Más de dos años después de la llegada al Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, la izquierda ha modulado su discurso, cuando no ha optado directamente por callar. Ante temas sensibles, como la problemática de la expulsión automática de inmigrantes, la presencia de bases estadounidenses en España o los ataques a la libertad de expresión, los partidos de izquierdas guardan un silencio que contrasta con las críticas que hasta hace poco tiempo vertían sobre esos mismos asuntos.
Las ‘devoluciones en caliente’ han vuelto a copar el foco informativo por la previsible sentencia que emitirá el Tribunal Constitucional, avalando la legalidad de una práctica que ya el pasado mes de febrero fue validada por parte de la Justicia europea. De este modo, el TC asumirá como propia la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y dará luz verde a la expulsión automática de personas en situación irregular que accedan a España saltando las vallas de Ceuta y Melilla.
Este planteamiento del Tribunal Constitucional supone un viraje de 180 grados con respecto al originalmente seguido en su ponencia por Fernando Valdés, el ya exmagistrado que tuvo que renunciar al cargo tras ser procesado por malos tratos a su mujer, por lo que la causa ha sido asumida por el presidente del tribunal de garantías Juan José González Rivas.
Este cambio de discurso se ha manifestado también en las esferas políticas, traduciéndose en un silencio que dista del beligerante tono que hasta hace unos meses mantenían al respecto algunos de los miembros del Gobierno de coalición, inclusive el propio vicepresidente Pablo Iglesias: “Cualquier acción que vaya en contra de los derechos humanos y en contra del acuerdo de Gobierno, no se puede producir”.
“Este Gobierno tiene una política sobre las migraciones que va a ser respetuosa con los derechos humanos y es un consenso que las devoluciones en caliente no son respetuosas con los derechos humanos”, aseveró el vicepresidente y líder de Podemos durante una entrevista en ‘Los desayunos de La 1’ en la que expresó su negativa a acatar la sentencia europea sobre una práctica que pocos días antes había defendido el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
“Esto dicho así se lo he escuchado decir al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska”, señaló sin embargo Pablo Iglesias, que a continuación fue públicamente enmendado por el ‘número dos’ de Interior, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez. “Mientras no se modifique la normativa, el proceder de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad será el mismo porque ha sido correcto y tendrá que seguir siendo igual”.
Las críticas a la 'Ley Mordaza'
Rafael Pérez hacía referencia a la vigencia de la Ley de Seguridad Ciudadana, aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015, que contemplaba las ‘devoluciones en caliente’. Las enmiendas a dicha norma son las que ahora tendrá que dirimir el Tribunal Constitucional, cuyo previsible fallo vaticina también un silencio por parte de los sectores más izquierdistas del Gobierno de coalición que se mantiene desde hace meses, pese a que incluso Podemos se comprometió a derogar la llamada ‘Ley Mordaza’.
Más allá de las ‘devoluciones en caliente’, la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana suscitó una oleada de críticas alentadas por Podemos y también por el PSOE, que se sumó a los postulados del partido ‘morado’ y pidió la derogación de una norma de la que el Gobierno de coalición ha acabado manteniendo.
Aquellas críticas no fueron únicamente formuladas desde formaciones políticas. Multitud de personalidades de izquierdas se movilizaron para tratar de convencer a la ciudadanía de la necesidad de tumbar la ‘Ley Mordaza’. Incluso llegaron a protagonizar una campaña en contra de la norma. El Gran Wyoming, Carlos Bardem o Benito Zambranoo participaron con un vídeo en el que se oponían frontalmente a la 'Ley Mordaza' y llamaban a la ciudadanía a rebelarse contra esta porque era "injusta e inconstitucional" y suponía "un retroceso".
A ver qué dicen ahora todos estos q se que quejaban de la “Ley Mordaza” con el nuevo Ministerio de la verdad...pic.twitter.com/YbrWkr7oV3
— Jose Manuel Soto (@JOSEMANUELSOTO1) November 6, 2020
Las bases militares de Estados Unidos
Ese mismo contraste se desprende del asunto de las bases militares de Estados Unidos en suelo estadounidense, contra las que históricamente la izquierda se ha posicionado y que ahora justifica. Han pasado ya décadas desde aquel "OTAN, de entrada, no" que acabó con el 'sí' de Felipe González, y ahora dirigentes como el líder de Izquierda Unida y ministro de Consumo, Alberto Garzón, defienden que las bases de Rota y Morón pueden permanecen porque "desde el punto de vista laboral ahí hay una gran cantidad de empleos".
“Lo primero que tenemos que decir, y lo digo como andaluz, es que toda la región, toda la zona, está muy a expensas de lo que significa la base y, desde el punto de vista laboral ahí hay una gran cantidad de empleos y esto es lo primero que se tiene que preservar”, esgrimió el ministro Garzón en una entrevista en el programa 'El Objetivo' de La Sexta, por lo que ha sido duramente criticado en redes sociales.
Alberto #Garzón no denuncia las #BasesMilitares de #EEUU en Rota y Morón: "todavía es muy precipitado para hablar"...
"La entrada de un socialista en un gobierno burgués no lo transforma en un gobierno socialista, pero en cambio un socialista se transforma en ministro burgués” pic.twitter.com/AwPQmKVISv
— Jaime Castán ?? (@JaimeCastanCRT) November 10, 2020
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