El sector progresista del Tribunal Constitucional (TC), en mayoría tras la toma de posesión este lunes de cuatro nuevos magistrados, se reúne en la antesala del Pleno en el que se elegirá nuevo presidente del órgano. Una vez formalizada la renovación, el foco se pone ahora en la figura del sucesor de Pedro González-Trevijano, teniendo en cuenta que hay dos candidatos progresistas que se disputan el puesto: el magistrado Cándido Conde-Pumpido y la catedrática María Luisa Balaguer.
Fuentes del tribunal de garantías consultadas por Vozpópuli precisan que este martes se reúnen los siete magistrados del ala más progresista del TC sin la certeza de saber cuál será el resultado del encuentro. Tanto Conde-Pumpido como Balaguer se encuentran en el último tercio de su mandato que caduca en 2026, por lo que cumplen con la norma no escrita que rige en el órgano para ser designado presidente.
Todo apunta que Conde-Pumpido cuenta con más respaldo dentro de su propio grupo que la magistrada Balaguer, pero esta última se grana el apoyo del ala conservadora. Este bloque -en minoría desde este lunes- se niega a amparar a Conde-Pumpido al considerar que el fiscal general del Estado del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no puede ostentar la presidencia del TC.
El futuro del TC
Teniendo en cuenta que la actual composición del órgano es de siete progresistas frente a cuatro conservadores (ya que todavía está pendiente de renovar la plaza del magistrado Alfredo Montoya) el criterio del bloque mayoritario es determinante. Y, más en concreto, el que adopten los nuevos miembros del TC. De los cuatro nuevo integrantes, tres son progresistas.
Las quinielas apuntan que los dos nuevos miembros elegidos por el Gobierno (el exministro de Justicia Juan Carlos Campo y la exalto cargo de Moncloa Laura Díez) respaldarán a Conde-Pumpido. Sin embargo no está tan claro lo que decida la magistrada María Luisa Segoviano, elegida a propuesta del CGPJ. Tanto es así que su voto puede ser determinante ya que se da por hecho que Balaguer sumará el apoyo de los cuatro miembros conservadores que han quedado en minoría.
De hecho, el asunto relativo a la presidencia del TC copó gran parte de los corrillos de este lunes tras la toma de posesión de los nuevo miembros. Aunque hay dudas acerca de lo que ocurrirá en la reunión de este martes y en el Pleno del miércoles, lo que está claro es que la presidencia la ostentará durante los próximos años un miembro progresista.
Dudas sobre la vicepresidencia
Este planteamiento genera dudas también acerca de la figura del vicepresidente. Se trata de un cargo que también se votará en el Pleno de este miércoles ya que lo ejercía Juan Antonio Xiol; uno de los cuatro magistrados que acaba de ser reemplazado en el TC. Desde hace aproximadamente una década impera el criterio de que si la presidencia la ostenta un conservador, la vicepresidencia sea para un progresista y viceversa.
Ello implicaría que, teniendo en cuenta que el futuro presidente será sí o sí progresista, la vicepresidencia tendría que ir para el conservador más antiguo del TC, esto es, Ricardo Enríquez. Precisamente este magistrado ejerce de presidente en funciones desde el cese este lunes de González-Trevijano. Al formar parte del órgano desde 2014, el conservador entra directo en las quinielas para ser nombrado vicepresidente del órgano.
No obstante, esta vía tampoco está clara a horas de la celebración del Pleno. Una de las opciones que agradaría al bloque mayoritario del TC sería designar presidente a Conde-Pumpido y vicepresidente a Enríquez. Sin embargo, los conservadores no ven con buenos ojos este tándem y se niegan a que el exfiscal general del Estado ejerza de máximo representante del Constitucional, principalmente por su cercanía con Moncloa.
Así pues algunas voces consultadas no descartan que, de no alcanzar un pacto antes de la votación, los dos máximos cargos del tribunal de garantías lo ostenten miembros progresistas. Se trata de una posibilidad que, por contra, no contemplan otros sectores del órgano. Entre este último grupo los hay que consideran que se debe mantener el criterio adoptado bajo el mandato de Pascual Sala y que sea un conservador el que ostente la vicepresidencia. Aunque sea por motivos "estéticos".
La votación
Son asuntos de calado que se dilucidarán en el Pleno convocado por Enríquez para este miércoles a las 13.00 horas. El artículo 160 de la Constitución establece que la votación es secreta, por escrito y simultánea. Se producirá una primera votación la cual resultaría exitosa de alcanzarse mayoría absoluta de magistrados. Se trata de un escenario que a día de hoy no parece factible en tanto Conde-Pumpido y Balaguer pretenden seguir adelante con sus candidaturas de contar con el apoyo necesario.
Si nada cambia a lo largo de este martes, la ausencia de mayoría absoluta forzaría una segunda votación en la que basta con la mayoría simple. Si hay empate se repite antes de acudir a los criterios de mayor antigüedad y mayor edad. El nombramiento se designa por tres años, coincidiendo con cada una de las renovaciones parciales del órgano. Del mismo modo también se votará la elección del nuevo vicepresidente del órgano.
El de este miércoles es un Pleno determinante ya que marca el inicio de la etapa progresista. El acto de este lunes no solo supuso el nombramiento de los cuatro nuevos magistrados del TC, sino que también escenificó el fin de nueve años de dominio conservador. Sobre ello se pronunció el ya expresidente González-Trevijano que apeló al respecto de la Carta Magna por parte de todos los poderes y de la independencia de sus miembros. "El magistrado no representa a nadie", llegó a decir.
Su discurso fue largamente aplaudido por todos los asistentes al acto y también se convirtió en tema de debate en los corrillos posteriores. A la toma de posesión acudieron más de 600 personalidades de la cúpula del Poder Judicial y también del Poder legislativo. En representación de los primeros se encontraban el fiscal general del Estado, Álvaro García, vocales del CGPJ, presidentes de Tribunales Superiores de Justicia autonómicos y magistrados del Tribunal Supremo y de la Audiencia Nacional, entre otros.
Del Gobierno asistieron la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz, los ministros de Presidencia y de Defensa Félix Bolaños y Margarita Robles, respectivamente; Pablo Echenique por parte de Podemos y Rafael Catalá y Ana Pastor del Partido Popular. También acudieron algunos presidentes autonómicos como es el caso del mandatario de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara.
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