El resultado de las elecciones en Andalucía, con la primera mayoría absoluta del PP y la pérdida de peso de los partidos a la derecha de los populares y a la izquierda del PSOE, ha devuelto a Génova y a Ferraz a la confrontación directa. Conscientes de que ya no toca desfondarse peleando contra los duros de sus respectivos espacios ideológicos, los estrategas socialistas están explotando las fricciones entre el PP y Bruselas a cuenta del plan de ahorro energético precisamente para 'recuperar' el voto moderado que coquetea con apoyar a Alberto Núñez Feijóo.
El PSOE está obcecado en vender al PP como un partido desconectado de la pulsión conservadora europea; un partido que, dicen, "no está en sintonía" con sus homólogos comunitarios por despreciar las medidas de ahorro que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de la familia popular, considera "vitales".
En Ferraz, según el relato que hacen a Vozpópuli fuentes socialistas, trabajan para "desenmascarar" al PP, cuyo líder, que llegó para hacer política de Estado, ha caído "preso" en la rebelión orquestada por Isabel Díaz Ayuso, el contrapeso institucional de los populares a Moncloa, pero también el contrapeso interno a Génova.
El PP mira el PNV
El cuerpo a cuerpo entre los dos grandes partidos involucra a viejos conocidos de la política española. Así, mientras el PSOE se apoya en Bruselas para reprobar la oposición del PP al decreto de medidas de ahorro, en Génova miran al PNV. Los nacionalistas vascos criticaron el plan de Moncloa con los mismos argumentos: invasión de competencias, falta de diálogo y medidas insuficientes. Por eso, los populares quieren que los 'jeltzales' se muevan y propicien al Ejecutivo una derrota parlamentaria votando en contra del decreto cuando se someta en el Congreso al examen de la convalidación.
El PP, no obstante, se defiende e intenta alinearse con Bruselas sin salirse de la rebelión capitaneada por la presidenta de la Comunidad de Madrid. Un difícil equilibrio. El vicesecretario de organización del los populares, Miguel Tellado, dijo este jueves que a juicio de su partido, el decreto del Gobierno es "improvisado" y "no responde a las necesidades reales" de España. "Estamos a favor de iniciativas de eficiencia energética y que cumpla las recomendaciones de la UE, pero Europa habla de recomendaciones, no de imposiciones, y esta no es la vía", remachó.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se unió este jueves por la mañana a la estrategia de Ferraz y Moncloa de meter el dedo en el ojo al PP por su desacople con la "derecha europea". Albares criticó que la postura de Génova rema contra corriente. Por eso acusó a los de Alberto Núñez Feijóo no solo de “oponerse de forma descabellada al Gobierno español”, sino también “a una persona de su propia familia política”, en referencia a Ursula von der Leyen, quien quiere a todos los países europeos recortando gasto.
Primera prueba de fuego para la estrategia compartida
Sánchez cambió el mes pasado varias piezas del PSOE con el objetivo de acompasar la acción comunicativa y estratégica del partido con la de Moncloa. Y ver al partido y a los ministros socialistas del Gobierno criticando al PP por lo mismo es la primera prueba de fuego para la estrategia compartida entre el núcleo duro del presidente y de Ferraz. Por el momento, los mensajes que se mandan son los mismos. Y el PSOE confía en que funcionen. Se trata de usar la visibilidad mediática que ofrece a los ministros formar parte del Ejecutivo para que emitan el mismo mensaje que el partido y los ciudadanos lo identifiquen sin problemas.
Lo cierto es que Sánchez está obsesionado con hacer llegar a los españoles el mensaje de que lo está haciendo muy bien, que el PSOE es el partido que se ocupa (y preocupa) por la mayoría social. Y que él, a diferencia de otros presidentes, se mueve y no espera a que los problemas desaparezcan por sí solos. Todo un dardo velado al expresidente Mariano Rajoy. Pero también al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. El líder del PSOE no quiere terminar como el último socialista que ocupó Moncloa.
Moncloa mantiene un choque político con el PP a cuenta del decreto con las medidas de ahorro energético. Pero el Gobierno no tiene miedo y confía que el veto se volverá en contra del PP, según las fuentes consultadas. En Moncloa, como contó este diario, creen que la baronesa popular les está regalando temas que pueden rentabilizar en plena disputa política. No solo este choque por el decreto de ahorro energético de marras. El lío de las becas para familias con ingresos superiores a 100.000 euros también. La batalla está servida.
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