El catedrático y exmagistrado del Tribunal Constitucional, Carlos Viver, declaró el martes como imputado ante el juez de instrucción número 13 de Barcelona, que investiga la organización del 1-O. Asesor de los últimos presidentes de la Generalitat, la Guardia Civil y la Policía le otorga un papel clave, no sólo en la planificación del referéndum ilegal, sino en toda la estrategia independentista hasta el punto de considerarle el cerebro del procés. Sin embargo, durante el interrogatorio al que ha tenido acceso íntegramente Vozpópuli, este magistrado dijo que "se ha creado una leyenda" sobre su trabajo y que advirtió de que "sin el 50 por ciento de los votos no se podía avanzar" en la desconexión.
“Yo mantuve siempre la idea que yo era simplemente un asesor técnico jurídico, me negué sistemáticamente a conceder entrevistas a los medios de comunicación y también a participar en conferencias. Algo he perdido no saliendo en los medios porque que se ha creado en relación a mi trabajo una leyenda que entiendo que no responde a la realidad”, declaró Carles Viver a lo largo de su comparecencia que se extendió durante una hora y 20 minutos. En ese momento contestaba a las preguntas que le formulaba el juez Juan Antonio Ramírez Sunyer, quien le advirtió de que estaba investigado por “su posible intervención ideológica en todo el proceso de independencia”.
Carles Viver ocupó el cargo de director del Instituto de Estudios de Autogobierno del Gobierno catalán y aportó sus conocimientos en algunos de los proyectos más polémicos del Gobierno autonómico como la ley de transitoriedad o la del referéndum. Este veterano catedrático fue cesado de sus funciones tras la aplicación del artículo 155. Antes había sido asesor de Carles Puigdemont y Artur Mas. Viver se encargó de recordarle al juez que antes había prestado los mismos servicios a los expresidentes socialistas. “A mi me nombró (Pascual) Maragall”, dijo.
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Desaconsejó la vía unilateral
En todo momento Carlos Viver puso distancia con los hechos de lo que se le acusan y afirmó que él siempre defendió la idea de que las estructuras de Estado sólo se podían poner en marcha después de la desconexión, no antes. En ese sentido, se desvinculó de la vía unilateral emprendida por el Gobierno de Puigdemont: “La idea era preparar una normativa que se podía aplicar después de la desconexión siempre y cuando no se intentase llevar al boletín oficial o al diario oficial de la Generalitat”. En otro punto de su declaración llegó a afirmar que en sus trabajos desaconsejó la vía unilateral y se hablaba del Código Penal, lo que acreditaría que los líderes independentistas estaban avisados de las consecuencias de sus actos.
Durante el interrogatorio, Viver se tuvo que enfrentar a preguntas relacionadas con sus informes o declaraciones suyas del pasado ante las que defendió la idea de que cuando las aspiraciones políticas no tienen encaje legal, a veces el derecho cede: “Yo tenía muy clara la idea de que como jurista, el Estado de Derecho es una de la conquista más importante de la humanidad y antes de renunciar tienes que dar muchas justificaciones. Pero la experiencia demuestra que cuando una propuesta de la sociedad que tiene un gran apoyo no encuentra cauces dentro del Derecho, la experiencia nos demuestra que a veces el derecho cede y se construye uno nuevo”.
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En varios momentos de su exposición llegó a diluir su capacidad de influencia sobre los responsables del proceso independentista o incluso dijo que sus advertencias no fueron tenidas en cuenta. Una de ellas fue que para avanzar en la desconexión era necesario contar con al menos el 50 por ciento de los votos independentistas. “Yo insistía en un par de ideas respecto de las cuales mis asesorados no siguieron lo que yo les había dicho que era: si no tenemos el 50 por ciento de los votos no se puede llegar hasta el final del proceso de desconexión”, explicó.
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"Nos teníamos que volver a contar"
También insistió en que él había avisado de que la preparación de estas normas no se podía implementar hasta la desconexión. “Son dos ejemplos de mi escasa incidencia política durante este periodo”, sentenció. Para reforzar esta imagen, alejada de los planes unilaterales, llegó a renegar de la convocatoria del referéndum ilegal de octubre: “Nos teníamos que volver a contar para saber si tenía apoyo suficiente la idea independentista. Yo me había decantado más por las elecciones que por los referéndums unilaterales”.
Entre sus argumentos para convencer al juez, Carles Viver destacó que nunca ha pertenecido a ningún organismo que tomase decisiones, ni tampoco “a los comités estos de los que se hablan” (en referencia a los Comités de Defensa de la República, de inspiración cubana). Sostuvo haber tenido “nula capacidad de decisión política y nula capacidad de decisión jurídica”. “La influencia política que yo podía tener ha sido realmente muy limitada porque no tenía ni organismos de decisión en los que participaba excepto cuando me llamaban que fueron cuatro o cinco veces”, zanjó.
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Carles Viver declaró justo después que el juez Santiago Vidal de cuyas declaraciones en una conferencia partió la denuncia del abogado Miguel Durán y el partido VOX que ha dado pie a esta causa. El presunto arquitecto del procés negó haber colaborado con su compañero Vidal en la preparación de aquella conferencia en la que se habló, entre otros asuntos, de la recolección de los datos fiscales de todos los catalanes.
“Yo no participé en la preparación del 1-O en absoluto, ni en esto ni en nada”, abundó Viver, quien dijo haberse enterado por la prensa de la existencia del documento Enfocats, considerado la hoja de ruta del proceso de ruptura por los investigadores. Tampoco recordaba una reunión que mantuvo en junio del año pasado con el exvicepresidente catalán actualmente en prisión Oriol Junqueras y su número dos, Josep María Jové. El imputado insistió en su interrogatorio que él estaba “centrado en la segunda parte”, es decir, en conformar las estructuras de Estado tras la independencia, pero “no en la forma de llevarlo a cabo”.
Un ejército propio
En este punto, el juez Ramírez Sunyer le preguntó acerca de su participación en los planes para que Cataluña tuviese un ejército propio, un proyecto del que también se desvinculó el acusado: “No estaba en ningún trabajo sobre Defensa, no soy capaz de escribir ni una sola línea sobre la Defensa de ningún Estado”. Cuestionado acerca de un correo electrónico suyo intervenido en el que aborda esta cuestión con otro de los acusados, Viver despejó la cuestión afirmando que se refería a la defensa jurídica de ambos porque comparten el mismo abogado.
Viver contestó tanto al juez como al fiscal y al abogado del Estado. La representante del Ministerio Público le preguntó acerca de su colaboración en la elaboración de la Ley de Transitoriedad. Según dijo el investigado, participó antes de que el Tribunal Constitucional se pronunciase al respecto.
Por su parte, el abogado del Estado centró su interés en el contenido de los informes que remitía a la Generalitat. Viver argumentó que no eran “exclusivos” de él, sino que iban firmados por “13 catedráticos”. “Era una idea colectiva”, defendió al tiempo que, para restar de nuevo peso a su papel, añadió que “no había un único plan, había muchos encima de la mesa en constante cambio, no en combate pero sí abiertos y cada uno defendía el suyo”.