El líder del PSOE necesita el apoyo de los suyos. Y la militancia socialista, espoleada por la dirección, responde. Ferraz ha convertido el comité federal que se celebrará este sábado en un gran acto de respaldo a Pedro Sánchez, inmerso en un proceso de autorreflexión para decidir si permanece al frente de la Presidencia del Gobierno o no tras la apertura de diligencias por parte del juzgado de instrucción 41 de Madrid para investigar a su mujer, Begoña Gómez.
Por primera vez, el PSOE retransmitirá "todas las intervenciones" del comité federal, el máximo órgano de decisión entre congresos. Y lo hará con pantallas en la calle, como si de un partido de fútbol se tratara. Al comité no acudirá el secretario general, quien ha cancelado su agenda institucional y de partido hasta el próximo lunes, cuando hará pública su decisión.
Además, las federaciones del partido han fletado autobuses con destino Ferraz para llenar la calle. A las 11.00 hay convocada una concentración para respaldar al presidente. Desde este miércoles, cuando Sánchez publicó la misiva en la que denunciaba ser víctima de una "máquina de fango", los fieles socialistas, así como los principales ministros y hasta el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, comenzaron una campaña mediática para que Sánchez no se rinda: "#YoConPedro, #MereceLaPenaPresidente".
Un partido desconcertado
El comité se centrará en analizar la decisión de Sánchez de responder a las diligencias abiertas contra su mujer, Begoña Gómez. Aunque también ratificará la propuesta de la ejecutiva de situar a la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, como cabeza de la lista socialista para las elecciones europeas del próximo 9 de junio. El resto de la lista se ve el martes en la comisión de listas. Para entonces, el presidente del Gobierno ya habrá tomado su decisión.
"No tenemos ni idea de qué hará. Veremos a ver", "La agenda está suspendida hasta el lunes. No contamos con él para nada"... El PSOE y el equipo de Pedro Sánchez en el Palacio de Moncloa está sumido en el desconcierto. Tanto el partido como los ministros intentan seguir con aparente normalidad mientras tratan de convencerle de que se quede y resista; que no tire la capa de súperperro que sus fieles difunden por las redes sociales para auparle, porque el riesgo de que termine dimitiendo es real, según advierten sus más estrechos colaboradores.
Cabe reseñar que una de las principales especulaciones que se han disparado desde que el terremoto desatado por el presidente es el el hecho de que el plazo de cinco días que se ha tomado para decidir si se mantiene como jefe del Ejecutivo se debe a que su aspiración en estos momentos pasa por presidir el Consejo Europeo. Aunque lo cierto es que para optar a este puesto no se precisa ser eurodiputado, por lo que el retraso de cuatro días para ultimar la papeleta socialista no está relacionado con esta posibilidad.
Moncloa, fuera de juego
El núcleo duro del Gobierno está sobrepasado por los acontecimientos. Sánchez tiene al país pendiente de él. No obstante, según ha sabido Vozpópuli, el presidente del Gobierno ha movilizado los recursos de su departamento para realizar un viaje en el puente de mayo. Es decir, con la decisión que tome ya verbalizada a la opinión pública. El equipo que acompaña al jefe del Gobierno está en alerta para desplazarse al menos desde el jueves 2 de mayo y el viernes 3 incluido.
Las fuentes consultadas no entran en detalles sobre el destino del desplazamiento por motivos de seguridad. El último desplazamiento de Sánchez fue el viernes pasado (19 de abril) a Bilbao, al cierre de campaña de las elecciones vascas. Antes, entre el 17 y 18, estuvo en Bruselas, en el Consejo Europeo, donde llegó tras una gira europea que le llevó a Varsovia (Polonia), Oslo (Noruega), Dublín (Irlanda) y Liubliana (Eslovenia) entre el 11 y el 16 de abril para intentar recabar adeptos a su causa por el reconocimiento del Estado de Palestina.
En cualquier caso, el viaje de Sánchez indica que aunque tenga su agenda congelada sigue planificando su trabajo al frente del Gobierno. Eso sí, cabe reseñar que si Sánchez dimite, tiene la posibilidad de permanecer en el cargo en funciones hasta que se nombre un nuevo presidente y este un nuevo gobierno o bien designar a su sucesora, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, quien también asumiría la prerrogativa de nombrar un nuevo gabinete.
Hay que recordar que, constitucionalmente, no se pueden convocar nuevos comicios hasta que haya transcurrido un año desde la anterior llamada a las urnas; esto es el próximo 29 de mayo. Lo que la Constitución deja meridianamente claro es que el Ejecutivo cesa tras la celebración de elecciones generales, en los casos de pérdida de la confianza parlamentaria previstos en la ley de leyes -como la moción de censura o confianza-, o por dimisión o fallecimiento de su presidente. Y, en esas circunstancias, el gabinete cesante continuaría en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno. Ya hay un precedente en democracia: la dimisión de Adolfo Suárez.
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