El Partido Popular y Francisco Camps hacen las paces. El expresidente de la Generalitat valenciana ha comunicado a su partido que estará presente en la convención política que se celebrará en Valencia los días 2 y 3 de octubre tras una conversación telefónica con el nuevo líder regional, Carlos Mazón, según desvelan fuentes del PPCV a Vozpópuli.
Camps desafió en junio a Mazón en el último congreso regional del PP con un candidato alternativo, José Vicente Anaya. Un movimiento que obligó a Génova a convocar primarias internas. Sin embargo, los seguidores del expresidente se quedaron muy lejos de la candidatura del nuevo líder de los 'populares' valencianos.
Anaya sufrió un serio correctivo en toda la región pues Mazón se quedó con el 95% de los votos. La debacle fue igual de contundente en la ciudad de Valencia, donde el expresidente valenciano había amagado con intentar liderar al PP de cara a las municipales de 2023. Su candidato solo cosechó el 7,7% de apoyos, así que si Camps albergaba alguna esperanza, tras esos comicios la perdió.
Tras esa dura derrota, Camps no fue invitado al congreso celebrado unas semanas después para 'entronizar' a Mazón, si bien no tenía necesidad de ello al ser miembro nato de la junta provincial del PP de Valencia.
Para no crispar más los ánimos, el expresidente se hizo una foto en Valencia junto a otro de los defenestrados, Pedro Agramunt, el mismo día de la jornada congresual e hizo votos por el regreso a "los días de gloria" que tuvo el PPCV en su etapa en la primera línea política.
Fue un primer gesto de distensión con su partido. Luego se repitió a finales de agosto, cuando ABC desveló que los 'populares' volverían a la plaza de toros de Valencia para cerrar el cónclave de octubre. "Mi partido de toda la vida vuelve a casa", subrayó en un tuit en el que aventuró que Pablo Casado repetirá los éxitos políticos que tuvieron José María Aznar y Mariano Rajoy para llegar a La Moncloa, así como el citado Mazón para hacerse con la Generalitat valenciana siguiendo el ejemplo de Eduardo Zaplana y él mismo.
Camps abandonó a principios de septiembre el Consejo Consultivo, el organismo que asesora al Gobierno valenciano en materia jurídica, y por el que cobraba cerca de 60.000 euros al año. El motivo fue su incorporación al despacho de su abogado defensor, Delgado Abogados. Con ello se alejó un poco más de la política.
En agosto de 2020 sorprendió a Génova y muchos de sus compañeros de filas en la Comunidad valenciana cuando se mostró dispuesto a regresar a la primera línea de la política. En ese momento habían pasado nueve años después de haber dejado la representación pública y ocho desde que fue finalmente absuelto de su presunta implicación en el 'caso Gürtel'.
El movimiento de Camps se produjo en un momento en el que la Fiscalía Anticorrupción había pedido que fuese investigado por mentir "palmariamente" durante el juicio a la trama del PP. Lejos de amilanarse y con un futuro judicial aún sin despejar, Camps dejó abierta la posibilidad de presentarse a la alcaldía que durante muchos años llevó sobre sus hombros la fallecida Rita Barberá, cuya figura reivindica siempre que puede: "Si mi partido me lo ofrece, volveré", dijo en una entrevista.
El desafío de Camps
Tras aquel regreso al ruedo político hace un año, el expresidente siguió con su idea de encabezar la candidatura del PP de Valencia en mayo de 2023, aunque su partido no contempla primarias en la elección de cabezas de cartel para las municipales. Y de cara al congreso regional del PPCV, no dudó en desafiar a Génova con una candidatura alternativa -la de Anaya- frente al 'ungido' por Casado -el citado Mazón-.
La dirección nacional del PP está convencido ahora que el expresidente no irá más allá en su idea de aspirar a la alcaldía de Valencia, un puesto que Génova ya tiene en mente para María José Catalá, la presidenta de los 'populares' en la capital del Turia. El 7,7% que ha recibido Anaya en la ciudad fue un indicio muy claro de que los afiliados del PP no esperan a Camps con los brazos abiertos.