España

Ex cargos del PSOE ven un "interés personal" (y a Putin) en el 'giro' atlantista de Sánchez

La guerra en Ucrania ha cambiado el mundo y no gravitar alrededor de la Alianza Atlántica hubiera sido "contraproducente" para el Gobierno

España cerró la cumbre de la OTAN alineada con el atlantismo que comanda Estados Unidos. La foto del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el mandatario estadounidense, Joe Biden, y el precio que escondía, dos nuevos destructores en Rota aceptados por Madrid, evidencian el sello atlántico que el líder socialista ha impreso en su política exterior. Lo cierto es que ex cargos del PSOE consultados por Vozpópuli ven un "interés personal", y por supuesto, la guerra en Ucrania, en esa postura Sánchez.

En verdad el actual atlantismo español llama la atención por proceder de un Ejecutivo en el que habita Unidas Podemos, una formación antiOTAN que se borró de los fastos del 40 aniversario del ingreso de España en la Alianza. Pero también sorprende la evolución del propio Sánchez, que en unos años ha pasado de pregonar desde la oposición que "sobra el Ministerio de Defensa" a situarse como ferviente defensor de los acuerdos de la OTAN en materia de aumento de gasto militar. Moncloa está exultante por el resultado de la cita de Madrid y por el "excelente" y "perfecto" papel de España, reconocido por todos los aliados.

Ese supuesto "interés personal" del presidente del Gobierno estaría, según estas fuentes, encaminado al salto internacional que Sánchez se plantea en caso de que resulte perdedor en las próximas elecciones generales. Como explicó este diario, el líder socialista baraja sustituir al belga Charles Michel al frente del Consejo Europeo para acompañar a la presidenta de la Comisión, la germana Ursula Von der Leyen. Pero si esta cae, trataría de coronarse en su puesto con el beneplácito del canciller de Alemania, el socialdemócrata Olaf Scholz y del presidente francés, el socioliberal Enmanuel Macron.

Sánchez, relaciones públicas

Según fuentes gubernamentales, la cena euroatlántica en el Museo del Prado, donde se produjeron imágenes "espectaculares" que han dado la vuelta del mundo, fue un empeño personal del presidente. El núcleo duro de Moncloa sabía que el formato, un anfitrión que enseña las obras maestras del arte de su país, era un punto fuerte de Sánchez y decidió aprovecharlo. El presidente, con gran dominio del inglés y del francés, los idiomas cooficiales de la OTAN, se desenvolvió con soltura ante los casi cuarenta primeros espadas de los países miembros de la Alianza.

Sánchez desplegó todo un trabajo de relaciones públicas, consciente de que la primera beneficiada sería España, pero también él mismo. Tras dos años y medio al frente del Ejecutivo de coalición con Podemos, Sánchez enfrenta un escenario político y económico tremendamente hostil, que como reconoce su equipo más cercano en Moncloa, le lleva a ser mejor valorado fuera de España que dentro. Y la guerra en Ucrania, desencadenada por la invasión rusa de Kiev, tiene mucho que ver.

Sánchez (d), señala algo en el Museo del Prado en presencia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden (c) y su dos nietas. / EFE

Los ex altos cargos del PSOE consultados no dudan en señalar el día 24 de febrero de 2021 como hito geopolítico que explica el atlantismo del Gobierno de Sánchez. La guerra en Ucrania ha cambiado el mundo y no gravitar alrededor de la Alianza Atlántica en estos momentos hubiera sido "contraproducente" para el Gobierno. No cabe otra para un Gobierno de izquierdas que alinearse con Estados Unidos.

Solo los muy zoquetes o los muy carcas se mantienen en las posiciones tradicionales

"Ucrania supone un cambio de paradigma muy importante incluso para buena parte de la izquierda, y solo los muy zoquetes o los muy carcas se mantienen en las posiciones tradicionales en este tema. Si ha habido un momento en que este salto se ha podido dar con cierta 'tranquilidad de conciencia' para un izquierdista, es este", zanja un ex alto cargo de Gobierno socialista.

El aparato de Moncloa considera que Sánchez se ha mostrado como un "actor global" y ha devuelto al país a la esfera de reconocimiento e influencia internacional del que nunca debió haber salido. Pero a Sánchez le despertará pronto un terrible dolor de cabeza. La resaca de la fiesta Atlántica en Madrid se dejará sentir en Moncloa. El presidente del Gobierno está convencido de que sacará adelante en el Congreso los compromisos con la OTAN que suponen un incremento del gasto en Defensa. Pero no solo. También aceptar la llegada de los dos buques de guerra estadounidenses a Rota.

La postura del socio Unidas Podemos, opina Sánchez, la tendrán que disipar ellos. Pero espera que los de Yolanda Díaz "reflexionen" sobre las implicaciones de la guerra en Ucrania. Y que se pongan del lado correcto. Precisamente, Sánchez, que no acostumbra a dar puntada sin hilo, está intentando apropiarse del lenguaje de Díaz. Y está vendiendo la necesidad de aceptar los compromisos atlánticos como un "acuerdo de país", las mismas palabras que la líder morada en Moncloa repite hasta la saciedad. El entorno de Díaz, no obstante, señala que no habrá divergencias entre los morados como ocurrió con el envío de armas.

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