La campaña de las elecciones europeas ha entrado en su Zona Cesarini y las alarmas, como es habitual, han saltado en Génova. Ocurrió en febrero en Galicia, en abril en el País Vasco y en mayo en Cataluña. Los problemas de identidad del PP de Alberto Núñez Feijóo se acrecientan conforme se acercan las urnas. Y la carrera al 9-J, la más importante de las cuatro elecciones celebradas este 2024 por el carácter plebiscitario que la formación ha imprimido a la cita, no es una excepción. Por ello, no ganar al PSOE de Pedro Sánchez, el único objetivo, genera pánico en las filas populares.
"Ya sólo les queda el empate para decir que todos somos iguales y que todo sigue igual y que ellos son, incluso, los que han ganado", dijo el líder del PP este miércoles, en Sevilla, en un mitin de campaña junto al presidente andaluz, Juanma Moreno, dando a entender que incluso una victoria a los puntos (a los votos) es válida. Feijóo apeló por enésima vez al voto útil. E insistió en que cada papeleta que no vaya a parar a su formación "beneficia al PSOE" porque no sólo él, también el presidente del Gobierno, medirá el resultado como un cuerpo a cuerpo electoral. Por ello, según reconocen fuentes de Génova en conversación con Vozpópuli, la dirección nacional del PP traducirá el resultado aplicando su particular Ley D'Hont. Es decir, "extrapolando" el resultado como si fuera un partido de vuelta del 23-J se tratara.
Los populares tienen 48 horas para estirar al máximo su resultado. Y no sólo Feijóo –que se ha echado la campaña a las espaldas opacando el papel de la candidata, Dolors Montserrat– copará los titulares hasta la medianoche del viernes. Los otros dos protagonistas serán dos figuras del partido capaces de seducir al votante de Santiago Abascal, con un protagonismo insólito respecto a las anteriores campañas electorales. Y no son otros que Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y José María Aznar, expresidente del Gobierno y, a ojos de Génova, uno de los máximos "referentes" para gran parte del electorado de Vox.
Ayuso, que ya tuvo tribuna en la manifestación que el PP convocó en la Puerta de Alcalá el pasado 26 de mayo para dar el pistoletazo de salida a la campaña, participará este jueves junto a Feijóo, Montserrat y el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, en un mitin en la madrileña Plaza de Callao. Comenzará a las 18:30 horas y está llamado a copar las portadas de la última jornada de campaña. El PP madrileño, además, aportó este martes su granito de arena en la ofensiva judicial que Génova ha emprendido contra Sánchez anunciando la apertura de una comisión de investigación en torno al rector de la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Goyache, para "esclarecer qué favores hizo el rector de la institución" a su mujer, Begoña Gómez.
Todo suma para poder consumar el "efecto Begoña", más aún, tras los hechos conocidos en las últimas horas. Un ánimo social que dote de brío electoral a la formación y ensanche su supuesta ventaja frente al PSOE –el tanteo en el marcador es 23-20, según la última encuesta de Hamalgama Métrica para este periódico– para conducir a Sánchez hasta el callejón sin salida del adelanto electoral. Ése y no otro es el objetivo de Alberto Núñez Feijóo este domingo. "Si el PP gana, la legislatura se acorta", es el mantra intramuros de Génova.
Faes, contra Vox ante el 9-J
El expresidente, mientras, participará en un mitin de cierre de campaña en Pamplona. Lo hará en solitario, es decir, sin Feijóo, que se repartirá entre Valencia y Barcelona para captar los últimos votos sobre la bocina en el último día de campaña. Junto a Aznar participará quien es uno de sus más importantes colaboradores, Tono López-Istúriz, una de las figuras populares más relevantes dentro del Partido Popular Europeo (PPE) en los últimos lustros y número 17 de la lista este 23-J.
Si bien en un segundo plano, cabe destacar que no ha sido la única contribución (indirecta) de Aznar a la campaña. Porque ha sido la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el think tank creado en 1989 al calor del PP y presidido por el expresidente del Gobierno, quien más directamente ha respondido a las constantes interpelaciones de Vox, Abascal y el resto de líderes de la formación de derecha radical a los populares durante la campaña.
En un comunicado durísimo publicado el pasado 27 de mayo, FAES –considerada algo así como el tarro de las esencias del PP– afirmaba que los de Abascal "contribuyen a sabotear" una alternativa a Sánchez, que votar a Vox "retroalimenta" al PSOE y que "suele juntarse con parejas de baile incompatibles con el interés nacional español", en referencia a sus socios europeos. ¿El título del análisis? Un nada sugerente Vox y la corrupción del conservadurismo.
Vox, por su parte, contraatacó a través de la Fundación Disenso, el think tank del partido. "Ninguna de las pataletas en forma de tratado que nos dedique la antigua fundación del PP podrá ocultar la coalición de populares y socialistas en Bruselas y su responsabilidad en el empobrecimiento del campo español y la desindustrialización permanente de España fruto del Pacto verde y la Agenda 2030", rezaba parte del comunicado del laboratorio de ideas vinculado a la formación de Abascal.