El diputado del PSOE, exlehendakari vasco y expresidente del Congreso Patxi López se perfila como nuevo portavoz socialista en la Cámara Baja en sustitución del canario Héctor Gómez, según varias fuentes del partido consultadas por este diario. Esas fuentes, no obstante, dejan abierta la puerta a cambios de última hora, pero confirman el malestar de amplios sectores socialistas con la comunicación del PSOE, motivo por el que señalan tanto a Gómez como al portavoz del partido, Felipe Sicilia, la puerta de salida.
El PSOE vive un momento convulso. La debacle electoral de Andalucía está acelerando movimientos internos que cuestionan el rumbo del partido y que, además, señalan a Moncloa como responsable de los males electorales que aquejan a los socialistas. De hecho, la dimisión de la ya ex vicesecretaria general Adriana Lastra pone a Pedro Sánchez en bandeja remodelar la dirección del partido. La cabeza de Lastra le permite contar a los suyos que el partido cambia para encarar el próximo ciclo electoral tras los últimos reveses de las urnas.
Los socialistas han convocado este sábado un comité federal para, previsiblemente, retocar puestos clave dentro del partido. El partido está "inquieto", según una fuente que conoce muy bien los entresijos de los socialistas. El secretario general no ha desvelado aún todas sus cartas, pero aprovechará la salida de Lastra para reestructurar laminar todo ápice de oposición interna.
La derrota de Lastra
Cabe recordar que tras la dimisión de Lastra se esconde una derrota ante el secretario de organización, Santos Cerdán, por el control del partido. En verdad, a la exsegunda de Ferraz le quedaban pocas salidas tras ver su ascenso en el partido frenada por sus aspiraciones. El propio Sánchez le apartó de la portavocía en el Congreso de los Diputados precisamente para frenar sus movimientos.
Los ánimos en Ferraz y en Moncloa han estado muy bajos tras el batacazo andaluz. Aunque el 'subidón' de la cumbre de la OTAN que, consideran, elevó el perfil de Sánchez hasta encumbrarle como "actor global" en palabras de su núcleo duro, y el debate del estado de la nación, en el que el presidente giró a la izquierda y descolocó a su adversaria Yolanda Díaz, han subido la moral de los socialistas. Pero no hay buenas noticias sin malas detrás. Y este martes el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) situó al PP de Alberto Núñez Feijóo por primera vez por delante del PSOE en intención de voto desde que Sánchez llegó a Moncloa.
En medio de todo este barullo, Sánchez sopesa no sustituir a Lastra y dejar vacante el puesto de vicesecretario general. El presidente puede diluir las funciones que ocupaba la socialista asturiana en otros nombres. Uno de los que suena con fuerza es el de Antonio Hernando. Es más, el director adjunto del jefe gabinete de presidencia también se posiciona como ministro ante un eventual cambio en el Consejo de Ministros.
El giro social, el penúltimo cartucho
El problema es que los socialistas han menguado su fuerza en dos elecciones consecutivas, en Castilla y León y en Andalucía. El golpe ha sido especialmente duro su feudo tradicional, donde el PP de Juanma Moreno ha conquistado su primera mayoría absoluta. Todo un bofetón a la federación más grande y fuerte de los socialistas. Además, el candidato, Juan Espadas, fue una apuesta personal de Sánchez, que no entiende por qué no es capaz de rentabilizar las medidas sociales del Ejecutivo cuando se abren las urnas.
El Gobierno confía en que el giro social del debate del estado de la nación, en el que anunció un hachazo de 7.000 millones a energéticas y a banca y un aumento del gasto público en forma de becas y bonificación total al transporte ferroviario de Cercanías y media distancia, movilice al electorado progresista. Aunque Sánchez tomó ese rumbo y dejó tocada a su socia a la par que adversaria, Yolanda Díaz.
Y es que ese paquete anticrisis firmado por el presidente del Gobierno deja sin margen a la líder morada para diferenciarse políticamente del PSOE. Es más, Sánchez no tuvo ni la deferencia de departir con ella el alcance de sus decisiones, bien guardadas en los cajones más profundos de Moncloa. Y eso se le notó al llegar al Congreso, donde reconoció que desconocía todo lo que iba a anunciar el presidente. Eso sí, el Ejecutivo se esfuerza por enterrar la crisis con Unidas Podemos despreciando a Díaz, quien se empeñó en pedir una reunión urgente de la comisión de seguimiento del pacto de coalición que no tiene visos de celebrarse.
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