España

El PSOE deja sola a Montero y da luz verde a la reforma del 'sí es sí' de la mano del PP

El Congreso de los Diputados da el primer paso para reformar el 'sí es sí' sin contar con la aprobación de sus socios de Gobierno. La bancada socialista ha sacado adelante la votación con el apoyo de la oposición

El PSOE ha conseguido el visto bueno del Congreso de los Diputados para la toma en consideración de su reforma de la ley del 'solo sí es sí', gracias al voto a favor del Partido Popular y a la abstención de Vox. El Hemiciclo ha dado el primer paso para reformar la norma impulsada por Irene Montero tras el incesante goteo de rebajas de penas y excarcelaciones a agresores sexuales.

La votación ha salido adelante con 231 votos a favor, 56 en contra y 58 abstenciones. PP y Ciudadanos han apoyado la propuesta de la bancada socialista, mientras que los parlamentarios de Abascal han apostado por la abstención.

Las imágenes hablan. Y, en la tarde de este martes, los fotógrafos han captado una en el Congreso que dice más que mil palabras. El PSOE ha mostrado su hartazgo con Podemos y ha dejado solas en la bancada azul del Gobierno a las ministras Irene Montero (Igualdad) e Ione Belarra (Derechos Sociales) justo cuando la Cámara debatía la toma en consideración de la contrarreforma socialista de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida como ley del 'sólo sí es sí'. Ni un solo ministro socialista ni Yolanda Díaz (Trabajo) ni Alberto Garzón (Consumo) ni Joan Subirats (Universidades), la mayoría presentes en el Senado, han arropado a sus colegas moradas.

Los socios de Moncloa se han repartido con la bandera feminista hasta en el carné de identidad a pocas horas del 8-M. La coalición está rota, aunque por el momento (y la espera de las elecciones del 28 de mayo), siga unida por necesidad. Después, todo se andadará. Los socialistas se han erigido en únicos responsables del cambio que pretenden introducir a la ley estrella de Igualdad y que supone elevar las penas mínimas en los casos en los que se cometa una agresión sexual con violencia, con intimidación o con la voluntad de la víctima anulada. Y es que ese es el agujero que ha propiciado el goteo de rebajas -más de 700- de agresores sexuales y abusadores tras unificar el tipo delictivo.

El PSOE asegura que su plan no toca el consentimiento porque se mantiene intacto en el articulado, pero Podemos zanja que con el redactado de Justicia se volverá a preguntar a la víctima si fue o no violentada, lo que implica, alegan, volver al 'Código Penal de La Manada'. Nada nuevo bajo el sol tras cuatro meses de negociaciones. Así las cosas, el choque ha dejado exabruptos en la Cámara que en nada contribuyen a relajar la tensión entre socialistas y morados. El propio portavoz del PSOE, Patxi López, ha cargado con dureza contra sus socios y ha tildado la intervención de la portavoz de Podemos, Lucía Muñoz, como "impresentable". Poco antes, la diputada y responsable de Igualdad socialista, Andrea Fernández, había asegurado estar cansada de las "peroratas" de Podemos.

"Peroratas" moradas, enfados socialistas

¿Y cuáles son esas supuestas peroratas? Los ataques al PSOE, al que directamente acusan de "traición" al feminismo. "Lo que no vamos a permitir es que se saque el consentimiento del centro de la ley. Los que voten a favor de esta propuesta están mandado un mensaje a las mujeres: son ciudadanas de segunda y sus derechos valen menos que aguantar la embestida de la derecha", ha espetado la portavoz de Podemos. Muñoz ha caldeado el debate: "Esta tarde las señorías del PSOE aplauden con el PP y Vox una reforma de la ley que elimina el consentimiento del código penal, para que vuelvan a preguntarnos si cerramos bien las piernas".

Los morados ya lo dan todo por imposible. "Da igual que presentemos una o siete enmiendas. El PSOE no va a pactar nada. Si han roto ellos la mayoría feminista, que la arreglen ellos", zanjan fuentes del partido. Esa mayoría feminista incluye a ERC y a Bildu, los operadores necesarios de Podemos para reorientar el Estado hacia una república confederal. Ambas fuerzas han sido contundentes en su 'no' al plan del PSOE. Aunque los vascos sí han pedido un pacto en el seno del Gobierno que permita tapar el agujero que da vía libre a los jueces para seguir rebajando penas. Eso si, del bloque de investidura, cabe reseñar que tanto el PNV como el PDeCAT han aprobado la toma en consideración de la propuesta socialista.

Irene Montero ha asegurado que la votación de esta tarde es una "mala noticia" para las mujeres, porque el PSOE vota junto al PP. No obstante, habla abiertamente de la necesidad de retocar su "buena ley". "Es evidente que hay que dar una respuesta ante las decisiones judiciales de bajadas de penas", ha reconocido la titular de Igualdad. Eso sí, la número dos morada considera que esa respuesta "debería ser unitaria del Gobierno y de la mayoría feminista de esta Cámara".

La única causa de esta iniciativa es la alarma electoralCuca Gamarra, portavoz del PP en el Congreso

Mientras, el PP, que apoya al PSOE para debilitarle, ha hecho leña del árbo caído. "El grupo socialista no ha presentado esta reforma por la alarma social que ha provocado el goteo incesante de beneficios penitenciarios y excarcelaciones de los que se están beneficiando algunos. Tampoco lo ha presentado por el remordimiento por haber presentado este asunto como campo de batalla político. Ni tampoco por sensibilidad hacia las víctimas. La única causa de esta iniciativa es la alarma electoral", ha recalcado la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, quien se ha dirigido así a Montero y Belarra: "El consentimiento seguirá en el centro del Código Penal, el código de la democracia, no el de la Manada".

Lo que está claro es que en Ferraz quieren cerrar la herida por la que supuran las opciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de seguir en Moncloa. El núcleo duro del presidente tiene claro que el goteo de rebajas de penas no puede continuar. Y aunque son conscientes de que por el mero cambio en la norma no se va a frenar la avalancha, pues el Poder Judicial advirtió de hasta cinco años de revisiones, Moncloa quiere, al menos, zanjar el asunto mediáticamente.

Mientras, Podemos cree haber encontrado un filón con el que castigar al PSOE y diferenciarse de él. En pleno año electoral, los morados saben que no les queda más remedio que hacer todo lo posible por blandir sus diferencias respecto al socio mayor y mostrar su utilidad ante el electorado progresista. Y consideran que la imagen que se producirá este martes en la Carrera de San Jerónimo, del PSOE votando junto al PP y a Vox una "traición" al feminismo, es gasolina para sus intereses electorales. Y así, las cosas, la coalición sigue sin barrer.

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