Una "encerrona en toda regla". Así ven en el Partido Popular las voces corales que se han escuchado el miércoles y jueves en Barcelona en la reunión anual del Círculo de Economía a favor de los indultos de los condenados en el procés. Todo ello mientras Pablo Casado participaba en las dos jornadas.
El primero en pronunciarse fue el presidente de esta influyente entidad empresarial catalana, Javier Faus, el miércoles por la tarde delante del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. "Cualquier medida amparada por el ordenamiento jurídico que fomente esta oportunidad (para la reconciliación), y los indultos lo son, tendrá el respaldo del Cercle", aseguró en la inauguración de las jornadas.
Tras ello, Faus lanzó una petición que sintonizaba con las posiciones del Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat catalana: "Debemos trabajar entre todos por un futuro de concordia, que sane heridas y supere los desencuentros, un futuro que exige de todos gestos de ida y vuelta, que superen el conflicto y apuesten con generosidad y valentía por un mañana en común dentro del que nos reconozcamos lealmente en nuestra diversidad".
Casado estuvo en la posterior cena del Círculo junto a Felipe VI y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, sin intuir la estratagema que los empresarios preparaban para la mañana siguiente. El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, señaló a primera hora del jueves en Ràdio 4 y La 2 que los indultos a los condenados por el 1-O serían "bienvenidos" si llevan a "que las cosas se normalicen".
EL líder de la patronal también dejó claro que la CEOE defiende que "la estabilidad se encuentra dentro del Estado de derecho" y que el asunto de los indultos es una "facultad" del Gobierno que, en último término, es el que tiene que tomar la decisión final. Unas palabras que en Génova ven desafortunadas. "No debería posicionarse en política", subrayan las citadas fuentes.
Además, la polémica por las palabras del presidente de la CEOE coinciden con la concesión por parte del Gobierno de Sánchez de la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, máxima condecoración
castrense. La condecoración fue otorgada al líder de la patronal a propuesta de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del martes. Sin embargo, el Ejecutivo no informó de esta decisión ni en la rueda de prensa de cada martes ni en la referencia escrita posterior que publica en la web de La Moncloa, según desveló Servimedia.
Alabanzas económicas del Ibex
Al posicionamiento de Garamendi le sucedieron las alabanzas económicas del Ibex. La presidenta ejecutiva de Banco Santander, Ana Botín, aseguró en el mismo escenario que en los próximos meses España "se va a salir del mapa" y que el crecimiento será superior a las previsiones del 6% o el 7% actuales, e incluso estará por encima del 8% o el 9%.
Además de Botín, el presidente de Inditex, Pablo Isla, y el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, también coincidieron en que España crecerá por encima de las previsiones en la recuperación de la pandemia.
Sin embargo, la verdadera encerrona para Casado vino cuando el vicepresidente del Círculo, Jordi Gual, tomó la palabra para darle la bienvenida. Para sorpresa del líder del PP, el empresario entró en harina y defendió ante él que los posibles indultos a los dirigentes independentistas no deben ser vistos como "concesiones inaceptables ni vergonzosas", sino como el inicio del diálogo.
"La tensión se cortaba con un cuchillo"
Casado tuvo que replicar al expresidente de Caixabank que "no se puede aceptar un golpe a la legalidad", en referencia a los indultos a los presos independentistas, y dejó claro que Cataluña no tiene un problema de democracia sino de cumplimiento de la ley.
"No podemos aceptar que se hable de justicia como venganza, ni de una sentencia como castigo", afirmó el líder del PP antes de criticar que el Ejecutivo vaya a conceder unos indultos sin arrepentimiento, y cuando algunos de los presos amenazan con la reincidencia.
"Casado no iba a defender su posición", dejan claro desde Génova. "Y al final se ha encontrado que era quien defendía la legalidad", añaden las citadas fuentes antes de subrayar que "la tensión se cortaba con un cuchillo" durante la intervención de Gual y la réplica del propio Casado.
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