Este miércoles 3 de julio, la princesa Leonor se ha despedido de una breve, pero intensa, etapa de su vida. La heredera al trono de España, que comenzaba este año su formación castrense en la Academia General Militar de Zaragoza, concluye ahora su etapa con el grado de cadete alférez, completando así con éxito dos cursos enfocados al Ejército de Tierra.
Ahora, los siguientes pasos, en los que seguirá la trayectoria de su padre, el rey Felipe VI, serán el aprendizaje naval en Marín (Pontevedra) el próximo curso, que incluirá una vuelta al mundo en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, y un curso más en la Academia General del Aire en San Javier (Murcia). Este miércoles, con la presencia de los Reyes de España y de la infanta Sofía, hermana menor de Leonor, se despedirá de sus compañeros de curso en una mezcla segura de alegría por lo logrado y pena por la separación de quienes ya son sus amigos.
En la ceremonia de entrega de Reales Despachos de Empleo en la Academia General Militar, hacían la primera entrada el rey Felipe VI y la reina Letizia seguidos de la infanta Sofía y la ministra de Defensa, Margarita Robles. A continuación, tanto los reyes como la infanta pasan a saludar a las autoridades presentes en la ceremonia, para dar comienzo la entrega de la de Reales Despachos de Empleo en la Academia General Militar de Zaragoza.
El acto, en el que también reciben sus despachos los tenientes del Ejército de Tierra y de la Guardia Civil que han concluido su formación de cinco años, ha comenzado con una salva de 21 cañonazos.
De esta forma, la princesa Leonor recibe la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, en consonancia con la disposición adicional primera de un segundo real decreto. Este dispone que será el Gobierno, en conformidad con la Casa Real, el que podrá conceder a Leonor las Grandes Cruces del Mérito Militar, del Mérito Naval y del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco.
Tras recibir el nombramiento y la distinción, la princesa de Asturias se ha incorporado a la presidencia del acto para seguirlo junto a su familia, después de fundirse en un abrazo con su madre y su hermana. Su padre, en ese momento, le ha tocado el brazo de forma cariñosa
Esta concesión, que también se otorgó al rey Felipe VI una vez finalizó su etapa en la Academia General Militar, se justifica mediante la necesidad de tener en cuenta el rango institucional, administrativo, académico o profesional de la persona recompensada, como recoge el artículo 34.2 del Real Decreto 1040/2003, de 1 de agosto.
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