Bildu salvó al Gobierno de coalición de Pedro Sánchez. El 'sí' de la izquierda independentista vasca permitió sacar adelante el decreto de la guerra con las medidas económicas para hacer frente a la crisis de Ucrania. Y, según ha sabido Vozpópuli, el PSOE, que como ya adelantó a este diario negociará la contrapartida con los de Arnaldo Otegi durante la tramitación de la norma, tiene intención de dilatar el 'premio' hasta después de las elecciones andaluzas.
¿Y cuál es el caramelo? Fuentes socialistas sostienen que ninguno. La propia ministra portavoz, Isabel Rodríguez, se apresuró a desmentir cualquier tipo de pacto con la izquierda abertzale. No obstante, según fuentes consultadas en el espacio de Unidas Podemos conocedoras de los entresijos de la negociación del decreto, la contrapartida que dará el Ejecutivo a Bildu será llegar hasta el fondo del escándalo del supuesto espionaje a los independentistas. Por eso se rema.
En verdad, los aliados del Gobierno saben que para que el PSOE empuje hasta el final para esclarecer el lío de Pegasus y para depurar responsabilidades deben bajar el tono y 'enterrar' el asunto por el momento. Sobre todo ahora que se abre el ciclo electoral en Andalucía. Mientras tanto, Podemos ejerce como mediador y eje del bloque de dirección de Estado que ata al PSOE a la izquierda secesionista.
Órdago a Robles
Eso sí, la presión contra Robles sigue. Podemos elevó este viernes su órdago a la ministra de Defensa y volvió a buscar su dimisión. "Es una cuestión de higiene democrática básica que se asuman las responsabilidades políticas necesarias", espetó la secretaria general, Ione Belarra tras la reunión del Consejo Ciudadano Estatal. La ministra socialista es objetivo prioritario de una cacería de los morados y los independentistas. Pero Podemos sabe que la cabeza de Robles es casi imposible de obtener.
Por eso, la dimisión de altos cargos del Centro Nacional de Inteligencia, empezando por su directora, Paz Esteban, también se ve con buenos en ojos en Podemos, porque sostienen que ello podría volver a meter en el redil a los partidos independentistas, sus aliados imprescindibles. Pese al lío, en Podemos confían en que el PSOE no romperá con el bloque de la investidura y en que se llegará a una solución para dar carpetazo al incendio del espionaje.
El suspense tuvo pacto
Lo cierto es que el suspense que precedió la votación del decreto tenía pacto. ERC selló con Bildu el 'sí' abertzale para que el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez no tuviera que recurrir al PP, según confirmaron fuentes parlamentarias a este diario. De manera que el gran cabreo de la izquierda independentista y del resto de socios del bloque de investidura con el PSOE por Pegasus no hizo descarrilar la legislatura.
Las fuentes consultadas en el espacio morado coinciden en señalar que si el decreto con las medidas económicas para paliar los efectos de la guerra en Ucrania hubiera decaído, el futuro de la coalición hubiera quedado en entredicho. También si el Gobierno hubiera convalidado la norma con los populares. Por eso se entiende el salvavidas de Bildu.
Aún así, el PSOE, según fuentes moradas, debe arreglar su relación con ERC y dar explicaciones en la comisión de secretos oficiales que, finalmente verá la luz. Los socialistas deben rendir cuentas por si quieren que el Ejecutivo no se caiga. Y todo porque la hipotética salida de los republicanos de la ecuación complicará la tarea legislativa del PSOE y Unidas Podemos. Es más en Podemos asumen que si ERC se va, se cae el Gobierno. E Ione Belarra lo puso negro sobre blanco en viernes: "Nuestra obligación es defender a la democracia española de las cloacas. Nuestro país debe deshacerse de esta herencia antidemocrática. Sólo así, además, podremos restablecer la confianza de nuestros socios en el Gobierno. Y cuidar la mayoría de la investidura es cuidar la garantía de la orientación progresista de nuestro bloque". Aviso a navegantes.
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