La Zarzuela guarda un escrupuloso silencio tras hacerse pública la sentencia del ‘Caso Nóos’ que absuelve a la Infanta Cristina. Un portavoz de Palacio ha remitido a la nota oficial hecha pública con motivo de la imputación de la hermana del Rey en la que subrayaba el respeto absoluto a la acción de la Justicia. No habrá más comentarios aunque un sentimiento de alivio se respiraba en el entorno de la Familia Real al conocerse la decisión de la Audiencia de Palma.
La noticia fatídica sobrevino cuando los Reyes inauguraban una exposición en el Museo Thyssen, junto al presidente de Hungría, Janos Ader y su esposa, Ana Herczegh, con quienes luego celebraron un almuerzo en Palacio. No se interrumpió la agenda oficial aunque se alteraron levemente algunos detalles del programa. Los medios informativos no pudieron seguir a los monarcas durante el recorrido por la muestra, en contra de lo habitual y también se suspendió la presencia de informadores en el almuerzo previsto en Zarzuela. Don Felipe quiso mantener a rajatabla el programa previsto, elaborado hace ya semanas, pese a la coincidencia con la fatídica sentencia. Don Felipe y doña Letizia se mostraron relajados y sonrientes a su llegada al museo, donde posaron junto al equipo del centro artístico y luego lo hicieron en compañía de sus visitantes.
Historia de un cortafuegos
El cortafuegos de la Zarzuela comenzó a levantarse ya antes de la proclamación de don Felipe. Primero saltó Urdangarín, ya imputado, a quien se le borró de la web institucional y se le retiró de los actos oficiales. En junio de 2014, con la llegada de don Felipe al trono, se dio el siguiente paso. “Lo sentimos, Alteza, ya no se cuenta con usted”, se le comunicó a Cristina.
Felipe VI reordenó su Casa como primera providencia tras la sucesión. La Familia Real quedó integrada exclusivamente por los Reyes, sus padres y las Infantas, Leonor, ahora princesa de Asturias, y Sofía. Saltaban, pues, las hermanas del monarca, Cristina y Elena. Se justificó entonces la medida como algo tradicional. Don Juan Carlos también dejó fuera del núcleo real a sus hermanas Pilar y Margarita. Imposible saber qué habría pasado de no estallar el ‘caso Nóos’ en el rostro de Cristina.
Conforme avanzaba el procedimiento, y tras la imputación (por dos veces) de la Infanta, su hermano tomó decisiones más drásticas. Así, se le retiró el título de duquesa de Palma, para beneplácito de las autoridades de la isla donde tradicionalmente los Reyes y su familia pasan su temporada estival. Queda pendiente el último paso, su exclusión de la línea sucesoria al Trono, medida imposible de no contarse con la anuencia de la interesada. Cristina se niega. La renuncia a sus derechos dinásticos es preceptiva de quien los ostenta. Ha habido presiones, amigables y no, pero la infanta se niega a complacer los expresos deseos tanto de su hermano como de su padre.
Las relaciones entre los hermanos han quedado rotas. Don Felipe no mantiene contacto alguno con Cristina desde hace años. Es la proscrita sobre quien recae el peso el ánimo de ejemplaridad de la Corona. Don Juan arlos pidió perdón tras el escándalo del a cacería de Botsuana. Y abdicó. Desde entonces, mantiene una agenda oficial intermitentes, sustituye a su hijo en desplazamientos o ceremonias en el exterior, preside actos oficiales de segundo nivel y acude a celebraciones deportivas en las que se requiere la presencia de un miembro de la Familia Real. Sigue siendo Rey. Emérito, pero Rey.
Sus relaciones con don Felipe son muy estrechas. Despachan juntos con frecuencia cuestiones oficiales, repasan discursos, toman decisiones conjuntas. El Rey padre está instalado en un despacho inhóspito en el Palacio Real, pero sigue viviendo en el Palacio de la Zarzuela. Su hijo vive aún el llamado “Pabellón del Príncipe”, situado en el mismo complejo de los montes de El Pardo. El Monarca, eso sí, ocupó el despacho de su padre, donde desarrolla su actividad cotidiana.