La situación del PSOE andaluz es muy complicada. La mayoría absoluta del popular Juanma Moreno el pasado mes junio ha dejado desnortados los socialistas, que comienzan a ver con preocupación cómo el PP se ha asentado en su feudo histórico hasta el punto de tatuarse en la piel del barón de moda en Génova. Según fuentes del partido consultadas por este diario, todas las miradas están puestas ya en el líder de la federación socialista más importante, Juan Espadas. El exalcalde de Sevilla, apuesta personal del presidente del Gobierno ya tiene fecha de caducidad en Ferraz: las elecciones municipales.
Estas mismas fuentes explican que la situación de Espadas dependerá del poder local que mantengan los socialistas en las elecciones municipales y autonómicas de mayo del año que viene. Si hay hecatombe y el PP tiñe aún más de azul el mapa andaluz, Espadas tiene todas las papeletas para causar baja. El líder del PSOE andaluz ganó las primarias a la expresidenta Susana Díaz y se hizo con las riendas del partido con la promesa de asentar su liderazgo, pero en Ferraz lamentan que no carbura y no está sabiendo dar con la tecla para conectar con los andaluces.
Tras la derrota socialista en Andalucía, la dirección del partido excusó a Espadas alegando que había tenido poco tiempo para darse a conocer más allá de Sevilla porque Moreno decidió pulsar el botón del adelanto electoral. Es más, llegaron a culpar a los partidos a la izquierda de los socialistas del batacazo que sufrieron ante la derecha por el lío de la coalición 'Por Andalucía', que se conformé tarde y sin Podemos de manera oficial tras una jugarreta de Izquierda Unida y Más País.
El miedo del PSOE
Y esa es otra. El miedo que hay entre los barones del PSOE, también el andaluz, ante la guerra abierta entre Yolanda Díaz y Unidas Podemos que amaga con dinamitar las opciones de mantenerse en el poder de los presidentes socialistas de Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana y La Rioja. Ningún barón sabe aún qué habrá a su izquierda cuando se abran las urnas. Y eso también preocupa Espadas, que busca que ni uno solo de sus alcaldes pierda el bastón de mano de sus municipios.
Lo cierto es que el PSOE enfrenta un incendio de en Andalucía que amenaza con calcinar las opciones de Pedro Sánchez de revalidad su asiento en Moncloa cuatro años más. Y es que Andalucía es el gran granero de voto socialista, el que ha alimentado cada victoria del PSOE en unas elecciones generales. El PSOE está empeñado en circunscribir el resultado en Andalucía a una mera elección autonómica. Pero olvida que Andalucía no es un subsistema electoral extraterrestre, como pueden serlo Galicia, Cataluña o País Vasco. Los andaluces votan en sus comicios regionales con más conciencia nacional que catalanes, vascos y gallegos. Y el temor es ese, que hayan girado ya hacia al PP y sean irrecuperables.
En su momento ya prepararon el terreno aduciendo un supuesto cambio sociológico que, en teoría, ha virado Andalucía hasta conectar con el azul popular. "No son los mismos andaluces los de ahora que los de hace 20 años", reflexionan en la Ejecutiva socialista. El problema que tiene el PSOE es que no es capaz de precisar cómo recuperará esa masa de votantes que hoy saluda a Juan Manuel Moreno con devoción. Es más, señalan el derrumbe de Ciudadanos como la constatación de que lo que ha hecho el PP ha sido volver a aglutinar a la derecha "en su casa común", citando las palabras del expresidente José María Aznar.
Lo que tienen claro los barones, según las fuentes consultadas por este diario, es que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sigue siendo el gran activo político del Partido Socialista. Son conscientes de que no tienen nada mejor con lo que tirar por mucho que la imagen del líder socialista se haya deteriorado por el ejercicio del poder. Ninguno de los que se someterá al test de las urnas piensa en alternativas a Sánchez o en postularse como tal.
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