España

El PP asume un reparto de roles: Feijóo apela al centro y Ayuso a la derecha

Aunque Ayuso marca el debate nacional como hacía con Casado, ahora se evita el choque, en una relación que recuerda a la que Mariano Rajoy mantuvo con Esperanza Aguirre

Dos acentos conviven en el PP: el de su líder, que pide moderación, y el de la presidenta de la Comunidad de Madrid y sus mensajes de carácter nacional de marcada dureza, un reparto de roles que fuentes de la dirección del PP reconocen que asumen con el argumento de que Alberto Núñez Feijóo apela al centro e Isabel Díaz Ayuso moviliza a la derecha.

Son varias las ocasiones en las que la presidenta madrileña ha marcado posiciones diferentes a las de su líder. Ha ocurrido con el aborto de las jóvenes de 16 años, la intervención del mercado energético o la negociación del Consejo General del Poder Judicial, con la que Ayuso fue crítica porque es contraria a pactar con el PSOE.

En Génova han visto como la presidenta madrileña acusaba al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, de querer que a la oposición en la cárcel, como en Nicaragua, la publicación de un mensaje en el que Ayuso avisaba a Feijóo de que el Gobierno engañaba al PP con la sedición o a la madrileña argumentando que no puede esperar al teletipo de Feijóo para opinar.

Su última acusación a Sánchez, la de pretender instalar una "república federal laica de facto", la hizo en la misma jornada en la que Feijóo pidió a los suyos serenidad, moderación y huir de radicalismos e histrionismos, un mensaje que según Génova no se dirigía a la presidenta madrileña.

Pese a las aparentes contradicciones, el líder del PP no ha chocado con la dirigente de Madrid ni enmendado sus declaraciones, y en su equipo evitan también cuestionarla, explicando que la Comunidad de Madrid es de centroderecha y que en la región los ciudadanos atienden a los asuntos nacionales por encima de las cuestiones locales.

Vuelta a la relación Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre

Ambos líderes siguen posando juntos en las fotos que difunde el partido y miembros de la dirección arropan a Ayuso en sus eventos, al contrario de lo que ocurría en los meses previos a la crisis que acabó con Pablo Casado fuera del liderazgo. Aunque Ayuso marca el debate nacional como hacía entonces, ahora se evita el choque, en una relación que recuerda a la que Mariano Rajoy mantuvo con Esperanza Aguirre.

Por otra parte, Génova evita referirse a asuntos que afectan a la presidenta, como las protestas sanitarias. Que Ayuso culpase de la manifestación masiva a la izquierda no gustó a algunos sectores del PP, que apuntan a que sanidad y educación son los temas que marcan la política autonómica, mientras otros dirigentes de peso restan importancia y niegan un perjuicio electoral. Feijóo no se ha pronunciado sobre la falta de médicos, que el PP recuerda que es común a todo el país, y para la que pide un pacto nacional.

En todo caso, en el PP admiten que los métodos de Ayuso no son los de Feijóo, cuya meta es el centro político, lo que pasa por robar votos al PSOE. El modelo es el de Juanma Moreno en Andalucía: mensajes moderados, que convenzan a un electorado socialista y decepcionado con Pedro Sánchez.

Moreno ha acudido esta semana a la cumbre del clima, mostrando su compromiso contra el cambio climático, una de las banderas que tradicionalmente agita la izquierda y es el barón de más peso en el PP gracias al aval de su mayoría absoluta. Ayuso aspira a lograr la absoluta en mayo.

En los últimos días, el PP ha multiplicado sus mensajes a los barones socialistas, a los que dirigentes populares han pedido desde sus autonomías que rechacen la supresión del delito de sedición. La meta, admiten en el PP, no es tanto lograr que se rebelen, como desgastar a estos líderes en sus propios territorios, con la vista puesta en las elecciones del 28 de mayo.

La lucha contra la rebaja de penas a agresores sexuales por la ley del sí es sí se sitúa también en el centro de la oposición al Gobierno, en la que el PP ha descartado opciones como la moción de censura que le piden sus adversarios de Ciudadanos y Vox.

En todo caso, en el PP asumen que las polémicas pasan, mientras el encarecimiento de la cesta de la compra queda y sí marca el voto de la ciudadanía, por lo que Feijóo y los suyos seguirán centrados en la economía. Y no obstaculizarán que otros líderes del partido marquen agenda y perfil propio.

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