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De la primavera soñada al verano no tan azul: el año en el que el PP ganó casi todo, menos La Moncloa

De la primavera soñada al verano no tan azul: el año en el que PP ganó casi todo, menos La Moncloa

Alberto Núñez Feijóo hizo en 2022 el recorrido inverso de muchos peregrinos, de Santiago a Madrid, con el objetivo de acabar en La Moncloa en 2023 y lo cierto es que, aunque el camino ha estado lleno de éxitos, el sabor de boca es el mismo que el de aquel que alcanza la Plaza del Obradoiro pero no logra abrazar al Apóstol. Objetivo cumplido, pero no del todo, y la promesa de que a la próxima sí se completará el viaje con la meta deseada. Mientras tanto, el presidente del PP ha logrado blindar su liderazgo al frente del partido tras ganar todas las elecciones celebradas en los últimos 12 meses y después de haber renovado su comité de dirección para afrontar una nueva legislatura en la oposición.

Nadie sabe cuánto durará esta legislatura y el propio Feijóo lo repite cada vez que puede, recordando que el tiempo de Pedro Sánchez en Moncloa lo marcarán sus socios independentistas. Lo volvió a afirmar ayer mismo, en el discurso de balance de año, en el que compareció junto a tres mapas que mostraban el poder territorial del PP tras las municipales y autonómicas y todas las provincias en las que el PP fue el partido más votado en las generales.

Las dos convocatorias electorales han marcado un año que comenzó con un fichaje pensando en las futuras citas con las urnas: Borja Sémper volvió al PP en enero para ser portavoz del equipo de campaña, y, desde entonces, el partido activó un 'modo electoral' que se mantuvo durante los siete meses siguientes, con los comicios del 28-M y el adelanto de las generales anunciado por Sánchez tras los resultados de las autonómicas y municipales.

De la primavera soñada...

El presidente del Gobierno no dio tiempo al PP para celebrar una victoria histórica en las urnas tanto a nivel municipal como autonómico. El Partido Popular fue la formación más votada en 1.922 municipios, el 23,8% del total, y sumó 23.412 concejales, un 15% más que en 2019. Lo hizo después de lograr el voto de 7.054.887 de españoles, el 39,5% del electorado, y reconquistó ayuntamientos clave como el de Valencia. Unos resultados que le han permitido gobernar en 27 diputaciones provinciales y presidir la Federación Española de Municipios y Provincias.

A nivel autonómico, el PP logró mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid y La Rioja, mantuvo el gobierno de Murcia y reconquistó los gobiernos de Baleares, Cantabria, Comunidad Valenciana, Aragón, y Extremadura, que se unieron a los de Andalucía, Galicia y Castilla y León. A estos gobiernos hay que sumarles los de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y el de Canarias, presidido por Coalición Canaria pero con el popular Manuel Domínguez como vicepresidente.

Para alcanzar algunos de esos gobiernos, eso sí, fue necesario llegar a acuerdos con Vox, que logró entrar en los ejecutivos autonómicos de la Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura y Murcia y también que el PP aceptara algunas de sus exigencias programáticas en Baleares. Solo en Cantabria, donde Revilla apoyó la investidura de María José Sáenz de Buruaga, no fue necesario pactar con los de Abascal, más allá de la Comunidad de Madrid y La Rioja, con mayorías absolutas.

... al verano no tan azul

Ese escenario postelectoral que se abría tras los comicios del 28-M fue visto por Sánchez, que convocó las generales apenas 48 horas después de las municipales y autonómicas como el último golpe de efecto posible para mantenerse en La Moncloa. Fue un 'all in' del presidente, que quiso jugar con las pocas cartas buenas que le quedaban en la mesa, y resucitó el "miedo a los pactos de PP y Vox" que ya utilizó en febrero de 2019, cuando también sorprendió a propios y extraños convocando elecciones.

El PP de Feijóo no quiso inmutarse ante la enésima maniobra de Sánchez y, desde el minuto uno, fue con todo con una campaña que se sustentó en el éxito electoral del 28-M. En Génova tenían claro que las elecciones del 23-J harían que España viviera un 'Verano Azul' PP y ese fue el mantra que se repitió durante los casi dos meses previos a la cita con las urnas.

El optimismo de los de Feijóo se sustentaba en las encuestas. Y, a pesar de las polémicas surgidas por los pactos con Vox en la Comunidad Valenciana o en Extremadura, en la sala de máquinas de la sede nacional del partido todos los estudios demoscópicos apuntaban a una victoria holgada que garantizaría la investidura del líder popular.

Quizá ahí estuvo el error. Mientras Pedro Sánchez se movía en la sombra para perpetrar un Frankenstein 2, el PP se fiaba de las encuestas de GAD 3

Quizá ahí estuvo el error. Mientras Pedro Sánchez se movía en la sombra para perpetrar un Frankenstein 2, el PP se fiaba de las encuestas de GAD 3, que falló estrepitosamente en su pronóstico. Las encuestas previas a las elecciones otorgaban a los populares cerca de 160 escaños, pero la realidad fue otra: el PP mejoró los resultados del 28-M y alcanzó los 8 millones de votos, pero solo logró 137 diputados que no le permitían sumar con Vox (33), UPN (1) y Coalición Canaria (1) para alcanzar la mayoría absoluta.

Ayuso garantizó a Feijóo su "apoyo incontestable" la noche del 23-J en un encuentro de una hora en Génova
Alberto Núñez Feijóo, Cuca Gamarra e Isabel Díaz Ayuso en el balcón de Génova el 23-JEuropa Press

La consolidación de Feijóo

Pese a ello, Alberto Núñez Feijóo decidió ir a una investidura fallida para presentar a los españoles el proyecto de Gobierno alternativo al de Pedro Sánchez. Para entonces, el presidente en funciones ya estaba diseñando el puente de plata a Carles Puigdemont para lograr el apoyo de Junts a su propia investidura y el PP supo verlo: la primera manifestación en contra de ese pacto se produjo el domingo previo al debate en el que el líder popular presentaba su candidatura a La Moncloa.

No hubo sorpresas en septiembre ni tampoco en noviembre, cuando Sánchez logró retener La Moncloa. Para entonces, el PP ya había vuelto a salir a las calles para protestar contra sus pactos con Puigdemont, organizando manifestaciones en las 52 capitales de provincia y logrando una movilización histórica de más de 2 millones de españoles.

En su discurso ante los manifestantes, Feijóo oficializó la posición del PP ante esta nueva legislatura: "Usaremos todos nuestros medios para frenar a Sánchez. Desde las instituciones, ante la Justicia, y en la calle". De esta forma, el líder popular se puso al frente de la "mayoría social" contra la amnistía y contra el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez.

Feijoo llama a tomar las calles tras sacar 500.000 personas en toda España contra la amnistia
Alberto Núñez Feijóo, en la manifestación de Sol.PP

La consolidación de Feijóo también ha sido ratificada desde el punto de vista orgánico. Nadie en el partido discute su continuidad al frente de un PP que el gallego ha moldeado antes de finalizar el año, con la incorporación de nuevos rostros en su comité de dirección, poniendo fin a la bicefalia entre Gamarra y Bendodo en Génova, y remodelando también los grupos parlamentarios del Congreso y del Senado, con Miguel Tellado y Alicia García como nuevos portavoces.

Un nuevo equipo para una nueva etapa en la oposición que durará lo que decida Puigdemont. Mientras tanto, Feijóo se ha rearmado para completar, cuando toque, el camino que inició en 2022: para la próxima cita, el peregrino está seguro de abrazar al Apóstol... y llegar a La Moncloa.

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