España

El PSOE maniobró hasta el último momento para dejar sin plus salarial a los investigadores

Los socialistas acudieron al voto particular para frenar la decisión de la Comisión de Ciencia y después trataron de convencer a PP, Más País, BNG y PDeCAT de que cambiaran su postura

Los incendios se le acumulan en época estival al PSOE. A las airadas reacciones de la sanidad privada por su propuesta normativa para limitar los conciertos de colaboración público-privada hay que sumar ahora el cabreo de las sociedades científicas por sus maniobras para dejar sin el plus salarial que supone la carrera profesional para los investigadores españoles. Esta nueva batalla ha concluido en retirada de las tropas socialistas al ponerse en contra a la oposición, al sector científico y a socios habituales como BNG o Más País.

El ansia reformista del PSOE le está llevando a aprobar grandes leyes nacionales sin contar con el apoyo de los miembros de los sectores en cuestión. Esto es lo que ha ocurrido con la tramitación de la Ley de Ciencia, que según las asociaciones de investigadores sanitarios debe, o bien ser sometida a una revisión integral o, directamente, ser retirada antes incluso de su votación en el pleno del Congreso de los Diputados. Las sociedades científicas presentaron más de 400 enmiendas al proyecto de ley, y solo resultaron aprobadas 11 nuevas y 7 transaccionales en la Comisión de Ciencia.

Una de las enmiendas aprobada en aquella Comisión ha generado una polémica de primer orden entre los investigadores y el Partido Socialista. Se trata de la enmienda 250, que fue aprobada por mayoría en la Comisión con el voto en contra del PSOE, y que regula la situación del personal de investigación hospitalaria, dotándole de una carrera profesional en un horizonte temporal definido (dos años como máximo para su implantación). La carrera profesional es un plus salarial por los avances en las labores del puesto de trabajo que tienen reconocido los médicos y enfermeros del SNS, pero no los investigadores, realidad que cambia esta enmienda.

Para tratar de frenarla, los socialistas recurrieron a un instrumento muy rara vez utilizado en el Parlamento: el voto particular. Esta vía permitía al PSOE votar hoy nuevamente en el pleno del Congreso la famosa enmienda 250. Sin embargo, dado el revuelo mediático que ha provocado esta decisión, los socialistas han buscado cambiar la norma por la puerta de atrás.

Las maniobras socialistas

Según ha podido saber Vozpópuli por fuentes parlamentarias, el PSOE ha tentado a una serie de partidos con una enmienda transaccional que elimina el horizonte temporal para la aplicación de la carrera profesional (los dos años como máximo) y lo diluye en un futuro indefinido que permite evitar su implantación. Los socialistas se pusieron en contacto con el BNG y Más País con este fin, e incluso llegaron a llamar al Partido Popular proponiéndoles quitar el voto particular a cambio de aceptar la enmienda.

El PSOE también tentó al PDeCAT con esta cuestión, pero todos los partidos rechazaron la propuesta de los socialistas, que dejaba a los investigadores sin este reconocimiento profesional. En el sector científico no entienden la posición que está teniendo el PSOE con este tema y creen que hay intereses privados que no se están poniendo sobre la mesa.

El PSOE, ante la falta de apoyos, se ha visto obligado a retirar el voto particular sobre la enmienda 250. Vozpópuli ha tenido acceso al documento del PSOE por el que retira el mismo:

Votos particulares retirados por el PSOE.

Quejas de los científicos

La ciencia ha sido el comodín del público del Gobierno a lo largo de la pandemia. Se ha nombrado siempre que había que tomar medidas difíciles para la población: "El camino nos lo mostrará la ciencia". Sin embargo, a la hora de elaborar la Ley de Ciencia, el Ejecutivo ha desoído las múltiples sugerencias de los investigadores. “Consideramos esta reforma como un paso positivo, pero con unas medidas a nuestro juicio muy mejorables”, indican desde la Asociación Española de Investigación sobre el cáncer (ASEICA).

Entre los puntos más criticados se encuentra que "la Ley discrimina a los investigadores españoles doctores que desarrollan su actividad en el extranjero" y "la obligatoriedad de hacer informes previos en los contratos científico-técnicos" por el aumento de la burocracia y la obstrucción a la ciencia que suponen.

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