El PSOE desdeña al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y se prepara para que sea la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien compita con Sánchez. Toda una alucinación previa a las elecciones municipales y autonómicas de mayo Los socialistas han celebrado este viernes un reunión de la comisión ejecutiva del partido, a la que ha asistido el presidente del Gobierno y secretario general, Pedro Sánchez, y toda la plana mayor del partido.
Los socialistas, obsesionados con el 'efecto Feijóo', han dado un paso más en su estrategia de descrédito del jefe de Génova, iniciada tras la ruptura unilateral de las negociaciones para renovar el Consejo General de Poder Judicial que propició el líder de la oposición al enterarse de que Moncloa negociaba en secreto el borrado del delito de sedición para favorecer a los condenados por el procés y a los pendientes aún de juicio. Toda una contrapartida al independentismo de ERC.
"Estamos preparados para un posible cambio de liderazgo en el Partido Popular tras las elecciones autonómicas y municipales. Si el resultado que prevé el adversario político no se produce, presidentes como [el andaluz Juanma] Moreno Bonilla o [la madrileña Isabel Díaz] Ayuso podrían ser un recambio que solicitasen muchas voces en el PP", aventuran en Ferraz en un documento de conclusiones del cónclave socialista.
Objetivo: anular a Feijóo
Lo cierto es que el PSOE busca anular al líder de la oposición propiciando el choque con la presidenta de la Comunidad de Madrid, a la que quieren mostrar como la auténtica mandamás del PP. Se trata de una vieja estratagema que Sánchez ya usó cuando Pablo Casado estaba a los mandos del barco popular. Es más, el líder socialista ha dado orden a los suyos de atacar en tromba a la presidenta madrileña.
En ese empeño, el núcleo duro de Moncloa recurre a sus ministras y al partido, el PSOE. Uno de los últimos choques, precisamente, fue a cuenta de la política sanitaria, cuando la ministra del ramo, Carolina Darias, dedicó cuatro minutos en la sala de prensa de Moncloa, tras un consejo de ministros, a atacar a la Comunidad de Madrid a cuenta de la huelga de médicos decretada en la región.
Moncloa repite el mantra de que Feijóo es rehén de Ayuso por el mensaje que esta envió a su jefe desaconsejándole estrechar la mano de Sánchez para renovar el Poder Judicial. El PSOE machaca desde entonces que es la baronesa popular, junto a la derecha mediática "más reaccionaria", quien de verdad dirige los mandos de Génova. El plan del núcleo más cercano al presidente es desacreditar la imagen de pactista de Estado de Feijóo.
Cuando se hace y se dice lo mismo que Pablo Casado, se acaba como Casado: devorado por AyusoFuentes del PSOE
Pero también buscar el choque con la presidenta madrileña, consciente de que entrará al trapo y opacará el papel de jefe de la oposición del expresidente gallego. Sánchez busca otra vez el faro de Ayuso para deslumbrar a Feijóo. Y Ferraz no se esconde: "Cuando se hace y se dice lo mismo que Pablo Casado, se acaba como Casado: devorado por Ayuso", explican fuentes del partido.
Durante los peores meses de la pandemia, con el país confinado y la economía en coma inducido, la presidenta madrileña se erigió en ariete contra el Gobierno de Sánchez hasta el punto de hacer sombra al entonces jefe del PP, Pablo Casado. Sánchez y Díaz Ayuso se buscaron y se encontraron. Un patrón que se repitió cuando Feijóo viajó fuera de España, de gira por Latinoamérica. La presidenta madrileña y el Gobierno se intercambiaron golpes.
En verdad, si el año pasado se ha escuchado una expresión en la sede socialista de Ferraz es la del 'efecto Feijóo'. Es decir, el 'sorpasso en las encuestas del PP al PSOE gracias al desembarco en Génova, hace nueve meses, del expresidente gallego. Desde entonces, no hay ni una sola empresa demoscópica que sitúe al presidente del Gobierno con más posibilidades de ganar las próximas elecciones generales que su némesis popular. Hasta el CIS de José Félix Tezanos detecta una caída de los socialistas, por mucho que se haya frenado el descenso en los últimos meses. Y eso, claro está, obsesiona al PSOE de Sánchez. Tanto, que le quieren ver ya fuera. Deseo.
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