España

Calviño se pone la camiseta del PSOE y se lanza a hacer campaña: "Es muy solicitada"

Ferraz llevará a los ministros 'mitineros' antes del 28-M a aquellos lugares donde esté bailando un concejal o un diputado. La vicepresidenta primera se gusta y se ha quitado el perfil tecnócrata, impulsada por Sánchez

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se viste de rojo PSOE cada vez más. La vicepresidenta primera del Gobierno se lanza a hacer campaña con los socialistas este 28-M pese a no tener carné militante. Fuentes del partido explican que es una de las ministras más solicitadas por las federaciones del partido. Ferraz se plantea hacer "microcirugía" con los miembros del Consejo de Ministros. El plan del partido es llevarles allí donde esté bailando un concejal o un diputado autonómico. El núcleo duro de Moncloa ya ha diseñado cómo involucrar a los miembros del Gobierno en la campaña. Y cada ministro lo hará en función de su perfil.

Los más 'mitineros', como Pilar Alegría o María Jesús Montero, bajarán al barro, mientras que otros menos mediáticos, como José Luis Escrivá, tendrán encuentros con empresarios. Calviño es una 'rara avis', porque empezó la legislatura con un perfil tecnócrata; el mismo que su colega de Seguridad Social. Pero en este tiempo, la vicepresidenta se ha gustado cada vez que ha tenido la oportunidad de confrontar con el PP. Y al presidente del Gobierno le gusta su estilo. La ministra económica ha ganado peso político y a ella no solo no le ha importado, sino que lo ha buscado en connivencia con el presidente, Pedro Sánchez.

Cabe recordar que cuando el líder del PSOE afrontó la última gran remodelación de Gobierno, en verano de 2021, elevó la entidad de Calviño, cuya cartera llevó de la vicepresidencia tercera a la primera tras la salida de Carmen Calvo. Pero para entender el auge de la ministra de Asuntos Económicos también hay que tener en cuenta su competencia con Yolanda Díaz. Ambas se han visto siempre como adversarias, puesto que sus carteras tienen parcelas colindantes. Es más, en varias ocasiones ha habido disputas entre los equipos de las dos por intromisiones en la labor de la otra. Calviño se ganó los primeros meses la fama de 'dura' y 'ortodoxa' con sello de Bruselas. Pero ahora ha decidido 'partidizarse'.

Venta de datos

La implicación de Calviño con la campaña del PSOE es tal que el miércoles pasado, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, salió solo para 'vender' los datos macroeconómicos del último trimestre: desde el empleo a la inflación. Y así lo reconocen en Moncloa. Ni una sola medida que justificara su presencia, tan solo ser el rostro de la gestión del país, de la que Calviño está pletórica. Este martes volverá a sentarse en la sala de marras. La ministra se considera la artífice de que España no haya sufrido tanto como se vaticinaba en esta crisis económica.

Hay una cosa obvia: Calviño, que en las últimas elecciones generales eludió integrarse en las listas del partido para mantener un perfil apartidista, parece una militante más por los pasillos de Ferraz. El equipo de marketing del Gobierno gustan las intervenciones de la ministra de Asuntos Económicos, a quien ven con potencial para desarmar el discurso catastrofista del PP y con capacidad para reivindicar su gestión en estos tres años de sucesivas crisis -pandemia y guerra-. Y ella está dispuesta a entrar y abandonar su perfil técnico de burócrata de Bruselas para vestirse con un traje político y bajar al barro.

En Moncloa y en Ferraz se sienten cómodos por primera vez disputándole a Génova la economía como elemento central de disputa. Por primera vez, el PSOE cree que puede sacar rédito del asunto tras los años de la crisis de 2008 y de los recortes propiciados por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque no todo es la economía. Moncloa lleva varias semanas intentando seducir las carteras de los jóvenes con reiterados anuncios sobre vivienda (más de 180.000 viviendas comprometidas); avales del ICO para cubrir el porcentaje de hipoteca a los menores de 35 años que no cubre el banco -y que ya operan en otras comunidades- y viajes a mitad de precio en tren para recorrer España. Pero poco importa, porque en el PSOE se agarran a que afortunadamente la medida vociferada por Sánchez en Murcia ha sido la que ha movilizado a las autonomías para concretar esas ayudas a los jóvenes que quieren comprar su primera vivienda.

Las 'ayudas' de Sánchez

Lo cierto es que Calviño no es la única que cuenta con el beneplácito de Sánchez. El presidente también se esmera en que su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, tenga todo el foco necesario para que 'Sumar' gane la batalla a Podemos. Y el pasado jueves, en Moncloa, se dio un salto más en esa estrategia: el presidente colombiano, Gustavo Petro, dedicó parte de su intervención en la sala de prensa a loar las políticas de empleo en España, que reconoció quiere adaptar en su país. Es más, Petro dijo haber encontrado una gran sintonía con Yolanda Díaz. Un suma y sigue en el capítulo de elogios que la también ministra de Trabajo está recibiendo.

El presidente patrocinó la candidatura de Yolanda Díaz durante la moción de censura que orquestó Vox con el economista Ramón Tamames de candidato. La vicepresidenta, con el beneplácito de Sánchez, subió al atril para replicar a Tamames y apuntalar su liderazgo y su imagen presidenciable. Pocos días después, en el polideportivo Antonio Magariños de Madrid, donde Sánchez vistió la camiseta del Estudiantes, la vicepresidenta gritó a los cuatro vientos que quiere ser la primera mujer en tomar los mandos de España y que ella no es de nadie, por si los morados tenían alguna duda. Y en el PSOE eso ya genera inquietud, porque hay quien cree que la vicepresidenta se los comerá. Tiempo al tiempo.

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