El Senado de la XV Legislatura se constituye este jueves tras las elecciones generales del pasado 23 de julio y el PP se prepara para hacer valer una mayoría absoluta de hasta 143 senadores que le permitirán hacerse con la Presidencia de la Cámara, controlar la Mesa del Senado y, por tanto, condicionar la tramitación de las leyes que lleguen del Congreso, pudiendo dilatarlas, modificarlas e incluso vetarlas.
La sesión comenzará a las 10 horas y seguirá el orden del día habitual: apertura, organización de una mesa de edad, votaciones para elegir a la nueva Mesa y toma de posesión de los senadores, algo que suele generar polémica por la fórmula que utilizan algunos de ellos para jurar o prometer el cargo.
En esta primera decisión, los 'populares' harán valer su mayoría absoluta para quedarse con la Presidencia del Senado, aunque por el momento se desconoce el nombre que propondrán para la votación del jueves.
Arenas, Rollán y Rojo, en las quinielas
Entre los senadores que tiene el PP en la nueva Legislatura, elegidos el 23J y por designación autonómica, destacan nombres como el del vicesecretario de Coordinación Autonómica, Pedro Rollán -el senador más votado-; la expresidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo; la expresidenta del Congreso, Luisa Fernández Rudi; o el exlíder del PP andaluz, Javier Arenas, entre otros.
En cualquier caso, tendrá que ser la dirección del partido la que decida el nombre de la persona que ocupe la Presidencia del Senado, que supone ser la cuarta institución del Estado.
Con sus 143 escaños, los 'populares' tienen asegurados otros tres puestos más en la Mesa del Senado (una Vicepresidencia y dos Secretarías), por lo que unido a la Presidencia, contará con una mayoría absoluta holgada en este órgano de dirección de la Cámara Alta, cuatro votos de siete.
Incluso tiene margen para ofrecer un puesto en la Mesa del Senado a alguna minoría con vistas a asegurarse votos para la 'batalla' de la Mesa del Congreso, que se dilucidará esa misma mañana del jueves, o para una futura investidura.
Dilatar leyes y más cupo de control
La importancia política del Senado ha sido siempre relativa. No interviene en la elección del presidente del Gobierno y no es decisivo en la elaboración de las leyes, pero sí que puede dilatar y vetar las normas que le lleguen del Congreso.
Es decir, cuando una ley es aprobada en el Congreso, se remite al Senado para ser validada, modificada o vetada. Con su mayoría absoluta en el Senado, el PP de Feijóo podrá poner en un brete a un Ejecutivo de Sánchez, dado que podrán retrasar la tramitación de leyes. Y si rechazan una ley, obligará al Gobierno correspondiente a reunir mayoría absoluta de síes en el Congreso para levantar ese veto.
Además, tendrá más cupo para registrar preguntas al Gobierno en las sesiones de control, al tiempo que podrá reprobar a los ministros de Sánchez con su mayoría absoluta, un mecanismo parlamentario que los grupos de la oposición utilizan sobre todo en el Congreso.
Comisiones de investigación contra el PSOE
Pero una de las principales bazas del PP si Sánchez gobierna, una vez constituidas las Cortes, será la posibilidad de dar luz verde a comisiones de investigación en el Senado, gracias a la mayoría con la que contará en la Mesa de la Cámara.
En esta Legislatura, el PP no disponía de ese poder y, por ejemplo, la mayoría que tenían PSOE y PNV en la Mesa del Senado decidió no admitir a trámite la solicitud del PP para crear una comisión de investigación parlamentaria en la Cámara Alta sobre presuntas irregularidades del PSPV en el marco del llamado 'caso Azud'.
Su intención entonces era que el que fuera presidente de la Generalitat y secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, fuera el primero en comparecer.
Una vez se constituya este jueves el Senado, arrancará el plazo para formar los grupos parlamentarios, para lo que el Reglamento exige sumar diez componentes. Se permiten préstamos para llegar a esa cifra mínima, pero los senadores que se queden nunca podrán ser menos de seis. Y el PP, con su mayoría absoluta en la Mesa será el supervisor de ese proceso.
Lograr grupo parlamentario supone tener representación en todos los órganos del Senado, portavoces y turnos de intervención e iniciativa, además de más recursos económicos y medios humanos y materiales.
Alianzas de todo tipo para poder formar grupo
De entrada, el PP, el PSOE y ERC-Bildu, que se presentaron en coalición en la Cámara Alta, son los únicos que tienen grupo propio asegurado, pero el resto de formaciones están obligadas a entenderse con otros partidos e incluso a pedir prestados senadores para llegar a la decena exigida.
A falta de que se designen todavía senadores de alguna comunidad, el hemiciclo del Senado estará compuesto por quince partidos políticos: PP (143), PSOE (92), ERC (6), Bildu (5), PNV (5), Junts (3), Vox (3), ASG (1), AHI (1), UPN (1), Compromís (1), Más Madrid (1), Geroa Bai (1), BNG (1), Coalición Canaria (1).
Los nacionalistas vascos del PNV, con cinco, y los independentistas catalanes de Junts, con tres, tienen la posibilidad de coaligarse y sumar a Geroa Bai y BNG para conseguir los diez escaños que se necesitan para conformar un grupo propio.
Otra posibilidad es que, dentro de las negociaciones para la investidura, PNV y Geroa Bai tengan ayuda de otras formaciones, como PSOE, para lograr un grupo parlamentario propio.
El resto de partidos tienen más complicado coaligarse y podrían acabar en un grupo mixto que englobara a Vox, UPN, ASG, AHI, CC y Sumar (Compromís y Más Madrid), aunque buscarán el máximo número de apoyos para asegurarse las ventajas que supone tener grupo propio.
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