El pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó este miércoles el presupuesto municipal para 2021 con los votos favorables de los grupos de BComú, PSC, ERC y BCN Canvi, la sorprendente abstención del PP, y el voto en contra de JxCat y Ciudadanos.
En total, las cuentas han recibido el apoyo de 30 concejales de los 41 que forman el consistorio y dos más se han abstenido, en un presupuesto que alcanza los 3.253,3 millones de euros, unos 200 más que el de 2020. Es la victoria más holgada de Ada Colau desde que es alcaldesa de Barcelona.
Los comunes habían pactado el presupuesto con el PSC de Jaume Collboni, su socio de gobierno, y también con ERC de Joan Maragall. En total, sumaban el 70% del consistorio, de modo que el resto de votos eran imprescindibles.
Así las cosas, los 'síes' del partido centrista de Manuel Valls -BCN Canvi- parecían lo más llamativo minutos antes de la votación, pero los ediles 'populares' Josep Bou y Óscar Ramírez eclipsaron los focos con su abstención pues dejaron a Ciudadanos en la incómoda situación de quedarse en el 'no' junto a los independentistas de JxCat.
Cuando Pablo Casado fichó al empresario Bou para encabezar la lista electoral del PP, este último exigió tener "autonomía municipal". Y en esta ocasión, ha ejercido esa potestad de votar lo que considera más acertado "para el bien de los barceloneses", sin pedir autorización a Génova ni al PP catalán de Alejandro Fernández.
Bou habló con Vozpópuli tras la votación para hacer hincapié en que los concejales del PP votaron en contra de las ordenanzas fiscales de Colau pues eran un "verdadero hachazo" en el área impositiva. El equipo de gobierno consolidaba las subidas de 2019 y, en algunos casos, las aumentaba.
Otra cosa fue la votación final sobre los presupuestos de la ciudad, donde Bou y Ramírez optaron por la abstención. El portavoz del PP advirtió de inicio de que si no hubieran salido adelante las cuentas, Barcelona se hubiera quedado con un presupuesto de 2.500 millones, inferior a los poco más de 3.000 millones de este año.
Además, el PP logró que varias de sus enmiendas se aceptasen por parte del tándem Colau-Collboni. En especial, las ayudas directas a pymes y autónomos "para no bajar la persiana". Así que estaban en juego centenares de millones para sostener la economía de los barceloneses.
"El presupuesto ya estaba aprobado de antemano, de sobra con ERC", admitió Bou a este periódico. "A favor no podíamos votar porque había partidas horrorosas, sobre todo el tranvía. Hemos mirado siempre por el bien de los barceloneses. No en un sentido político, sino práctico. Los barceloneses lo entenderán", vaticinó.
Las de mayor cuantía de la historia
Las cuentas de la capital catalana para 2021 son las de mayor cuantía de la historia del consistorio barcelonés con sus 3.200 millones de euros. Colau explicó que el objetivo del Presupuesto es "apostar por el máximo de inversión pública" con políticas anticíclicas ante la crisis económica por el coronavirus, por lo que se dedicarán unos 300 millones a vivienda, infancia y economía local, entre otros.
Otros 50 millones de euros se destinarán a adquirir 30% de viviendas de protección de promociones privadas, para incrementar el parque de vivienda pública y estimular las promociones privadas, un punto prioritario para ERC en el acuerdo, según indicaron fuentes del partido de la alcaldesa a Europa Press.
También habrá un fondo para las obras de rehabilitación, ampliación y mejora de los equipamientos escolares de la ciudad, al que se destinarán 26 millones; y otros 30 millones para inversiones para proyectos de proximidad como la rehabilitación de equipamientos, mejoras del espacio público, mejora o expropiación de piezas de interés público.
Además, se invertirán 12 millones de euros en un fondo de atención a la infancia, y otros 12 más se dedicarán a reforzar las ayudas para el pago del alquiler de familias vulnerables, de atención domiciliaria y dispositivos específicos para dar respuesta a la pandemia.
Reducción en la tasa de terrazas
Los presupuestos mantienen una reducción del 75% de la tasa de terrazas -algo puede actualizarse a lo largo del año-, y se atrasa el pago del tributo que grava las estancias turísticas en la ciudad. También se reduce en un 75% la tasa de uso de espacio público por parte de mercados no sedentarios, ferias, quioscos de prensa, floristerías, churrerías y puestos de castañas, y se fraccionan a demanda el pago de los tributos municipales.
Collboni explicó que la intención es "no subir los impuestos, pero permitir inyectar hasta 500 millones de euros en inversiones", porque el objetivo es la recuperación sin poner en peligro la solvencia económica del Ayuntamiento de Barcelona.
Unos nueve millones más irán destinados a planes de ocupación con estímulos para recuperar la economía de las empresas: un millón y medio en ayudas para la digitalización, tres millones en ayudas a sectores afectados por la crisis, tres en bonos consumo del comercio de proximidad y tres más en apoyo explícito al sector comercial, turístico y de restauración. Además, se incrementa la partida del 'Bonus Cultura' en un millón de euros y se destinan 20 millones a inversiones para reabrir o normalizar la actividad de hoteles, restaurantes y comercios.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación