Dagoberto V.L., un conocido de la Policía por actuar presuntamente de enlace entre narcos colombianos y los clanes históricos gallegos, se enfrenta a más de diez años de prisión tras ser detenido por la Policía Nacional el pasado mes de diciembre. Los agentes consiguieron detener a ocho personas tras seguir la pista de una operación que consiguió introducir en España más de 21 kilos de cocaína pura a través del aeropuerto de Barajas.
Su detención se produjo tras meses de escuchas y vigilancias. Una investigación liderada por los agentes de la UDYCO y que culminó con la detención de varios miembros de esta presunta organización criminal, el pasado 18 de diciembre, gracias a la actuación de varios agentes infiltrados de la Policía Nacional. Ahora, la Fiscalía Provincial de Madrid pide para Dagoberto. V.L. y sus "hombres" ocho años y medio de prisión por un delito contra la salud pública y dos años de cárcel por un delito de pertenencia a grupo criminal.
La defensa de otro de los acusados, procurada por el despacho de Paredes y Asociados, pide la nulidad de las actuaciones al entender que el operativo que acabó con su cliente entre rejas fue fruto de un delito provocado por la actuación de los agentes infiltrados por la Policía Nacional. Entre ellos, destaca la actuación del "FEHU" que durante semanas fingió hacer trabajos de recogida y distribución de droga para D.V.L. y los otros acusados.
Cuatro días antes de la detención, el acusado confirmó al agente infiltrado que esa misma madrugada llegaría al aeropuerto de Madrid-Barajas una maleta procedente de Guayaquil con 22 kilos de cocaína. El negocio era redondo y para dar más detalles a su interlocutor, este le envío dos archivos de vídeo y una fotografía, según aparece en el escrito de acusación del Ministerio Público.
Dicho y hecho. A las 5:00 horas del día 15 de diciembre se detecta una maleta azul procedente de la ciudad ecuatoriana en cuyo interior se interceptó 22 piezas introducidas en dos mochilas cerradas con un precinto con símbolo de árbol. En total, 22 kilos de coaína con una riqueza del 52,33%.
No obstante, los agentes no desvelaron su tapadera, en ese momento, el agente encubierto que actuaba bajo el alias de "FEHU", "envío un mensaje al acusado para indicarle cómo coordinar la operativa, diciéndole que ya había recogido la maleta cargada con la droga", reuniéndose ambos en su establecimiento de confianza. De esta forma, el policía le manifestó que la maleta se encontraba en un lugar seguro y que sería entregada cuando llegaran al aeropuerto los otros dos envíos.
Según mantiene el Ministerio Público, el acusado le volvió a escribir para confirmarle que una segunda maleta había sido embarcada desde Panamá. Y es que este jubilado de 66 años continuaba con sus planes, el envío procedente de Guayaquil seguía en marcha. El 17 de diciembre, los agentes de Policía Nacional incautaron en el aeropuerto de Barajas una maleta de similares características con un total de 16 kilos de cocaína con una pureza de 63%.
Detención y operativo policial
Interceptadas sendas maletas por parte de los agentes de la Policía, el operativo estaba listo. El agente infiltrado "FEHU" se dirigió junto a Dagoberto hasta los aparcamientos del Centro Comercial Pleniludio de Madrid, donde supuestamente iban a encontrarse con los "hombres" del segundo.
En ese momento, otro de los acusados apareció a bordo de un Jaguar para recoger parte de la droga. Según se narra en el escrito de la Fiscalía, mientras se procedía a la detención de uno de los acusados encargados supuestamente de recoger la mercancía, Dagoberto y J.E.T. acudieron a un hotel situado en las inmediaciones del centro comercial para recoger los otros 16 kilos de cocaína restantes.
Finalmente, el encuentro terminó con la detención de ocho personas, cinco de ellas ahora acusados, y la incautación por parte de las autoridades de 21 kilos de cocaína pura con un valor en el mercado ilícito de 1.144,864 euros. Una operación policial de esas que contienen todos los ingredientes de un buen 'film' de acción: supuestos narcos, policía y agentes infiltrados. Ahora, la Fiscalía les acusa de un "delito contra la salud pública de sustancia que causa grave daño a la salud en cuantía notoria importancia previsto en el artículo 368 y 369.1.5 del Código Penal y un delito de pertenencia a grupo criminal recogido en el artículo 570. Por ello, además de más de diez años de prisión pide una multa de 4.000.000 euros para los acusados.
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