La guerra entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso alcanzó ayer un punto de no retorno. El cruce de descalificaciones procedentes de Génova y Sol hace imposible reconducir una relación que lleva rota desde el pasado mes de septiembre, cuando el líder nacional del PP avisó a la presidenta de la Comunidad de la información contra ella que le había llegado. Dirigentes del partido afines a uno y otro, lo tienen claro: "Solo puede quedar uno".
Los titulares de los principales actores de esta historia, a excepción del propio Casado, se produjeron ayer en el Ayuntamiento de Madrid, Sol, y Génova. No obstante, tal y como reconocen altos cargos del partido consultados por Vozpópuli, la guerra había comenzado unas horas antes. En concreto, cuando El Mundo y El Confidencial informaron del espionaje a Isabel Díaz Ayuso a través de la Agencia Municipal de Vivienda y Suelo.
Cargos y diputados del PP muy próximos a Pablo Casado acusan directamente a la presidenta de la Comunidad y a su gabinete como los autores de esa filtración: "Fue ella la que abrió fuego. Las elecciones en Castilla y León y el Comité Ejecutivo Nacional fueron bien para la dirección nacional y ella decidió dar el ataque definitivo".
Objetivo: presidir el PP
Las mismas fuentes afirman que este "golpe", y las declaraciones posteriores de Isabel Díaz Ayuso señalando a Pablo Casado y a la dirección nacional del partido suponen una "ruptura definitiva" que va mucho más allá de la disputa por el congreso del PP de Madrid.
En ese sentido, los dirigentes y parlamentarios del PP próximos a Casado consultados por Vozpópuli no tienen ninguna duda: "Es el ataque definitivo para provocar una fractura en el partido y tratar de disputarle la presidencia del PP a Pablo Casado".
Es el ataque definitivo para provocar una fractura en el partido y tratar de disputarle la presidencia del PP a Pablo Casado
Esta tesis, de hecho, lleva asentándose entre cargos bien situados en Génova desde hace seis meses, cuando empezó la guerra entre Sol y la dirección nacional. Ya en la convención de Valencia, afirman, "se veía" que el objetivo no era únicamente presidir el PP de Madrid: "Ella siempre dice eso en público, pero es muy ambiciosa y su equipo le lleva tiempo diciendo que puede derrocar a Casado".
Las fuentes consultadas señalan en este punto a Miguel Ángel Rodríguez, director de gabinete de Isabel Díaz Ayuso: "Esto lo hace estallar él. Quiere volver a Moncloa y sabe que es ahora o nunca Por eso ha querido estallar el partido para forzar un congreso nacional que sea un referéndum entre Casado y Ayuso previo a las próximas elecciones".
Cenas y cálculos el miércoles
Con ese posible escenario en mente, y conscientes del intercambio de golpes que se avecinaba, cargos del PP en diferentes provincias organizaron en la noche del miércoles, cenas y reuniones para analizar la situación y testar los apoyos de Casado. La conclusión fue clara: "Ayuso quiere un partido dividido, pero el partido está con Pablo".
Algunos de esos dirigentes, de hecho, quisieron expresar públicamente su apoyo al presidente nacional del partido a través de mensajes que difundieron en las redes sociales.
En paralelo a esa campaña a favor de Casado, que según algunas fuentes fue promovida por Alberto Casero, la calle Génova se iba llenado de simpatizantes de Ayuso, que improvisaron una manifestación a favor de la presidenta de la Comunidad y en contra de la dirección nacional frente a la sede de los populares.
El congreso de julio
La fractura en el PP, por tanto, podría no ser tanto a nivel orgánico, pero sí entre los propios dirigentes del partido y los militantes. Una circunstancia que recuerda a la vivida en el PSOE en 2016, tras la dimisión forzosa de Pedro Sánchez, y que podría condicionar el congreso nacional del PP, previsto para julio de este año.
Cabe recordar que, desde la reforma de los estatutos en 2017, el PP celebra primarias entre los candidatos a la presidencia del partido y que los dos que reciban más apoyos de los militantes se disputarán la presidencia en un congreso donde decidirán los compromisarios. Pablo Casado, de hecho, fue elegido presidente en 2018 tras recibir el voto de los compromisarios afines a Cospedal pese a haber quedado por debajo de Soraya Sáenz de Santamaría.
El riesgo para Casado, ahora, sería un "mano a mano" entre él e Isabel Díaz Ayuso, ya que, según el artículo 35.2.i) de los estatutos, "si alguno de los precandidatos obtuviese más del 50% del total de los votos válidos emitidos por los afiliados, hubiese logrado una diferencia igual o superior a 15 puntos sobre el resto de precandidatos y hubiera sido el más votado en la mitad de las circunscripciones será proclamado ante el Congreso como candidato único a la Presidencia del Partido".
Para evitar ese posible escenario, los afines de Ayuso no descartan que desde Génova se impulse una tercera candidatura para que los porcentajes de voto no sean tan elevados, Ayuso no alcance ese 50%, y se "repita la jugada" de 2018.
García Egea y Carromero
Estas mismas fuentes, próximas a la presidenta regional, culpan directamente a Teodoro García Egea de la búsqueda de una agencia de detectives para espiar a Isabel Díaz Ayuso.
Tras revelarse conversaciones de "altos cargos del Ayuntamiento de Madrid" con el Grupo Mira, el coordinador general de la Alcaldía Ángel Carromero, al que Almeida ya había puesto en tela de juicio, dimitió en la tarde de ayer.
Para el entorno de Ayuso, este cese no hace más que confirmar sus sospechas: "Ángel no actúa si no es por encargo de Génova. Y el que da esa orden es Teodoro García Egea".
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