El PSOE vive un momento convulso. La debacle electoral de Andalucía está acelerando movimientos internos que cuestionan el rumbo del partido y que, además, señalan a Moncloa como responsable de los males electorales que aquejan a los socialistas. La vicesecretaria general, Adriana Lastra, mantiene un enfrentamiento con el secretario de organización, Santos Cerdán. Y todo porque, según varias fuentes socialistas consultadas, Lastra está tomando posiciones ante la previsible caída del líder, Pedro Sánchez.
Estas mismas fuentes recalcan que Lastra está "desatada" y que como ve próximo el final de la etapa del presidente del Gobierno, está peleando por promocionar a afines suyos en puestos claves del PSOE de cara a una hipotética sucesión en la que se quiere ver con opciones. Lastra tiene al portavoz, Felipe Sicilia, afín a ella, como rostro del partido cada lunes en las ruedas de prensa. Pero Cerdán, fiel escudero de Sánchez, controla otros cargos clave, como la gestoría del partido que dirige Ana Fuentes.
Los socialistas salieron del último congreso de octubre reunificados. La ultima renovación de Gobierno de Sánchez sacó de la primera línea al gran enemigo íntimo de los socialistas, Iván Redondo, para situar como jefe de gabinete a Óscar López. Un movimiento que se vio como un giro hacia el PSOE para que Ferraz tuviera mando en el núcleo duro de Moncloa y para olvidar de una vez la ruptura traumática entre el 'sanchismo' y el viejo aparato socialista. La propia Lastra salió entonces de la portavocía del Congreso a la que escaló Héctor Gómez, según estas fuentes, porque Sánchez quería frenar los movimientos de la vicesecretaria general.
Pérdida de poder
El problema es que desde entonces, los socialistas han menguado su fuerza en dos elecciones consecutivas, en Castilla y León y en Andalucía. El golpe ha sido especialmente duro su feudo tradicional, donde el PP de Juanma Moreno ha conquistado su primera mayoría absoluta. Todo un bofetón a la federación más grande y fuerte de los socialistas. Además, el candidato a la Junta de Andalucía, Juan Espadas, fue una apuesta personal de Sánchez, que no entiende por qué no es capaz de rentabilizar las medidas sociales del Ejecutivo cuando se abren las urnas.
Moncloa está inmersa en un plan de imagen para levantar las encuestas y la dinámica negativa en que se ha instalado la marca socialista. El presidente, tras anunciar este miércoles en el Congreso un 'hachazo' fiscal a las energéticas, en línea con las demanda de sus socios morados, y una bajada del IVA de la luz del 10% al 5%, puso rumbo a Zamora para visitar a los afectados por el incendio que está asolando media provincia, donde fue recibido con aplausos. Poco después marchó a Bruselas donde este jueves y viernes participará en el Consejo Europeo.
El líder socialista confía en la política internacional y en las medidas para hacer frente a la crisis del alza de precios de la energía como vitamínicos. Y es que cuando Sánchez vuelva de Bruselas, presidirá un consejo extraordinario el sábado para aprobar un nuevo paquete de medidas anticrisis en el que previsiblemente prorrogará las medidas vigentes e introducirá algunas nuevas, como la rebaja del precio del transporte público, según confirman a este diario fuentes gubernamentales moradas. Esa, en concreto, era la gran 'línea roja' de Unidas Podemos.
Ya la semana próxima, Sánchez intentará tener lo que más ansía: un encuentro bilateral con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante la cumbre de la OTAN que convertirá a Madrid en la capital militar de Occidente los días 29 y 30 de junio. Sánchez conversó este martes con su homólogo estadounidense por teléfono para abordar los prolegómenos de la cita atlantista. Fuentes socialistas conocedoras de los entresijos de la Alianza aseguran que Moncloa está ultimando ese encuentro. Pero no se atreven a darlo por cerrado, ya que ese tipo de eventos se "cierran a última hora". Fuentes gubernamentales reiteran a este diario que "la agenda del presidente se conocerá en los próximos días", informa Gonzalo Araluce.
Juego de tronos
Las acometidas de Lastra no son los únicas. Moncloa es escenario de otro enfrentamiento entre dos pesos pesados, empeñados en replicar los vicios que terminaron con la exvicepresidenta Carmen Calvo y con el exjefe de gabiente de Sánchez, Iván Redondo. Como ya contó este diario, Óscar López, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, chocan por sus papeles en el Gobierno. Ambos se entrometen en las decisiones del otro.
Lo cierto es que ambos se consideran la mano derecha de Sánchez justo algunos sectores del PSOE, zarandeados por Lastra, ya piensan en el momento en el que el presidente del Gobierno esté nocaut. Y en esas, pese al convencimiento de gran parte del partido de que el recambio debería ser una mujer, tanto López como Bolaños se miran al espejo y se preguntan cómo les sentaría el poder ahora que viven en Moncloa.
Es más, algunas fuentes apuntan que de los dos, es Bolaños quien se considera más sucesor de Sánchez. Y todo porque, dicen, está absorbiendo rápidamente todo el poder que le ha dado el presidente del Gobierno. Estas fuentes vienen a decir que es lógico que alguien que gestiona el engranaje del Ejecutivo se imagine al frente de él. O, al menos, con más poder. Y esa fue la perdición de Redondo. Pero Sánchez tiene esperando a medio partido.
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