El PP de Alberto Núñez Feijóo renuncia a la opa para captar cargos de Ciudadanos. Los nuevos responsables del PP han trasladado varios mensajes en ese sentido a altos cargos del partido de Inés Arrimadas, según ha podido saber Vozpópuli de fuentes conocedoras de estos contactos. PP y Ciudadanos cierran de esta manera una guerra que empezó hace justo un año, con la moción de censura en Murcia, y que ha devastado ambas formaciones, aunque por distintos motivos, en este periodo.
PP y Ciudadanos abrirán un nuevo periodo de convivencia pacífica con la llegada de Núñez Feijóo a Génova. El PP no renuncia a reunificar en torno a sus siglas "todo el espacio que hay a la derecha del PSOE", pero cambia de estrategia. La vía que abanderó el exsecretario general del PP, Teodoro García Egea, queda anulada. Y los populares se inclinan por no machacar, ni matar a Ciudadanos con ofertas permanentes a cargos naranjas para que abandonen el barco a cambio de huecos en sus listas electorales o determinadas responsabilidades institucionales.
El equipo de confianza que Feijóo ha colocado en el PP para liderar la transición a Pablo Casado ha hecho llegar por distintas vías, en diferentes territorios y a varios niveles que la operación de García Egea es historia. Y que no se aceptarán más "saltos" desde la formación de Arrimadas al PP. "Nos han hecho llegar por varias vías que la opa se ha terminado", reconocen fuentes del partido naranja.
PP: convivir con Cs; no matarle
El PP, eso sí, sigue buscando reunificar el centro derecha. Y en ningún momento, al menos por ahora, se plantea alguna oferta de listas conjuntas. Ciudadanos está muy débil, pero no así Vox. Feijóo buscará un perfil más centrado para seducir al electorado más moderado y afín a Arrimadas, mientras que Isabel Díaz Ayuso tendrá también un papel relevante para apelar al votante de Vox. El PP considera que Ayuso tiene la capacidad de recuperar voto del partido de Santiago Abascal, y se potenciará su figura en citas electorales inminentes como la de Andalucía.
El gran damnificado de esta nueva pax política entre populares y naranjas es Fran Hervías. El ex secretario de Organización de Ciudadanos es considerado como el gran muñidor de esta opa. La operación ha provocado movimientos de un partido a otro. Son casos como el de Toni Cantó, el diputado autonómico vasco Luis Gordillo, concejales, diputados provinciales de toda España y otros cargos que García Egea y Hervías tenían en cartera, por ejemplo, en el Parlamento andaluz.
El futuro de Hervías en la estructura de Génova está en entredicho. Y para la formación liberal, el armisticio con el PP pasa por apartar a su exsecretario de Organización de cualquier responsabilidad en la dirección de Feijóo. Hervías está contratado como asesor de la todavía vicesecretaria de Organización del PP, Ana Beltrán. Su contrato finalizará con el cese de Beltrán y su continuidad, o no, dependerá de que el equipo de Feijóo quiera contar con él. Algo que parece poco probable.
Sin listas conjuntas PP+Cs
Además de Hervías, la llegada de Feijóo deja prácticamente fuera del PP a dirigentes como Cantó, metidos con calzador por la anterior dirección de Casado sin el consenso ni el aval de líderes territoriales como Ayuso.
La moción de censura de Murcia, las elecciones en Madrid y la más reciente convocatoria en Castilla y León, en la que Alfonso Fernández Mañueco echó a Francisco Igea por Twitter, han provocado una ruptura prácticamente total de las relaciones entre el PP y Ciudadanos. Los contactos se han limitado a cuestiones parlamentarias y poco más. Y cualquier posibilidad de una integración ordenada o coalición electoral como la del País Vasco ha quedado descartada y sin visos, por más que llegue Feijóo, de que alguien la ponga de nuevo encima de la mesa.
De hecho, Feijóo se negó a una operación similar -listas conjuntas- en las últimas elecciones en Galicia, como pretendía Casado y como sí forzó en el País Vasco provocando la caída de Alfonso Alonso, y los resultados le dieron la razón: otra mayoría absoluta en Galicia.
Arrimadas ha tratado en este tiempo de sujetar un partido en descomposición y alejarse del llamado bloque de la derecha (PP y Vox). Y ha logrado acuerdos puntuales con el PSOE como el respaldo de Ciudadanos a la reforma laboral y el de la coalición de Gobierno (PSOE-Unidas Podemos) al proyecto de ley naranja de atención a los afectados por la ELA.
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