La recuperación económica será el eje principal sobre el que el PP hará girar la larga campaña que culminará a finales de año con las elecciones generales. Al margen de la fecha precisa de las urnas, que solo puede estar en la cabeza de Mariano Rajoy, los planes del Gobierno pasan por remitir en abril a Bruselas el programa de estabilidad, aprobar en junio el techo de gasto para 2016 y remitir a principios de septiembre al Congreso el proyecto de ley de Presupuestos para el año que viene, antes de que las Cortes se disuelvan y se convoquen elecciones. Fuentes del PP explican que este guion encierra dos objetivos: enviar a los mercados un mensaje de estabilidad y, en segundo lugar, arrastrar al PSOE, a Podemos y al resto de la oposición, parlamentaria o no, al debate económico, pues es en el que Rajoy más tiene que ganar.
Rajoy quiere arrastrar al PSOE y a Podemos a precisar sus alternativas económicas
En el Gobierno se confía en constatar antes del verano que las previsiones oficiales de crecimiento se han quedado cortas y que va a ser posible finalizar el ejercicio con tasas superiores al 2% del PIB, como recientemente han adelantado también desde la Comisión Europea. En sus recientes pronósticos para España, Bruselas ha mejorado no solo el horizonte del PIB, sino también el de la creación de empleo y el del déficit público, que acabará este año cerca del 4,2%. Los técnicos de Bruselas han anticipado que la economía española gana impulso y están convencidos de que sus previsiones pueden, incluso, quedarse cortas si se cuenta con la caída de los precios del petróleo, la depreciación del euro y el programa de compra masiva de bonos aprobado por el BCE.
Algunas señales de todo ello se reflejarán en los datos que dentro de dos meses el Gobierno remitirá a la Comisión Europea, en vísperas de las elecciones autonómicas y municipales de mayo. El trámite presupuestario, que arrancará con la aprobación del techo de gasto en el Consejo de Ministros y después en el Parlamento, pondrá en bandeja al PP vender los avances conseguidos en la recuperación económica, altavoz que se pretende potenciar cuando en septiembre entren las cuentas estatales del año que viene en el Congreso, a escasos meses de las elecciones generales.
El PP apoya que se presenten las cuentas de 2016 antes de que se disuelvan las Cortes
Las ventajas de abordar los Presupuestos de 2016 al margen del calendario electoral, aunque no vayan a poder ser aprobados en el Parlamento por falta de tiempo, son evidentes, en opinión de altos dirigentes del PP. No solo se forzará al PSOE y a un grupo todavía extraparlamentario como Podemos a entrar de lleno en el debate económico sino también a mostrar sus alternativas negro sobre blanco. El Gobierno está convencido, además, de que la buena evolución de la economía le permitirá afrontar las legislativas con la oferta de una nueva rebaja de impuestos, más ambiciosa de la que ya opera desde enero de este año. Entre 2015 y 2016 se reintegrarán 9.000 millones a los contribuyentes, 5.900 a través de la rebaja de IRPF y 3.100 millones a través del Impuesto sobre Sociedades. Los principales cambios, derivados de la reducción de tramos y la rebaja del primer impuesto para las rentas medias y bajas, se completarán el año que viene, hasta conseguir una reducción media del 12,5%. El tipo de Sociedades quedará en el 25% en 2016, frente al 30% que regía hasta el pasado diciembre.
Las mismas fuentes recuerdan, no obstante, que las líneas rojas del próximo proyecto de Presupuestos vendrán marcadas por los compromisos contraídos con Bruselas para dejar el déficit en el 2,7% del PIB el año que viene, aunque es un objetivo que puede someterse a revisión a la vista del debate interno abierto en la UE sobre las políticas de consolidación fiscal y los retrasos registrados en ellas por países como Francia. En todo caso, Hacienda espera acabar la legislatura con 50.000 millones menos de déficit anual que en el último Gobierno socialista. Será del orden del 4,2% frente al 9% que dejó José Luis Rodríguez Zapatero en 2011.
Hacienda espera acabar la legislatura con 50.000 millones menos de déficit anual que en el último Gobierno socialista
Del último debate presupuestario se deduce que si el PP no hubiera tenido mayoría absoluta, se hubiera visto en serias dificultades para garantizar el cumplimiento de estos objetivos de déficit ya que todos los grupos parlamentarios, sin excepción, han exigido un aumento considerable del gasto. El líder socialista, Pedro Sánchez, defendió 3.000 millones más para las denominadas políticas activas de empleo, un rescate para las familias con menores recursos e hijos a cargo, una subida del salario mínimo interprofesional y un aumento de las pensiones superior en un 10% al decidido por el Gobierno. Hoy, durante el debate del estado de la nación, Sánchez se propone enfatizar “el sufrimiento de la clase media a causa de los recortes” y, según fuentes socialistas, sus alternativas para crear empleo.
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