El presidente de Aragón, Javier Lambán, acostumbra a ser un verso suelto dentro del PSOE. Pero en Ferraz no están dispuestos a aceptar afrentas tan sonoras al liderazgo de Pedro Sánchez. Por eso, según ha sabido este diario, el secretario de organización, Santos Cerdán, llamó al barón socialista para que rectificara las declaraciones en las que zanjó que a España "le hubiera ido mejor" sin el presidente del Gobierno a los mandos del partido. "Hubo llamada al orden", zanja una fuente que conoce bien las interioridades del PSOE. El entorno de Lambán confirma la conversación: "Tiene buenas relaciones con Santos [Cerdán]", zanja.
La dirección del partido, no obstante, se ciñe a la rectificación del presidente aragonés y elude pronunciarse. Pero algunas fuentes consultadas por Vozpópuli explican que Lambán "es así" y que ha logrado separarse del líder socialista antes de las elecciones autonómicas de mayo de 2023. Y es que los coqueteos del Gobierno con ERC, con quien negocia en secreto reformar el delito de malversación para beneficiar a los condenados por el procés, ataca directamente los intereses electorales del presidente de Aragón, que gobierna en coalición con la Chunta, el PAR y Podemos. Pero no se trata solo de la malversación. El borrado del delito de sedición para rebajar las penas también ha escocido a Lambán.
El presidente aragonés siempre ha sido muy crítico con cualquier acercamiento a los independentistas. Pese a todo, Lambán terminó enmendándose al poco de soltar la bomba. "A propósito de mis palabras de afinidad con Javier Fernández, que nadie las entienda como una deslealtad hacia Pedro Sánchez", zanjó en Twitter. Aunque los más fieles al secretario general socialista no se quedaron tranquilos con la rectificación: "Tus declaraciones para nada son de lealtad y apoyo a un compañero que ha superado dos crisis importantes sin dejar a nadie atrás", espetó también en Twitter el senador Alfonso Muñoz, portavoz socialista de Seguridad Social en la Cámara Alta.
El "miedo"
Como Lambán, el resto de grandes barones del partido, que ya se ausentaron en Sevilla de los fastos del 40 aniversario de la primera victoria de Felipe González -salvo el extremeño Guillermo Fernández Vara-, prosiguen su estrategia de "guerra por su cuenta" cuando faltan poco más de seis meses para las elecciones. El poder territorial de los socialistas se juega en el centro, sobre todo en comunidades como Aragón y Castilla La-Mancha. Y la predisposición de Sánchez a negociar con ERC la reforma de la malversación y el peaje de más de 2.500 millones de euros que ha pagado a los republicanos y a Bildu para sacar adelante las cuentas ahuyenta a los principales presidentes autonómicos del partido.
El PSOE sufre a medida de que acerca la fecha de la apertura de urnas que el PP quiere convertir en una moción de censura a Sánchez. Pese al leve repunte en la intención de voto que señalan algunas encuestas, el partido no termina de sobreponerse al liderazgo de los populares. Por eso, ha llegado el momento de que el poder territorial del partido haga la guerra por su cuenta.
Uno de los primeros en contestar el rumbo de la dirección fue el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien también se enfrentó a la política de alianzas con los independentistas y a la forma de tratar al líder de la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo. No es para menos, porque a Page el Gobierno de Castilla-La Mancha se le puede caer de las manos por un escaño, según algunas encuestas. Aquel lío evidenció el problema que afrontan algunos barones del PSOE tras más de dos años de relaciones en el Congreso con las principales fuerzas secesionistas vascas y catalanas, que tienen muy mala prensa en las comunidades de la España central.
Se 'entiende', pero se corta...
Y esa es la otra gran lectura que hacen algunas fuentes del PSOE; que pese a la rectificación, Lambán ha enviado un mensaje claro a los aragoneses: 'Yo no soy Sánchez'. Estas fuentes llegan a entenderlo pero creen que el presidente aragonés se ha excedido, seguramente crecido por el foro en el que despreció a Sánchez, en el que compartió un rato junto a Javier Fernández, expresidente asturiano y exresponsable de la gestora que controló al PSOE tras la dimisión de Sánchez en el convulso comité federal del 1 de octubre de 2016.
Cabe recordar que los barones del PSOE también están alarmados por la guerra a su izquierda. Los socialistas gobiernan en nueve autonomías y en cuatro de ellas lo hacen apoyados en Podemos y otros partidos regionalistas. Quedan poco para que se pongan las urnas y la guerra entre Yolanda Díaz y Podemos amaga con dinamitar las opciones de mantenerse en el poder de los presidentes de Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana y La Rioja. Ningún barón sabe aún qué habrá a su izquierda cuando se abran las urnas.
Lo que está claro es que pese a que emergió la idea de que Sánchez hiciera coincidir los comicios autonómicos y municipales con las generales, nada de eso está encima de la mesa, según algunos barones consultados. Es más, son partidarios de que cada uno cuide su jardín a su manera. Se juegan todos mucho, pero cada territorio es un mundo con sus propias dinámicas.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación