Ana, la primera víctima de 'La Manada 2.0', no quería denunciar. Su actual pareja le dio la fortaleza que necesitaba para dar el paso. La joven mantuvo relaciones consentidas con algunos de los miembros de este grupo pero en dos fiestas sufrió sendas violaciones. El próximo 11 de enero tendrá que volver a prestar declaración en los Juzgados de Gavá (Barcelona), según han confirmado fuentes jurídicas a Vozpópuli.
La primera víctima que denunció a 'La Manada 2.0' de Casteldefells lo hizo el 9 de noviembre de 2021. Se personó ante los Mossos d'Esquadra de Gavá. A los agentes les relató toda la historia que data de la primera y el verano de ese año. Según su versión, sufrió dos agresiones sexuales.
Los agentes la preguntaron por qué decidió declarar meses después: "Me ha generado la sensación de culpabilidad y recordar autolesiones de pequeña y castigarme porque ha sido mi culpa". Esta joven, española de 22 años, "denunció porque su actual pareja la animó a dar el paso porque todo lo que ha pasado durante su infancia y adolescencia".
Después comenzó su escalofriante relato. Los hechos se remontan al mes de mayo de 2021, cuando conoció a uno de los miembros de 'La Manada 2.0' a través de la aplicación de citas de Badoo. Mantuvieron relaciones sexuales e incluso le confesó que deseaba hacer un trío.
Grabaciones sin consentimiento
Este hombre, que ejercía de farmacéutico, quedó con un amigo, otro de los miembros de su grupo, y esta joven en un hostal de Sans. Allí mantuvieron relaciones sexuales que incluso fueron grabadas y difundidas sin el consentimiento de la joven en el grupo de WhatApp de 'K-TEAM.NIÑA TEAM'.
En esta aplicación los hombres difundían sus vídeos sexuales, las fotos de las mujeres con las que se acostaban y quedaban para hacer orgías y tríos. Después de la primera denuncia, el nerviosismo hizo mella del mismo y las acusaciones de 'chivatos' corrieron como la pólvora.
El 'K-TEAM' incluso llegó a tener de foto de perfil una de las imágenes de los miembros de La Manada original de San Fermín. De ocho participantes en estas conversaciones, cinco fueron detenidos en esta investigación de los Mossos y se encuentran en prisión provisional.
El piso de los horrores de Castelldefels
Los hechos denunciados por Ana ocurrieron en el número 42 de la calle Pompeu Fabra de Castelldefels. Allí este grupo organizó una fiesta. En esa vivienda había cinco hombres y dos mujeres. El consumo de alcohol afectó sobremanera a esta joven que mantuvo relaciones sexuales consentidas con uno de ellos.
Después, su pareja se marchó y apareció con un nuevo amigo, con quien se negó a mantener estos encuentros: "tú cállate puta, que la noche la vamos a disfrutar". La forzaron incluso enseñándola vídeos porno: "mira, ésta eres tú con todos encima".
En un momento dado, la joven, en estado casi etílico, se tumbó a la cama y su acompañante apremió a sus amigos: "Mirad como está, aprovechad a hacer lo que queráis". "Ahora se la vas a chupar porque te lo digo yo", dijo su 'amigo' cuando cerró la boca y se negó. Incluso la llegaron a introducir objetos por la vagina.
Dos meses manteniendo contacto con un miembro de La Manada
Después de vivir esta agresión sexual, estuvo dos meses manteniendo contacto y relaciones sexuales voluntarias y consentidas con uno de ellos. Este hombre le pidió perdón por los actos, una práctica que, según los Mossos, era el modus operandi del grupo para evitar que las víctimas denunciaran.
Ana cambió su declaración en dos ocasiones y dejó fuera de las agresiones a uno de ellos. Si bien es cierto que este hombre estaba en la casa, no la forzó ni estuvo presente en el momento de las violaciones. Los implicados, todos ellos carecían de antecedentes, llegaron a decir que seguían teniendo cariño a la joven a pesar de haberles denunciado.
El análisis del chat de grupo de 'La Manada 2.0' permitió llegar a los Mossos a dos víctimas más que quisieron presentar denuncias similares por agresiones sexuales. En cambio, otras declinaron la petición para no volver a revivir este mal trago. Un momento que revivirá Ana cuando este 11 de enero tenga que volver a declarar ante la magistrada de Gavá.
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