El PSOE cederá a sus aliados separatistas la presidencia de algunas de las comisiones parlamentarias más destacadas del Congreso, según ha sabido Vozpópuli de fuentes conocedoras de las negociaciones. Pedro Sánchez no está dispuesto a entregar la Cámara y reclama que el presidente del Congreso -Félix Bolaños parte como favorito- sea socialista. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo en funciones permitirá que sus socios separatistas presidan algunas comisiones.
El ministro Bolaños y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, llevan varios días enfrascados en la negociación con sus aliados de la pasada legislatura. El diálogo del PSOE con Sumar, ERC, EH Bildu y el PNV es bastante fluido. Y más allá del ruido, el acuerdo para elegir la mesa del Congreso se da por supuesto, siempre y cuando Carles Puigdemont dé su visto bueno. El ex presidente de la Generalitat, prófugo de la Justicia en Waterloo, esperará hasta el último minuto.
Una de las cesiones que el PSOE está dispuesto a entregar a sus socios tiene que ver con el funcionamiento orgánico de la Cámara. Pero tiene su importancia. Partidos como ERC o el PNV quieren presidir comisiones importantes, como por ejemplo la de "industria". Es una forma, dicen, de marcar agenda y prioridades.
El precedente de Durán i Lleida
El reparto de presidencias de comisiones suele hacerse de forma proporcional al resultado electoral. Y suelen recaer en diputados de los grandes partidos. No es la primera vez, sin embargo, que PP y PSOE ceden este cargo a socios parlamentarios o de coalición. También de grupos nacionalistas. Un caso recordado es el del histórico portavoz de Convergencia en el Congreso, Josep Antoni Durán i Lleida, que presidió la comisión de Asuntos Exteriores durante dos legislaturas. Este cargo, como curiosidad, da derecho a tener pasaporte diplomático a quien lo ostenta.
El Congreso de los Diputados tiene varios tipos de comisiones. Las principales son las permanentes legislativas, que se constituyen de acuerdo con la estructura ministerial del Gobierno. Estas comisiones fijan el orden de trabajo, abordan el debate de enmiendas a las leyes admitidas a trámite por el pleno y trabajan en todas las áreas del Ejecutivo: industria, hacienda, igualdad, educación, etc. Cada Ministerio tiene su Comisión.
La Cámara Baja cuenta además las comisiones permanentes no legislativas y las mixtas con el Senado. En ese grupo se encuentra, por ejemplo, la de secretos oficiales o la de reglamento. La de secretos oficiales -cuyo nombre es Comisión de control de los créditos destinados a gastos reservados- es en la que se informó del supuestos espionaje a líderes del separatismo con el software Pegasus. La polémica le costó el cargo a la directora del CNI.
Y la comisión de reglamento puede ser determinante esta legislatura si, como ha sugerido el PSOE, se aprueba el uso de lenguas cooficiales como el catalán y el euskera en el Congreso.
Bolaños, el favorito del PSOE
Una tercera pata son las comisiones de investigación. Si bien estas se crean ad hoc por acuerdo mayoritario de la Cámara y son los grupos los que eligen en ese momento al diputado que preside dicha comisión.
Lo que no está encima de la mesa, según estas fuentes, es la presidencia del Congreso. El PSOE no va a tener la del Senado -el PP tiene mayoría absoluta-. Y Ferraz ha dejado claro, en público y en privado, que la Cámara baja debe contar con un presidente socialista. El escenario parlamentario es endiablado, por lo que está figura resulta determinante para controlar los tiempos legislativos que quiera marcar el Gobierno.
Este diario adelantó que el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, es el favorito para el cargo. Ferraz ni confirma ni desmiente esa posibilidad. Lo que sí es seguro es que habrá relevo al frente de la tercera institución del Estado, porque Meritxell Batet no seguirá en el cargo.
