Las piezas del tablero político se han movido en el Congreso de los Diputados con motivo de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Uno de los movimientos más sonados y sin duda el que más controversia ha generado es el nuevo papel de EH Bildu como socio gubernamental y por primera vez implicado en la gobernabilidad de España. El nuevo idilio entre PSOE, Podemos y Bildu ha sorprendido pero lo cierto es que ya se experimentó previamente en Navarra.
En el caso de toda España y en el de la Comunidad foral el esquema es básicamente el mismo: gobierna el Partido Socialista que por primera vez se alía con Bildu gracias a la mediación de Podemos, que tiene muchas menos reticencias que sus compañeros de gobierno a negociar con los bildutarras. O, dicho de otra manera, los partidos de la izquierda y la coalición abertzale se alían para aislar a la derecha.
Los datos demuestran que lo que ha pasado en el Congreso en los últimos meses es un calco de lo que antes ocurrió en tierras navarras. La abstención de Bildu fue decisiva en la investidura de la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, que formó un gobierno de coalición con Podemos, IU y también con Geroa Bai. Luego el PSN dio el paso de reunirse con los bildutarras para negociar los Presupuestos. Una fotografía que parecía imposible solo unos meses antes.
Paso a paso
Después, el Gobierno foral sacó adelante las cuentas públicas de 2020 gracias a un acuerdo con Bildu que también parecía inconcebible poco tiempo atrás y en cuya génesis fue decisiva la aportación de los socios gubernamentales del PSOE. La oferta de Navarra Suma a Chivite para que pactase los Presupuestos sin necesitar a Bildu quedó en agua de borrajas. Y ya es habitual en el Parlamento de Navarra que los partidos gubernamentales (PSN, Geroa Bai, Podemos e IU) y Bildu coincidan frente a las propuestas de la citada coalición de centro-derecha.
La gran duda pendiente es si esta alianza de PSOE, Podemos y Bildu se materializará o no algún día en el País Vasco. En las pasadas elecciones vascas el partido morado insistió en esa tesis por activa y por pasiva. Pero parece ser que unos y otros no estaban maduros
Paso a paso, en la política nacional ha ocurrido lo mismo. Primero Bildu se abstuvo en la investidura de Pedro Sánchez. Después el Gobierno y el PSOE cambiaron la tendencia de los últimos años y se reunieron con Bildu para hablar de los Presupuestos. Los socialistas ni escucharon las ofertas de pacto de Pablo Casado y delegaron en sus socios morados el trabajo de negociar con los abertzales el acuerdo presupuestario. Y finalmente Bildu respaldó las cuentas públicas del Gobierno de coalición. ¿Qué será el próximo paso en común?
¿Hacia el tripartito en Euskadi?
La gran duda pendiente es si esta alianza de PSOE, Podemos y Bildu se materializará o no algún día en el País Vasco. En las pasadas elecciones vascas el partido morado insistió en esa tesis por activa y por pasiva. Pero parece ser que unos y otros no estaban maduros. Lo cierto es que la alianza en Euskadi entre PNV y PSE es sólida desde hace años. Peneuvistas y socialistas gobiernan en coalición por segunda legislatura consecutiva, amén de controlar juntos casi todos los resortes de poder en la comunidad, puesto que comparten los principales ayuntamientos y las diputaciones.
No parece sencillo, por tanto, que el PSOE cambie de socio en el País Vasco. El célebre tripartito que derroque al todopoderoso PNV se antoja difícil. Sin embargo, en el PNV preocupa y ocupa la labor de zapa que está haciendo Iglesias. Porque la verdad es que la opción de que el PSOE pactase con Bildu en Navarra y en el Congreso también parecía imposible.
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