España

El PSOE estalla con la "chapuza" de Montero y recula entre peticiones de dimisión

La ministra de Igualdad, empeñada en señalar a los "jueces machistas", queda en una posición política difícil pese a que el presidente haya defendido el espíritu de la ley

Tras la petición de varios dirigentes del PSOE de revisar la ley del 'solo sí es sí' hay una olla a presión. Los socialistas estallaron este miércoles por la "chapuza", en palabras del principal partido de la oposición, de la norma estrella del Ministerio de Igualdad que ha abierto la puerta, como advirtió en su día el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), a la rebaja de penas de los condenados por abuso sexual. La tensión es tan alta que hasta las feministas del PSOE reclaman ya la dimisión de Irene Montero, la número dos de Podemos, porque "no vale llamar machistas a los jueces".

La norma está provocando un goteo de revisiones de casos ya sentenciados. Y, según reconocen a este diario de fuentes socialistas, Ferraz se ha visto obligado a recular para no chocar abiertamente con el Poder Judicial. El enfrentamiento entre el Ejecutivo y la Justicia es inédito, ya que una parte del Gobierno, la que encarna Podemos, mantiene su ataque frontal a la magistratura, a la que acusa abiertamente de "machista". Mientras que el lado socialista se abre a retocar la norma para no enfrentarse a los togados.

Es más, hay quien pide abiertamente en el PSOE "reformar cuanto antes con humildad", como espetó de forma airada el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Pero la lista de lamentos no termina ahí. La engordan la vicesecretaria general socialista y ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, la portavoz de la Ejecutiva Federal y ministra de Educación, Pilar Alegría, y varios consejeros del gobierno socialista de la Comunidad Valenciana. También la Delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, quien instó a "corregir inmediatamente" el "efecto perverso" de la ley impulsada por Igualdad. Hasta la exvicesecretaria general del PSOE Elena Valenciano tiró de ironía: "Las leyes, técnicamente, hay que hacerlas bien".

El problema es que tanto el CGPJ como las principales asociaciones de jueces del país, incluida la progresista Jueces para la Democracia, han cargado contra Montero y la delegada del Gobierno para Violencia de Género, la magistrada Victoria Rosell, por señalarles. El escándalo no tiene apenas precedentes. Es una lucha de poderes que el presidente, Pedro Sánchez, intentó enfriar desde la distancia de Indonesia, donde se encontraba para asistir a la cumbre del G-20. Sánchez pidió esperar a que la Justicia, Fiscalía incluida, unifique el criterio para interpretar la norma sentencia a sentencia. Aunque no cerró la puerta a terminar retocándola. Un extremo que dejaría a la titular de Igualdad casi sentenciada políticamente pese a que el líder socialista defendiera el espíritu de la ley.

Lo cierto es que dentro de la galaxia de Unidas Podemos hay quien considera que el fallo de Igualdad en la redacción de la ley es consecuencia directa de pasar más tiempo pendiente de la vida interna del partido que de la iniciativa legislativa. Lo señaló en tuit cargado de intención el ex secretario general morado en Madrid Ramón Espinar. En el PSOE, las fuentes consultadas apuntan algo similar: premura. Cabe recordar que esta ley se aprobó en mitad de una bronca inmensa entre la exvicepresidenta primera, la histórica feminista del PSOE Carmen Calvo, y la titular de Igualdad, quien se quejó de las trabas de la propia Calvo y de Justicia, capitaneado entonces por Juan Carlos Campo.

La ministra de Igualdad, Irene Montero.
La ministra de Igualdad, Irene Montero.Europa Press

Pero aquellos palos en la rueda tenían justificación a tenor de los hechos. Y es que al tratarse de una ley integral, su encaje en el paraguas legislativo del Estado afecta a competencias de varios ministerios. El proyecto que presentó entonces el equipo de Montero, en marzo de 2020, estaba plagado de contradicciones jurídicas y así lo alegó la exvicepresidenta, que lo rechazó con firmeza. Fue entonces cuando el exlíder de Podemos Pablo Iglesias llamó "machista frustrado" al ministro Campo por las críticas jurídicas que vertió al borrador de la norma.

En verdad, Montero quiso celebrar el 8-M de 2020 con una nueva ley que revisara la tipificación de los abusos y agresiones sexuales. Una medalla para su minsiterio. Pero se quejó de que el Gobierno no le permitía alumbrar la norma porque Justicia era partidaria de esperar y abordar una reforma más amplia del Código Penal que abarcara desde los delitos sexuales hasta la sedición, que termino llegando en medio del pacto con el PP para renovar el Poder Judicial y que desbarató cualquier atisbo de apretón de manos entre Sánchez y su némesis popular, Alberto Núñez Feijóo.

Pero Sánchez intervino para que Montero pudiera sacar adelante la ley. No obstante, los izquierdazos entre Calvo y Montero vienen de largo y provocaron la primera gran crisis de la coalición, que tuvo que reunir por primera vez a la mesa de seguimiento del acuerdo del Gobierno. Igualdad siempre tensionó a los socios, que desde antes de que naciera el Gobierno bicolor se disputaron la cartera.

Unidas Podemos: "Montero no caerá"

Lo que queda claro es que se ha desatado una cacería política contra la ministra de Igualdad jaleada por la oposición y hasta por el PSOE. Pero fuentes de Unidas Podemos aseguran con rotundidad a Vozpópuli que la número dos de los morados no caerá: "El presidente habló", zanjan. Aunque el gran rival de Montero en Moncloa no es precisamente el presidente, sino la vicepresidenta segunda, sobre quien llueven presiones de sus acólitos para que dé la patada a los ministros morados pata negra.

El silencio de Yolanda Díaz, abiertamente enfrentada a Podemos, durante las últimas 24 horas es estruendoso. Su entorno elude responder y se mantiene calculadamente al margen de una polémica que está desgastando a la titular de Igualdad, a la que algunos en la izquierda a la izquierda del PSOE ya sitúan al frente de una hipotética de candidatura de Podemos en las elecciones generales.

Montero, de momento, aguanta el ruido. Y, lejos de recular, sigue enrocada en el machismo judicial. "Si yo creyese que hay un error sería la primera en reconocerlo", zanjó anoche en los micrófonos de la Cadena Ser. El exlíder de Podemos Pablo Iglesias salió en su defensa con el mismo argumento. Para los morados todos los golpes de la derecha mediática, de los jueces o de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado son medallas que lucir con orgullo en el petate de la batalla cultural que no están dispuestos a perder.

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