España

El PSOE, dispuesto a una foto con Puigdemont en Bruselas para cerrar la investidura de Sánchez

Ferraz contempla enviar a un miembro de la cúpula para entrevistarse con el expresidente catalán y evitar que sea el líder socialista quien estreche su mano

El PSOE está dispuesto a una foto con Carles Puigdemont en Bruselas para cerrar la investidura de Pedro Sánchez, según fuentes socialistas de peso consultadas por Vozpópuli. La posibilidad está encima de la mesa de la Ejecutiva federal del partido. Estas mismas fuentes apuntan a que quien tiene más papeletas para ese 'primer' contacto es el secretario de organización, Santos Cerdán. El también diputado por Navarra es uno de los encargados de contactar con Junts de manera discreta y en total coordinación con el PSC. Lo que está claro es que Ferraz no va a poner en peligro el capital de Sánchez con un apretón de manos que solo puede perjudicarle en caso de que finalmente no haya acuerdo de investidura y España se encamine a la repetición de las elecciones generales el próximo 14 de enero.

Toda vez las negociaciones avanzan, el PSOE se relaja y se abre a momentos que parecían impensables hace tan solo unos meses. Basta recordar el enfado que provocó en Moncloa la foto de Yolanda Díaz, también en Bruselas, con Puigdemont. Aquella imagen reventó la estrategia de Sánchez. Y todo por un ataque de protagonismo de la líder de Sumar, cuyo partido está totalmente al margen de las conversaciones para formar un nuevo gobierno de coalición.

El PSOE, además, insinúa que Sánchez puede contactar con el expresidente catalán Carles Puigdemont o con su entorno de alguna forma para tener un gesto con él tras la conversación que mantuvo a primera hora de este miércoles con el líder de ERC, Oriol Junqueras, y que se produjo a petición de Sánchez, quien según los republicanos, fue quien descolgó el teléfono para abordar el pacto de investidura durante algo menos de una hora. Algo que confirmó el PSOE. Es, por tanto, bastante probable que Moncloa tenga una deferencia con Puigdemont el viernes, cuando Sánchez se ve con la portavoz en el Congreso, Miriam Nogueras acompañado del ministro de Presidencia en funciones.

Bolaños, autor intelectual

Y es que la presencia de Félix Bolaños este miércoles en el Congreso junto a Pedro Sánchez y Gabriel Rufián no estaba prevista en la agenda. Pero el ministro, secretario para la Reforma Constitucional y Nuevos Derechos del PSOE y parte del núcleo negociador socialista, tuvo que cerrar los flecos de la amnistía con el portavoz de ERC. Bolaños, en efecto, es el chef de la ley que Moncloa está dispuesta a impulsar en aras de lograr la investidura del candidato socialista con los votos del independentismo catalán. Según el entorno de Sánchez, Bolaños "lleva la parte catalana de las negociaciones".

Moncloa allana el camino hacia la investidura con la esperanza de que la competencia entre las fuerzas secesionistas no provoque más desbarajustes. No hay nada cerrado aún, pero a nadie se le escapa que la llamada al jefe de ERC tiene una enorme carga simbólica que anuncia que todo va según lo planeado. La amnistía "está madura", según la consejera de la Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà. Y el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, se limitó a constatar, al concluir la ristra de encuentros con UPN, Coalición Canaria -que se abre a negociar una abstención- y ERC, que la negociación progresa adecuadamente.

Pero para poder ver esa foto, la negociación tiene que desarrollarse sin sobresaltos. La clave, una vez más, es que el fervor independentista no dinamite todo. Ahora tanto Junts como ERC viven una confrontación por su papel en Madrid. Para los republicanos, son los de Carles Puigdemont los que están entrando en su juego. Mientras que para Junts Junqueras, Aragonès y el resto de ERC no ha sido lo suficientemente duro y que no queda más remedio que presionar a Sánchez para forzar una consulta a través de la Mesa de Diálogo.

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