto un fracaso colosal para la vicepresidenta. El partido desveló en diciembre la lista de 50 nombres que componen la sucursal gallega de Sumar. En la lista hay figuras procedentes del PSOE y del BNG. Es más, la hasta ahora número dos de Podemos allí, Gloria Alonso, abandonó el barco morado para sumarse a Sumar. Pero de nada le ha servido.
Galicia se había convertido en un asunto personal para Yolanda Díaz. Y no deja de ser irónico que la implosión de Sumar, con la salida de Podemos, y el consecuente desastre electoral se haya producido en el sitio donde empezó todo. Allí se fraguó la relación entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz. La historia de ambos viene de lejos. Iglesias fue asesor de Yolanda Díaz hace una década, cuando la gallega estaba en la cocina de Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), una coalición electoral levantada tras un trato entre una facción del nacionalismo gallego e Izquierda Unida, junto a Xosé Manuel Beirás. Y las cosas salieron bien, porque se situaron como tercera fuerza por detrás de PP y PSOE. Entonces Podemos no existía. Y el liderazgo de Yolanda Díaz estaba por hacer.
El idilio entre Iglesias y Díaz se intensificó en aquellos años. La política estaba mutando y muchos miraban al equipo de Beirás como un reflejo del expresidente griego Alexis Tsipras: la Syriza gallega batallaba en el Parlamento autonómico y después, el "referente morado" inventó Podemos y la marea gallega subió tanto que inundó Madrid. La entrada de Yolanda Díaz en el Congreso en 2015, impulsada por los 408.000 votos de En Marea, la coalición que amarró con Podemos y los nacionalistas de Anova, la volvieron a poner cerca de Iglesias. El panorama ahora es muy distinto: Sumar es irrelevante en Galicia y Yolanda Díaz tampoco tenía buen recuerdo de los últimos comicios gallegos, ya que Galicia en Común-Anova-Mareas tampoco sacó ningún diputado. Los navajazos y las escisiones les aniquilaron. Y lo mismo les ha vuelto a ocurrir ahora. Parece ser que no aprenden.
Díaz lanzó a mediados de diciembre a su candidata rodeada de exdirigentes y exmilitantes del PSOE, de Podemos, del BNG o de Esquerda Unida. Pero en Galicia se ve a Yolanda Díaz como una rara avis a la que conocen bien. Las elecciones gallegas eran claves para la izquierda a la izquierda del PSOE, porque eran las primeras en las que Sumar se ha medido con Podemos. Y el resultado no ha podido ser más desalentador. La avalancha de cargos de distintos partidos que arroparon a Díaz pretendió ser una demostración de fuerza de la vicepresidenta que no se ha traducido en escaños ni en votos. Y eso que en un principio Podemos y Sumar intentaron ponerse de acuerdo. Pero las bombas les han arrasado.
El capítulo de los despachos en el Congreso es el último de una larga saga de jugarretas entre excompañeros irreconciliables y enemistados hasta el odio visceral. Los de Ione Belarra llevaban meses haciendo sonar tambores de guerra dentro de Sumar. El mosqueo en la sede de Francisco Villaespesa era mayúsculo después de que Yolanda Díaz les impidiera intervenir durante la investidura de Alberto Núñez Feijóo en contraposición a los comunes y a Izquierda Unida, que sí tuvieron voz (Aina Vidal y Enrique Santiago). Cabe señalar que las portavocías adjuntas del grupo parlamentario están repartidas solo con Compromís (Àgueda Micó) y Chunta (Jorge Pueyo). Hoy los dos partidos no tendrán despachos de defender en Galicia.
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