Vox ha confirmado que mantiene el apoyo a la investidura de Feijóo si este recibe el encargo del Rey el próximo martes y ha aliviado, en parte, la tensión existente en el PP desde el pasado jueves. La decisión de apartar a los de Santiago Abascal de la Mesa del Congreso solo fue defendida desde Génova, y provocó además una imagen de debilidad parlamentaria que no gustó a importantes dirigentes del partido, que advierten al líder nacional del riego de los bandazos con el potencial socio: "Las dudas sobre la relación con Vox ya acabaron con Casado".
En el PP sigue muy presente la crisis vivida en febrero de 2022 y, aunque la situación ahora es totalmente diferente, cargos del partido consultados por Vozpópuli recuerdan que el "desgaste" del anterior presidente nacional del partido llegó tras un importante viraje en su discurso, cuando pasó de invitar a los votantes de Vox a reunificar el centro-derecha a vetar cualquier tipo de acuerdo con Abascal. De hecho, la guerra con Ayuso estalló en plena maniobra de Génova para que Mañueco explorara un pacto con Unión del Pueblo Leonés, Soria Ya y Por Ávila para evitar la coalición con Vox.
Tras las elecciones municipales y autonómicas, en las que el PP ha sido el claro vencedor, Feijóo dio libertad a sus líderes regionales y locales para llegar a acuerdos que permitieran alcanzar gobiernos municipales y autonómicos, pero lo cierto es que Génova intervino en las negociaciones con Vox en Extremadura y tampoco gustaron las prisas de Carlos Mazón por sellar una coalición con los de Abascal en la Comunidad Valenciana. Por otra parte, el partido afrontó las generales con una investidura fallida de López Miras en Murcia tras rechazar la entrada de Vox en el gobierno.
Sin criterio fijo
De cara al 23-J, el objetivo de Feijóo era lograr un resultado contundente que le permitiera gobernar en solitario sin tener que ceder ante Vox, pero el PP se encontró con 137 escaños y la amenaza de una mayoría alternativa del bloque de izquierdas y los independentistas. La reacción de Santiago Abascal fue anunciar, antes de la constitución de las Cortes, un apoyo gratis a Feijóo en una investidura que no parece factible, pero que el líder popular insiste en reclamar.
Ese respaldo de los 33 diputados de Vox se mantiene vigente pese a la "ofensa" -en palabras del secretario general de Vox, Ignacio Garriga- de lo ocurrido el jueves en el Congreso. La decisión a última hora del PP de no ceder un puesto en la Mesa a los de Abascal al constatar que Junts apoyaría la candidatura de la socialista Armengol y dejaba sin opciones a Cuca Gamarra, sorprendió a propios y extraños, y solo desde la dirección nacional se calificó como "lógico" ese movimiento.
La resaca del pleno del jueves se mantiene e importantes cargos del PP, tanto a nivel nacional como autonómico, echan en cara a Génova la ausencia de un criterio claro con Vox: "Ni nuestro electorado, ni nosotros mismos, sabemos a qué atenernos, porque se van tomando decisiones según vaya soplando el viento".
El jueves había muchísima gente nuestra que no entendía lo que habíamos hecho
Desde la dirección nacional se defienden recordando que los acuerdos con Vox se hacen en función de los resultados en las urnas, las proporciones de escaños y votos, y también teniendo en cuenta si hay posibilidades de éxito o no. Ese argumento, sin embargo, no convence a otros cuadros del partido: "El jueves había muchísima gente nuestra que no entendía lo que habíamos hecho".
Por todo ello, cargos del PP contactados apuestan por tener, con Vox, un "criterio fijo" que evite más desgaste: "La dirección tiene que decidir si consideramos a Vox como socio o nos desvinculamos por completo, pero no dar más bandazos como en la época de Casado".
Feijóo mantiene el blindaje a Génova
Desde Génova, sin embargo, se mantienen ajenos a este ruido interno y rechazan cualquier tipo de decisión drástica a corto plazo, en forma de un nuevo congreso o de cambios en la dirección nacional. Un escenario, este último, que no contempla ningún integrante del comité de dirección.
También restan importancia al "almuerzo informal" de Feijóo el pasado jueves con sus más estrechos colaboradores tras la votación a la presidencia del Congreso. Las fuentes consultadas afirman que no se trató de una "reunión de urgencia", ya que estaba hablada de antemano, y destacan que esa misma tarde diferentes miembros del comité de dirección se desplazaron fuera de Madrid.
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