Con sorpresa, cierto regusto a déjà vu, y hasta con ironía. Así recibió ayer el PP la noticia, adelantada en exclusiva por Vozpópuli, de la elección por parte de Carles Puigdemont del cardenal Juan José Omella como 'relator' de las negociaciones de los independentistas con Pedro Sánchez para buscar una "solución pacífica" al procés. Los populares recuerdan el papel del arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española en 2017 y avisan al prelado: "Se equivoca si cree que Puigdemont ha cambiado".
Así lo advierten antiguos cargos del Gobierno de Rajoy que vivieron en primera persona las semanas previas a la declaración unilateral de independencia y a la aplicación del 155 para intervenir la autonomía de Cataluña. Antes de ese choque de trenes, Omella actuó como mediador, aunque desde el PP prefieren no usar ese término: "Él zascandileó. Con Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría por un lado, y con Carles Puigdemont y los suyos por el otro. Quiso poner un poco de cordura a Puigdemont como mucha más gente de la sociedad civil, pero fue imposible".
Efectivamente, y tal y como reveló el propio Rajoy en su libro, el cardenal, que fue citado en Moncloa, habló con el expresidente del Gobierno y su número dos antes de la declaración unilateral de independencia. Una revelación que ya había hecho Omella en una entrevista en Cataluña Ràdio, donde también confirmó sus conversaciones con Puigdemont esos días clave: "Hablé con los dos y los dos me escucharon bien".
"Puigdemont quiere volver a delinquir"
En esa misma entrevista, realizada pocas semanas después de la moción de censura contra Rajoy que llevó a Sánchez a Moncloa, el prelado cuestionó la detención preventiva contra Carles Puigdemont en caso de entregarse a la Justicia española: "Una prisión preventiva tan larga te da muchos interrogantes. Lo mejor sería hacer el juicio lo antes posible o que al menos estuvieran cerca de Cataluña o en su casa esperando el juicio".
Un lustro después de esas declaraciones, Puigdemont ha al PSOE el nombre de Omella encima de la mesa como relator y desde el PP advierten al arzobispo de Barcelona del riesgo que corre al aceptar ese papel: "No puedes poner cordura a gente que ha estado, está y estará fuera de la Ley. En 2017 se tuvo que dar cuenta de eso. Sería un error que él aceptara tener ese rol".
No puedes poner cordura a gente que ha estado, está y estará fuera de la Ley. En 2017 se tuvo que dar cuenta de eso. Sería un error que él aceptara tener ese rol
Las mismas fuentes afirman que es "imposible" cualquier tipo de entendimiento con los independentistas "mientras estén Puigdemont, Rull, Turul, o Laura Borràs". Parafraseando a Rajoy, sus antiguos colaboradores dejan a las claras la hoja de ruta del expresident y su círculo de confianza: "No buscan el bien común, sino el 'cuanto peor, mejor'".
En opinión de estos exaltos cargos de Moncloa, "Puigdemont quiere volver a delinquir" y Pedro Sánchez está dispuesto a facilitarle las cosas: "Lo más positivo de 2017 es que el Estado tenía fuerza jurídica para defender el orden constitucional. La Ley de Amnistía es devastadora, sobre todo cuando dicen que lo van a volver a hacer, y siguen diciendo que son una nación".
Génova se lo toma con ironía
Las advertencias al cardenal Omella proceden de importantes cargos del Gobierno de Rajoy que tuvieron una relación próxima con el prelado, y no pueden ocultar su preocupación por la situación en la que quedaría el arzobispo de Barcelona. En todo caso, confían en que no acepte la propuesta de Puigdemont, independientemente del 'sí' de Pedro Sánchez y su equipo negociador.
Desde la actual dirección nacional del PP prefieren tirar de ironía a la hora de valorar el nombre propuesto por el expresident como 'relator'. Según destacan a Vozpópuli altos cargos de Génova 13, "tiene gracia que la continuidad en el gobierno de Pedro Sánchez dependa de un cardenal".
Tiene gracia que la continuidad en el gobierno de Pedro Sánchez dependa de un cardenal
Los de Feijóo, en todo caso, descartan cualquier tipo de intervención en este asunto, como una llamada a la Conferencia Episcopal: "Que sea lo que que Dios quiera, y nunca mejor dicho". Los obispos, en todo caso, ya se han mostrado contrarios a la ley de amnistía a través de su portavoz, Francisco César García Magán.
El PP, mientras tanto, cierra la puerta a cualquier negociación en el Congreso de una amnistía a cambio de la renuncia a la unilateralidad por parte de los independentistas, tal y como reclamó ayer el Cercle d'Economia. Ante esa propuesta, los populares se mostraron contundentes: "Nada de amnistía, no la contemplamos".
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