Hacía tiempo que Felipe González quería tomarle la medida a José Luis Rodríguez Zapatero. Y el primer expresidente socialista ajustó cuentas el pasado jueves en El Hormiguero. González se la devolvió a Zapatero tras reprocharle sus críticas al Gobierno de Sánchez. El tortazo se oyó en Marte: "Es buen muchacho, cuando salió del Gobierno ganó el PP con mayoría absoluta, dejó solo a Rubalcaba y el PSC cayó a mínimos históricos. La peor época del PSC es la herencia de Zapatero, que ahora está ahí salvando al PSC y a todos los demás. No sé de qué nos va a salvar, porque fue una herencia terrorífica". ¿Pero por qué esa inquina? Una fuente socialista que conoce bien a ambos explica una de las grandes razones: "A Felipe le duele mucho el apoyo de Zapatero a Maduro. Lo de Venezuela le envenena".
El expresidente Zapatero lleva casi 9 años de misión en Venezuela. Y en este tiempo se ha autoerigido en una suerte de mediador, aunque sus detractores (González incluido) le ven más como un ministro al servicio de Nicolás Maduro. "No está en condiciones de responder a qué juega. Yo a la propia oposición le digo: si alguien quiere conseguir algo del régimen de Maduro, probablemente el interlocutor para conseguir algún favor sea más el presidente Zapatero que yo. Pero si alguien quiere pelear por la democracia, no le va a venir el apoyo del Grupo de Puebla, ni de Zapatero. Es lo que creo", dijo González hace unos meses en el canal de noticias colombiano NTN24.
Lo cierto es que Zapatero ha jugado un papel central en todas y cada una de las crisis que ha vivido el régimen de Nicolás Maduro en la última década. Las revueltas estudiantiles del 2014, la crisis del referéndum revocatorio del 2016 y la crisis presidencial del 2019 con el choque de legitimidades entre Maduro y el líder opositor Juan Guaidó han tenido a Zapatero como protagonista de una u otra forma. Y casi siempre en defensa de Maduro. “Es muy simple”, explican las fuentes consultadas, que zanjan: “Zapatero está vinculado a cualquier comisión o mesa de diálogo que haya en Venezuela para seguir cobrando”.
El dirigente socialista ha participado en todas estas meses entre el régimen de Maduro y la oposición. Las ha habido de todos los colores y han estado auspiciadas por Gobiernos, por Unasur y hasta por el Vaticano. Zapatero ha estado en todas. Lo más sangrante es que es difícil conocer el alcance de la represión de Maduro. Algunas oenegés han denunciado que el Estado venezolano ha sido responsable de la muerte directa de al menos 10.000 personas entre 2013 y 2023.
Y hay centenares de presos considerados políticos, así como un éxodo de millones de venezolanos hacia otros países. Una de estas historias se puede ver en la película ‘Simón’, estrenada recientemente en Netflix. “Cuando alguien quiere interceder por algún preso es obligatorio hablar con Zapatero”, explican estas fuentes, que aseguran que "los que han huido a Estados Unidos vienen a España solo a verle”.
El papel de Zapatero en Venezuela le ha dado acceso como dirigente destacado al Grupo de Puebla, que reúne a los principales espadas de la nueva izquierda latinoamericana. Es íntimo del kirchnerismo en Argentina, adora al mexicano Andrés Manuel López Obrador y, por supuesto, apoya ciegamente a Lula en Brasil con quien Sánchez se ha visto ya este año.
Pero es verdad que la izquierda latinoamericana no es homogénea. Y líderes como el actual presidente de Chile, Gabriel Boric, o referentes morales, como el expresidente uruguayo Pepe Mújica, han dejado claro que tienen a Maduro por “dictador”. El Grupo de Puebla también ha permitido a Zapatero conectar con China, cuya presencia en América Latina tiene cada vez más peso. El expresidente asistió en octubre del año pasado en Pekín al III Foro de las Nuevas Rutas de la Seda, el programa estrella multilateral de China para afianzar su influencia internacional mediante proyectos de cooperación e infraestructura en otros países.
En efecto, Zapatero se ha convertido en uno de los abanderados de los intereses de China en Puebla y, en menor medida, en España. Durante sus viajes, almorzó con Liu Jianchao, máximo responsable de Relaciones Internacionales del PCCh, con rango de ministro. También se entrevistó con Guo Yezhou, viceministro del Departamento Internacional del Comité Central del PCCh. Este jueves, precisamente, recibió a una delegación china en Ferraz junto a la número dos del PSOE, María Jesús Montero, y el número tres, Santos Cerdán.
También participó en un acto en Pekín de la consultora española Kreab, que empezó a operar en China hace tres décadas. El expresidente se presentó en estas citas como el político europeo que mejor conoce América Latina y el que mejor agenda de contactos tiene. China pretende afianzar la relación con el Grupo de Puebla, al que pertenece Zapatero. Fundado en julio de 2019 en la homónima ciudad mexicana, el grupo es un influyente foro de debate que agrupa a políticos de izquierdas de primer nivel de América Latina y de la península Ibérica.
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