El Gobierno ha planteado un anteproyecto de ley para prohibir la prostitución y castigar con dureza al proxeneta. El objetivo es multar al cliente para desincentivar que trate de utilizar estos servicios, algo que se podría traducir en penas de prisión si la prostituta es menor de edad. Con estas medidas, el Ejecutivo quiere reducir las asoladoras cifras que refleja la Fundación Woman's Week, que afirmó que 45.000 mujeres y niñas son víctimas de la trata en nuestro país, siendo el 79% de ellas con la finalidad de explotarlas sexualmente.
El motivo por el que se castigará a los clientes es por participar "directamente del entramado que sostiene esta grave vulneración de los derechos humanos", según defiende el PSOE en su texto de exposición de motivos. Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, además, tendrán un marco legal para castigar el proxenetismo.
La propuesta plantea la modificación del artículo 187 del Código Penal con el objetivo de castigar "de forma general" el proxenetismo, sin necesidad de que exista "relación de explotación". En este caso, el explotador sexual se expondría a una pena de 3 a 6 años de prisión y una multa de 18 a 24 meses. En la redacción de este anteproyecto de ley también se contempla, aunque con muchas dudas, castigar a arrendadores que alquilen un piso o local para estas prácticas, lo cual podría afectar también a aquellas prostitutas que ejercen la profesión por decisión propia, como es este caso que relatamos en Vozpópuli.
Esta normativa pretende acabar con la alegalidad a la que está sujeta la prostitución en nuestro país, el único de la Unión Europea que no tiene un marco legal claro para luchas contra la trata. Las palabras prostitución no aparecen en nuestros códigos Civil y Penal, aunque esto puede cambiar durante las próximas semanas. El objetivo es adecuarse a la normativa europea e ir un poco más allá: España es uno de los pocos países que no condena todo tipo caso de proxenetismo, ya que solo lo hace si existe vulnerabilidad o condiciones abusivas, con denuncia previa de una víctima.
Dentro de nuestro entorno, Austria permite el proxenetismo en burdeles legales con licencia, Hungría lo permite en ciertas zonas y Países Bajos tiene una regulación sobre este tema. En este último, el papel del proxeneta se limita a cobrar una comisión por el alquiler de escaparates o locales como los famosos de Ámsterdam y su Barrio Rojo. El único país donde el papel del proxeneta es legal es en Estonia. En el resto de naciones que conforman la Unión Europea, es ilegal y hacia allí es donde camina España con esta medida.
La nueva ley va a castigar a los clientes. ¿Es esto algo que suceda en el resto de la Unión Europea? Lo cierto es que no: la 'compra' de sexo es legal en la mayoría de países. En Alemania, Austria, Bélgica o Italia se permite, siendo esta la opción más generalizada en Europa. Francia, Irlanda (en lugares públicos), Lituania y Suecia son los únicos que multan -o encarcelan- a los puteros.
Donde existe mayor división es sobre la legalidad de ejercer la prostitución. En este aspecto, hay países que tienen una regulación estricta para que la actividad se pueda desarrollar -Alemania, Austria o Países Bajos-, mientras que hay otros que la consideran legal, como Bélgica, Grecia, Italia o Luxemburgo. También se encuentran países paradigmáticos, ya que sí permiten ejercer la profesión 'más antigua del mundo', como Francia o Suecia, cuyo castigo es únicamente para la clientela.
Para conocer distintas perspectivas sobre esta ley, charlamos con dos personas cuyos puntos de vista son muy distintos. Por un lado, charlamos con Rocío Mora, directora de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP). Por otro, con Mónica (nombre ficticio), una mujer que ha elegido libremente la prostitución como método para ganarse la vida.
Según Mora, basándose en cifras del Ministerio del Interior, el 95% de las mujeres que ejercen la prostitución lo hacen bajo coacción. Por su parte, Anesvad rebaja esa cifra a un 80%. En ambos casos, el caso de Mónica es una excepción. Según Rocío Mora, lo principal es darle a las mujeres explotadas una alternativa, aunque sí considera que este anteproyecto de ley "es un buen inicio". Darle opción implica "ofrecerles alternativas laborales", además de un asesoramiento para regularizar su situación en España.
Mora, declarada abolicionista, quiere dejar claro que no persigue la prohibición de la prostitución siempre que esta se ejerza libremente. "No va contra las mujeres, sino contra los proxenetas, las mafias y los puteros" para "poner vallas a quienes explotan mujeres y niñas", cuenta a Vozpópuli. Para ello, pide herramientas "para probar que esa mujer explotada está en situación de esclavitud", ya que ahora mismo para juzgar a los explotadores es necesaria una denuncia por parte de la propia prostituta, algo que difícilmente ocurre precisamente por su posición de persona vulnerable.
Además, ve bien perseguir al putero. Según la ONU, España es el país que más prostitución demanda en la Unión Europea y el tercero en el mundo. Mora le considera "un cooperador más" en la trata de blancas, ya que considera que "sin demanda, se acabará la oferta". Por todo esto, Mora cree que es importante la "existencia de un marco legal", dado que en muchas ocasiones, desde APRAMP sacan chicas de las calles y prostíbulos, pero estos vuelven a abrir a los pocos días con chicas nuevas. "Ahora mismo, para el proxeneta es más rentable que liberemos a una mujer y captar otras que forzarla a seguir", dada la facilidad para 'importar' mujeres.
Para Mónica, la prostitución y la trata de blancas "suelen ir de la mano, especialmente en ciertas zonas del este de Europa", aunque matiza, desde su experiencia, que en España "es menos común".
La tercera locativa, ¿una buena o mala medida?
La medida más polémica del anteproyecto de ley es reactivar la llamada tercera locativa, es decir, castigar a aquellos que alquilan inmuebles para que se ejerza la prostitución. Según el PSOE, muchos proxenetas se escudan en que solo arriendan habitaciones para que las mujeres, de forma libre, ejerzan su trabajo. De ahí el interés en reactivar la medida, aunque de momento, en el tercer borrador, el castigo a los arrendadores ha desaparecido -en el segundo sí estaba- tras celebrarse la comisión de Igualdad que debatió sobre estas medidas.
Mónica, como prostituta que ejerce su actividad de manera libre, no cree que activar la tercera locativa sea lo correcto si se hace: "A los arrendadores proxenetas habría que perseguirlos, a los arrendadores que solamente alquilan su piso a una persona sin más, se les debería dejar en paz. Somos inquilinos como cualquier otro. En mi portal casi nadie sabe a qué me dedico". Mora cree que a estos arrendadores no se les perseguiría, "ya que nadie les va a denunciar" y apoya la medida, precisamente apoyada en el argumento que esgrimen los diputados socialistas.
Prostitutas como Mónica temen que la ley que acabe publicada en el BOE se redacte 'con brocha gorda', ya que muchas abolicionistas afirman que ninguna mujer ejerce su profesión con libertad. "Que haya un porcentaje altísimo de mujeres forzadas a ello no quita que mi minoría lo haga libremente", señala. Para Mónica, "mienten y tienen un gran desconocimiento de la profesión" y añade que ella es "el perfecto ejemplo de mujer libre que eligió prostituirse de forma voluntaria y que lo sigue haciendo".
Cree que cuando se habla de la prostitución en general sin tener en cuenta a quienes ejercen libremente, se debe a "desconocimiento por un lado, y mala baba por otro". "Quieren hacer un discurso unitario sin dar voz a quienes ejercemos libremente, así de simple", concluye.
Leonidas
Pobre Abalos y demás compañeros mártires.