Una "dimisión en diferido". Es el armisticio que Pablo Casado y los barones autonómicos del PP han firmado en la madrugada del jueves tras cinco horas de una tensa reunión en Génova. La salida pactada de Casado de la presidencia popular ha estado a punto de encallar por la resistencia del todavía líder del PP. Casado no cerraba la puerta a presentar su candidatura al próximo congreso extraordinario y disputarle la presidencia Alberto Núñez Feijóo. .
Las declaraciones de acuerdo y unidad que los líderes territoriales del PP han realizado a los medios de comunicación nada más acabar el encuentro poco a nada tienen que ver con la realidad. Casado ha sorprendido a los barones con un planteamiento que no esperaban. No quería dimitir el miércoles, pero tampoco en la Junta Directiva Nacional del martes. Y tampoco quería descartarse como posible candidato de cara al congreso extraordinario.
"No solo no quería dejar el cargo hoy, sino que tampoco quería dejarlo el martes y tampoco quería descartar presentarse", explican fuentes conocedores de lo ocurrido en la sede de Génova.
Desde el entorno de Casado, sin embargo, desmienten que el todavía presidente nacional se resistiera a dimitir y a confirmar que no se presentaría al congreso. Las mismas fuentes, preguntadas entonces por el motivo de cinco horas de reunión, lo achacan a que tenían que hablar 17 personas.
Guion contra Casado
Los barones han acudido a la reunión con un guion muy preparado: pasar definitivamente la página a la era Casado y encumbrar a Feijóo como nuevo líder. Así lo han transmitido en sus declaraciones a su llegada. Y en sus primeras intervenciones ante Casado, algunas de ellas muy duras. El presidente del PP ha tenido que escuchar a líderes a los que dio todo su apoyo, como el vasco Carlos Iturgaiz, reclamarle una salida inmediata.
Casado ha tomado la palabra para defender su posición. Ha recordado que ya había dimitido el secretario General, Teodoro García Egea, y que se había anunciado la convocatoria de un congreso extraordinario ante la grave crisis que atraviesa el partido. A partir de ahí, ha señalado que su intención era continuar hasta ese congreso. Y no se ha descartado para presentarse de nuevo a la presidencia. Casado entiende que ha podido cometer errores en su batalla contra Isabel Díaz Ayuso. Pero que no ha hecho nada malo. Y tampoco entendía la necesidad de dimitir ahora y dejar una presidencia interina de apenas un mes.
El enroque de Casado ha provocado un segundo turno de intervenciones. Un receso. Y una nueva estrategia. "Esta posición de Casado es lo que se ha tratado de corregir", aseguran estas fuentes. "Por eso la reunión se ha alargado". García Egea había dicho el día anterior en televisión que seguramente habría otras candidaturas alternativas a la de Feijóo. Y el presidente de la Xunta no estaba dispuesto a pasar por ese aro.
Casado ha cedido ante la presión de unos barones, que le han dado completamente la espalda. Y ha acabado firmando su renuncia por escrito a esa candidatura. Y a cambio ha evitado una salida traumática y sin precedentes en la historia del PP. "El tono general de las intervenciones ha sido más tranquilo de lo que parece", explicaba uno de los barones que han asistido al encuentro. "Se trataba de pasar la página de la actual dirección y se ha conseguido".
Feijóo tiene su alfombra roja
Feijóo ha celebrado el acuerdo y el apoyo unánime de sus compañeros. Y ha dicho que anunciará su decisión después de que se convoque el congreso. Tampoco ha entrado en más detalles sobre Casado y su posición. "Es un señor de la política", ha dicho.
El presidente de la Xunta ha colocado sus peones de cara al congreso, que se celebrará el 2 y 3 de abril en un lugar todavía por definir. La portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, asumirá como coordinadora las funciones propias de la secretaría general. Y el eurodiputado Esteban González Pons renace de sus cenizas para encabezar el comité organizador del congreso que encumbrará a Feijóo como nuevo líder del PP.
No han quedado definidas las funciones de Casado durante el mes largo que le resta de mandato. Será un presidente sin poder, pero no se sabe si por ejemplo seguirá ejerciendo el control parlamentario de Pedro Sánchez, por ejemplo.
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